El método de la derecha latinoamericana, sea para derrocar o evitar el triunfo de candidatos de izquierda, ya no es el recurso de apelar a las fuerzas armadas, pues ahora es más sofisticado: se recurre a la acusación constitucional por parte del poder legislativo o bien, a fiscales y jueces. Esta estrategia ya dio resultado en el caso emblemático de Dilma Rousseff, pero luego se comprobó que todos los delitos que se le imputaban resultaron ser falsos. En el caso de Honduras se utilizó el Tribunal Electoral, que declaró vencedor al actual Presidente de la República.
En las elecciones de 2018, en Brasil, Inácio Lula da Silva triunfaría, fácilmente, sobre su rival más cercano, a quien le lleva un 25% de diferencia. La estrategia de la derecha se encamina a impedir que Lula sea candidato y, para lograrlo, ahora se valdrá del poder judicial.
Sólo los cándidos creen que los jueces son objetivos en sus fallos, pero sabemos que el poder judicial es tan corrupto como los poderes del Estado, en un Brasil que se encuentra en lodazal.
El juez de la causa, Sergio Moro, claramente un derechista, tiene como objetivo, basándose en el Lava Jato, perseguir a la izquierda, principalmente a Lula, a quien ya condenó en primera instancia, a la pena de nueve años y seis meses por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. Lula apeló al Tribunal de la IV Región de Bello Horizonte y, después de 10 horas de deliberación, los tres jueces, por unanimidad, ratificaron la sentencia y, de contentos con este resultado, la aumentaron a 12 años y un día.
Por ahora, hasta tanto no terminen las apelaciones, Lula permanecerá en libertad y podrá seguir en la campaña electoral quien, quien fue proclamado ayer como Candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores. El plazo para la inscripción de las candidaturas vence en el mes de agosto.
Hasta el momento, las pruebas presentadas por el Procurador son muy débiles, tanto de jure, como de facto, pues se basan en la posesión de un tríplex que habría sido donado como “coima” por la constructora OEAS. No existe una inscripción notarial por parte de la Lula y de su esposa quienes, al parecer, tendrían una sociedad conyugal, pero la esposa falleció, por consiguiente, la propiedad pasaría a Lula, único socio sobreviviente. El segundo delito, el lavado de dinero, es muy difícil de probar. Las demás acusaciones como las referidas a Petrobras, Odebrecht y algunas otras empresas, aún están en trámite.
La delación compensada, a la cual se han sometido los dueños de algunas empresas brasileras implicadas en el Lava Jato, han sido letales para cuatro presidentes peruanos, (Alán García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y, muy posiblemente, Pedro Pablo Kuczinski, y está a la espera el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos), lista a la cual se agregaría Lula.
Poor parte de la derecha colombiana, fascistoide y canuta, hubo manifestaciones de alegría ante la noticia de la condena de Lula, mostrando muñecos con el rostro del ex Presidente Lula en traje de presidiario.
Las manifestaciones de la izquierda brasilera se han por todo el país en apoyo a Lula, y la situación se ha tornado tan tensa que no es raro que se deriven en situaciones de violencia.
Brasil es una potencia decisiva en América Latina, y del resultado de esta lucha política entre la derecha y la izquierda, hoy judicializada, será muy importante en el viraje a la derecha de los gobiernos del continente.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
26/01/2018