No se ventila mucho el tema: al Presidente Piñera se le fue al agua el viaje a París porque la diplomacia gala le canceló la visita. Hubiera sido un golpe comunicacional en Chile mostrar en los medios un par de fotos de Piñera de la mano con Macron pasando revista a la Guardia Nacional del Palacio del Elíseo. Imagínenselo en la primavera parisina comiendo con su séquito en los restaurantes del Sena y más encima gratis … es decir con la plata de todos los chilenos … y en tiempos de “austeridad” a la Piñera. Igual dos puntos más en las encuestas.
Pero el presidente francés “no tenía tiempo” para recibirlo. Y los egos de Piñera y de Roberto Ampuero (sepa que es el escritor que vivió gratis en Cuba y que ahora es ministro de RR.EE. de Piñera) deben estar resentidos por la negativa francesa. Macron debe estar demasiado ocupado con los conflictos sociales exacerbados por su política neoliberal y por el impacto económico para Francia de la decisión de Trump de amenazar a los países que comercian con Irán como para recibir a personajes que no lo harían relucir sino que lo expondrían a las críticas que más le duelen: ser un representante del sistema financiero y gobernar para los más ricos. Estos en Chile caben todos en la flota de Latam, la empresa especialista en aplicar las leyes laborales, negociadas entre Chile Vamos y la Nueva Mayoría de Bachelet, en contra de sus trabajadores y trabajadoras. Hay que decirlo. A los y a las que las organizaciones sindicales, tanto las colaboracionistas, reformistas y “revolucionarias” dejaron solos y solas, pero que en el Primero de Mayo hacían gárgaras con la lucha por mejorar salarios de los trabajadores chilenos, los más bajos de la OCDE.
A Piñera un consejero en comunicación política le ordenó mantenerse callado y discreto; posiblemente Pablo Halpern. Por eso sus ministros debían blindarlo y salir al ruedo. Es la consigna. Es conocida la tendencia del mandatario a ser objeto de risa por su ineptitud oratoria y por esa característica patronal suya de dejar hablar sin trabas al inconsciente. Por eso sus columnistas hacían malabares argumentativos para glorificarlo en El Mercurio del domingo pasado; por encarnar la nada misma.
Una de las únicas intervenciones políticas claras del millonario de Forbes fue cuando después de bajarse delaviónen Temuco prometió endurecer la ley antiterrorista dejando entrever que el Estado en territorio mapuche debe ser como históricamente lo ha sido: represivo y policial. Piñera hizo caso omiso de la corrupción interna en el cuerpo de oficiales de Carabineros. La otra decisión suya, por si pasaba, fue el nepotismo descarado al querer nombrar a su hermano embajador en Argentina.
Normal en un gobierno de empresarios y oligarcas sin filtros ciudadanos.
Las otras apariciones de Piñera han sido para vender sus comisiones de “acuerdo nacional” siguiendo en ese aspecto la tradición concertacionista de componendas entre la elite política y a sabiendas que no tiene mayoría en el congreso. Incluso “chicos buenos” y con “liderazgo” cayeron redondos en la trampa. Todo esto no logra ocultar un estancamiento institucional y una real falta de voluntad para resolver los problemas urgentes de Chile. Cosa que es parte de la estrategia de la derecha: dilatar y ganar tiempo para mantener todo tal cual. Hablamos de las estructuras de poder económico, causa de las cifras más escandalosas en salarios, pensiones, desigualdad social, acceso a la salud, endeudamiento y con altos niveles de corrupción política y empresarial. Lo peor de la OCDE en estadísticas. Es lo que habría dicho la prensa francesa. Sacar a la luz el modelo puro del neoliberalismo real implantado en Chile a sangre y fuego y ajustado por los gobiernos concertacionistas y de la Nueva Mayoría.
Aún así la estrategia comunicacional que consiste en protegerlo a toda costa y en dejar a sus ministros que se expongan le ha dado sus frutos a Piñera, con 54% de aprobación en encuesta Cadem.
Pues Piñera, a través de Chadwick y Larroulet lo controla todo. Las movidas de Santelices contra la ley de aborto (lo dijo el mismo titular de Salud), la actitud de Varela hacia el movimiento estudiantil (no así los incontrolables exabruptos radiales), las declaraciones de Hernán Larraín de Justicia para incidir en las decisiones y nominaciones de los jueces y en el pauteo de la doctrina de Jorge Abbot el fiscal jefe, e incluso el visado del viaje de su amigo el ricachón Felipe Larraín de Hacienda (otro Larraín) a la selecta Harvard ¡Con platas del erario público! Poco se ha dicho de Valente (el talibán neoliberal) de Economía y del empresario Alfredo Moreno ministro de Desarrollo Social, embelasados con inversiones de Amazon, empresa a la que le ofrecen plata por instalarse en Chile mientras que en Europa le quieren imponer impuestos a los GAFA (*). Amazon ha sido una empresa denunciada por ser experta en evadir tributos. Poco importa, Valente ama a Amazon.
Es parte de la actitud gerencial de Piñera mover piones y atraer incautos a su política. Es propio de los políticos de la elite aparentar hacer cosas para que nada cambie. Mientras la política tradicional siga moviéndose en el escenario de los aspavientos de la institucionalidad parlamentaria, los urgentes cambios se postergarán. Ojalá se repita el 2012 donde la agenda la impusieron los movimientos sociales en la calle. Hay uno nuevo y con fuerza ahí: el feminista.
Escrito por Leopoldo Lavín Mujica
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(*) Los GAFA en la prensa europea son esas empresas de la economía digital, como Google Amazon, Facebook y Apple que se caracterizan por obtener grandes ganancias globales y no pagar impuestos (u “optimizar” la fiscalidad, se dice) a los Estados en los que se instalan. Habría que agregar Netflix y Uber. Son el delirio de neoliberales como Moreno y Valente. Éste se sacó la foto con el CEO de Amazon en reciente viaje a EE.UU.