Enero 24, 2025

Comisión sobre Infancia: ¿Somos todos niños?

Mientras el gobierno continúa con su veloz Retroexcavadora2.0, es decir “haciendo” su política, se integran a sus Comisiones “para saber qué hacer” figuras autodenominadas de centro-izquierda. Son los técnicos así calificados por el gobierno que cita: Lagos Weber, Boric y posiblemente Mariana Aylwin.

 

El debate sobre la infancia y otros temas claves en nuestra sociedad, hecho a partir de invitaciones presidenciales, puede servir más que los debates parlamentarios, con los que se ha llegado a situaciones como la existente.

Ahora estarán los verdaderos “dueños” de Chile y no sus representantes en el Congreso: el Presidente, su Ministro de Justicia y su Ministro de Planificación. Son personeros de mucha relación con la infancia carenciada. El Presidente tiene una fortuna de miles y miles de millones de pesos. Su Ministro de Planificación, menos pero muchos millones sobrantes, la mayoría dedicados a sus caballos y potros. Y del Ministro de Justicia, se sabe que posee probados antecedentes sobre la infancia ya que apoyó a delincuentes que abusaban de niños, como Paul Schaefer.

Partamos por decir que el debate sobre “la infancia” no es un debate sobre todos los menores de edad. Si fuera así deberíamos discutir sobre la situación de los hijos y nietos del Presidente de la República a los que el destino- vamos a llamarlo así- o el sistema socio-económico que vivimos, como prefiero llamarlo, les ha entregado ya miles de millones de pesos, sin trabajar, para que puedan vivir muy bien el resto de sus vidas y dejar millonarias herencias si les place.

El debate sobre la infancia debe centrarse en conversar seriamente sobre la situación que golpea a niñas y niños de sectores carenciados y abusados de Chile, pobres, sectores medios bajos, marginales, inmensa mayoría de la infancia indígena, niños de poblaciones (particularmente de aquéllas golpeadas por el narcotráfico), niños miserables o sensibles a la miseria, la delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución y también a la pedofilia.

Todos, incluso el Presidente y sus ministros, sabemos que los términos de riqueza y de pobreza son relativos, como los de poder y subordinación, y que no hay pobres extremos si no hay ricos extremos. Niños ricos y protegidos y niños pobres y desprotegidos.

Y todos sabemos que en Chile hay cientos de miles de niñas y niños, millones, que no tienen nada y que viven en familias sin ingresos o con ingresos per cápita menores a 50 ó 60 mil pesos mensuales, dos o tres mil pesos diarios por niño para destinar a vivienda, servicios mínimos, alimentación, vestuario, educación, salud, movilización y mínimos esparcimientos.

Con Pinochet se llegó a casi el 50% de niños bajo el nivel de pobreza. Los contó un Sr.Kast.

Ahora son menos, pero están allí.

La mayoría de los niños y niñas chilenos – no hablamos de los más pobres- percibe entre 2 y 3 dólares diarios para cubrir todas sus necesidades, en uno de los países más caros de América Latina.

O sea, el primer acuerdo entre los que debatan sobre la infancia debe ser que el salario mínimo que se pague en Chile debe hoy alcanzar al menos los 500 mil pesos, sin reajustes del precio de lo bienes y servicios que los trabajadores demanden.

La asignación familiar de hoy es de menos de mil pesos diarios.

Se ha escuchado que el Presidente es partidario de entregar más dinero a las instituciones colaboradoras del Sename. Algunas, dirigidas por sacerdotes, proponen más de un millón de pesos mensuales por niño. ¿Qué tal sólo 500 mil pesos para familias que deben cuidar a dos, tres o más hijos? ¿No hemos escuchado que nadie mejor que los padres saben cuidar y velar por sus hijos?

Es inadmisible que, sin partir por una profunda autocrítica, convoquen a discutir sobre el tema ministros que apoyaron tiranías y organizaciones degeneradas, como Colonia Dignidad, donde era normal la tortura y la violación de niños, y un Presidente que acumula una fortuna de más de 600 mil millones de pesos hoy declarados, sin donar un peso, que se sepa, a los niños carenciados.

¿Qué respeto por la infancia carenciada tienen los dueños de Chile?

 

 

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