La pesca industrial, a través del arte de arrastre, ha provocado una depredación indiscriminada de especies marinas, determinando una disminución importantísima de la biomasa de jureles y merluza durante el transcurso de los años, lo que ha afectado en forma directa y dramática a los pescadores artesanales quienes, día a día, deben luchar arduamente por capturar un número cada vez mas decreciente de peces, lo que se traduce en enormes dificultades para el sustento familiar. Basta dar una vuelta a la llegada de los botes a las caletas par constatar en forma directa este problema. La sacrificada y riesgosa pesca artesanal muchas veces solo alcanza para cubrir los gastos que demandan las pequeñas embarcaciones que, noche a noche, se hacen a la mar.
A medida que fue disminuyendo el número de merluzas y jureles, una nueva especie se hizo presente en mayor cantidad: la jibia. Este nuevo recurso fue visto por los pescadores artesanales como una tabla de salvación para paliar, en parte, el enorme déficit de los otros recursos marinos. Pero esto no quedó indiferente ante los ávidos ojos de los industriales los cuales, no conformes con poseer grandes beneficios asignados con leyes hechas a la medida a sus intereses, ahora quieren arrebatarles este otro recurso marino.
La pelea que llevan adelante los pescadores artesanales tiene como objetivo estratégico el anular la Ley de Pesca, o Ley Longueira como se conoce, pero mientras tanto están luchando para que la captura de la jibia se realice el 100% en forma artesanal. Actualmente las cuotas de pesca de la jibia están divididas en un 80% para los pescadores artesanales y 20% para los industriales. Pero, aceptando esto a regañadientes, los artesanales piden poder competir en “igualdad” de condiciones con los industriales exigiendo utilizar el mismo sistema o arte de pesca de la jibia, es decir, que sólo sea permitido capturar esta especie mediante línea de mano y/o con potera, una especie de anzuelo gigante, pero prohibiendo terminantemente el método de la pesca de arrastre, ya que este método no discrimina entre las distintas especies, arrasando con todo lo que está a su paso, manifiestan los pescadores.
Estos últimos días los industriales están llevando adelante una ofensiva para conseguir usar el método de arrastre en la captura de la jibia y han involucrado a sus trabajadores para que los apoyen. Debido a la penetración cultural del modelo neoliberal imperante, el cual, mediante todos los mecanismos de mercadeo y comunicación ha logrado durante años penetrar en las conciencias, promocionando la formación de individuos egoístas, no ha sido difícil para los industriales obtener dicho apoyo. La solidaridad de quienes trabajan para los industriales con los hermanos de clase que representan los pescadores artesanales no está, por este motivo, dentro de sus concepciones.
Pero los pescadores artesanales se han unido para defender sus intereses y los pocos recursos marinos a su alcance. Hoy miércoles 9 de mayo, trabajadores del mar provenientes de distintas caletas del país se reunieron en las afueras del Congreso Nacional para exigir sus demandas, mientras al interior del edificio legislativo sesionaba la Comisión de Pesca, precisamente debatiendo las modificaciones a la Ley de Pesca enviadas por el Ejecutivo. Los pescadores artesanales han manifestado que se mantendrán alertas y preparados para implementar movilizaciones en esta batalla por la jibia que están decididos en ganar, y seguir avanzando, además, en la lucha por la anulación de la Ley Longueira.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 9 de mayo 2018