Diciembre 3, 2024

Masivas protestas en Francia contra reformas neoliberales de Macron

Miles de personas salieron ayer a las calles de París a manifestarse contra las reformas impulsadas por el presidente francés, Emmanuel Macron, de cuya elección se cumple un año este lunes.

La policía se vio obligada a usar gas lacrimógeno contra manifestantes violentos en la plaza de la Bastilla, informó la agencia Sputink.

 

El movimiento político izquierdista Francia Insumisa, cuyo diputado, François Ruffin, impulsó la marcha, reivindicó la presencia de al menos 160 mil manifestantes para decir basta a Macron, aunque las autoridades locales contabilizaron cuatro veces menos asistentes, lo mismo que la empresa Occurrence, la cual, contratada por medios de información, contabilizó unos 38 mil 900 participantes.

Vivan los asalariados de Air France, los trabajadores de ferrocarriles, los empleados de los hospitales públicos, los abogados, gloria a los funcionarios, vitoreó, en medio de la marcha, el ex candidato presidencial y líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, en referencia a los diferentes sectores que han protestado en semanas recientes en el país.

La violencia no nos lleva a ninguna parte, arengó Mélenchon desde lo alto de un autobús, en el que estaba escrito: Cuando todo sea privado estaremos privados de todo.

A la marcha fueron llevadas cuatro carrozas. Cada una tenía máscaras satíricas de Macron y de diferentes personas (Drácula, Júpiter, Napoleón), que pretendían hacer mofa del mandatario, acusado de ser el presidente de los ricos.

La protesta comenzó con un almuerzo popular, al que acudieron numerosas familias, pero al llegar la muchedumbre a la plaza de la Bastilla, que tradicionalmente acoge las manifestaciones de izquierda, se registró un momento de tensión, pese a que los organizadores solicitaron a los participantes que mantuvieran un espíritu festivo.

Ello cuando algunos inconformes arrojaron proyectiles a vehículos de los medios de información, por lo que la policía respondió disparando gases y formó una valla humana, que fue resguardada con escudos y efectivos armados con macanas.

Al acto, que terminó con un concierto, fueron llevados unos 2 mil elementos de las fuerzas de seguridad, quienes fueron desplegados para acompañar la columna de manifestantes que desfiló de la plaza de la Ópera a la Bastilla para así evitar que se repitieran los disturbios ocurridos durante las marchas por el Día del Trabajo.

El fuerte despliegue de seguridad fue establecido por las autoridades luego de que cientos de encapuchados, los llamados Black blocs, grupo de extremistas conocidos por su violencia, incendiaran automóviles y vandalizaran un McDonald’s el pasado primero de mayo.

También se reportaron movilizaciones de menor tamaño en otras ciudades francesas, entre ellas Toulouse y Burdeos.

El viernes pasado el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux, expresó su temor de que ésta se tornara violenta, y señaló que el nombre de la marcha, Fête à Macron, puede tener un doble significado en francés: Hacer una celebración a alguien o dañarlo.

Esta es la última de una serie de grandes protestas contra Emmanuel Macron, cuyas reformas en varios sectores, desde la educación, donde varias facultades continúan cerradas en medio de protestas contra los planes para hacer que el acceso a las universidades sea más selectivo, hasta el sistema ferroviario, que celebró su más reciente paro de protesta el viernes, complicaron su primer aniversario al frente del gobierno.

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