¿Será necesario pensar mucho para darnos cuenta que hay sectores de nuestra sociedad, representados en el Parlamento, que defienden lo indefendible?
Nadie puede desconocer que los presos políticos en dictadura fueron maltratados más allá de todo el horror imaginable. El resultado de la Segunda Comisión Valech fue solicitado y apresurado sus conclusiones por el Presidente Sebastián Piñera, recién elegido para su primer mandato.
A ésos datos evidentemente deberán agregarse los que no fueron recibidos o quedaron pendientes, y dicha tarea debiera ser implementada permanentemente por una Comisión propuesta por el Gobierno de Michelle Bachelet, promesa que no se cumplió.
Por nuestra parte, seguiremos solicitando que esta Comisión se cree y funcione como parte de la institucionalidad en DDHH.
El incidente provocado -la semana pasada- por el diputado UDI, Ignacio Urrutia, opaca, saca del foco de atención el hecho de que nuevamente a los ex presos políticos no se les repare, simbólicamente, con una cantidad de dinero aprobado en un largo trabajo entre las organizaciones de ex presos políticos con el gobierno anterior.
¿Podrá sobrevivir un ex preso político con una pensión mensual de: $179.000 hasta los 70 años; $196.000, entre los 70 y 75 años; o $205.000, a partir de los 75 años.
¿Admite siquiera comparación con las de los victimarios, presos en Punta Peuco, cuyo promedio es de 2 millones de pesos? Son datos de conocimiento público, no nos llamen a engaño. Nadie puede vivir dignamente con ese dinero, y se argumenta que no hay dinero para reparar en algo a quienes aún viven?.No resiste análisis, esto debe enfrentarlo y resolverlo el gobierno de Sebastián Piñera.
Nuestra exigencia apunta a que se restituya el Bono Reparatorio como fue el acuerdo con las organizaciones de ex-presos.
Nada ni nadie puede reparar el daño causado, ni a las víctimas ni a sus familias. ¿O es que los hijos huérfanos no añoran día a día a los padres ausentes? Las madres que han envejecido o fallecido buscando una respuesta que los cobardes no entregan. Las esposas y compañeras que recuerdan día a día al ausente. ¿Quién puede atribuirse la facultad de dimensionar todo el dolor y el coraje contenido en estas vidas, dedicadas a exigir Verdad y Justicia, porque es lo que corresponde? Nada más pero nada menos.
La consecuencia y dignidad demostradas en décadas, no será disminuida por nadie, menos si buscan desviar la atención de lo principal. El diputado que provoca e insulta, todos ellos que apoyan en público o en silencio cómplice no entienden que esta búsqueda de Verdad, Justicia y Reparación ha sido siempre guiada por el amor, el amor como valor supremo, nuestro amor eterno para lograr sacudir a una sociedad amnésica, y se entienda finalmente que es la defensa de la patria, la misma que los nuestros soñaron y amaron.
En nuestro quehacer diario no puede haber cabida para quienes desde el Congreso o desde cualquier tribuna, nieguen lo que está comprobado, en Chile, durante la dictadura cívico-militar se violó sistemáticamente los DDHH, y conductas de tal naturaleza deben ser sancionadas, tal cual sucede en Alemania, en que la sola mención al nazismo y al odio es penada por ley.
Levantamos el legado de los nuestros con todas nuestras fuerzas, así los honramos, no olvidamos, y anhelamos construir precisamente una patria mejor.
Fundación Ciudadana de DDHH