Diciembre 8, 2024

El horror de la “Venda Sexy”

La Corte Suprema condenó a seis agentes de la Dina a penas de 15 años de presidio por el secuestro calificado de Eduardo Gustavo Aliste González, Eugenia del Carmen Martínez Hernández y Gerardo Ernesto Silva Saldívar, víctimas que fueron llevadas al cuartel secreto conocido como “Venda Sexy” o “La Discotheque”, ubicado en calle Irán 3037, esquina de Los Plátanos, en la actual comuna de Macul, entre septiembre y diciembre de 1974.

 

 

En fallo unánime, la Segunda Sala del tribunal -integrada por los ministros Milton Juica, Carlos Künsemüller, Lamberto Cisternas, Manuel Antonio Valderrama y el abogado Jean Pierre Matus- confirmó la sentencia del ministro en visita Leopoldo Llanos, que condenó a Manuel Contreras Sepúlveda, Raúl Iturriaga Neumann, Manuel Carevic Cubillos, Risiere del Prado Altez España, Hugo Hernández Valle y Gerardo Ernesto Urrich González como autores de los secuestros.

 

Eduardo Aliste, 19 años, simpatizante de la Juventud Socialista, fue detenido el 24 de septiembre de 1974 y llevado al recinto denominado Venda Sexy, luego de lo cual no se tienen noticias de su paradero. Gerardo Silva Saldívar, de 23 años, estudiante de estadística en la Universidad de Chile, militante del MIR, fue capturado el 10 de diciembre de 1974, en horas de la tarde, por agentes que se movilizaban en una camioneta de color verde y conducido a Venda Sexy, según testigos, donde se pierde su rastro. María Eugenia Martínez, vinculada al MIR, obrera textil en Industria Labán, fue secuestrada el 24 de octubre de 1974 en su lugar de trabajo, Irarrázaval 1515, Ñuñoa, en presencia de sus compañeros, del jefe de personal de la industria, Mario Torres, y de uno de los dueños, Patricio Labán. Al día siguiente su domicilio fue allanado por un grupo de civiles armados. Posteriormente fue vista por diversos testigos con claras señales de tortura en la Venda Sexy y en Cuatro Alamos.

 

 

CUARTEL SECRETO

Venda Sexy, como la llamaron los prisioneros que lograron sobrevivir, era una casa de dos pisos, levantada en un sitio con los muros cubiertos de latón. Camionetas con toldos entraban y salían durante el día bajo la atenta vigilancia de hombres con lentes oscuros. Dos o tres sujetos permanecían siempre en la esquina de las calles Irán y Los Plátanos portando armas bajo sus ropas. Los vecinos escuchaban todos los días una fuerte música que salía del interior de la vivienda. El inmueble, situado muy cerca de la rotonda Quilín y a escasas cuadras de la avenida Américo Vespucio, pertenecía a Héctor Muñoz Muñoz, un vecino que tras el golpe militar abandonó el país y se radicó en Europa. El hermano de éste, Luis Muñoz, le arrendó la vivienda al teniente de Carabineros Miguel Hernández, a comienzos de 1974. El uniformado le dijo que sería utilizada como residencia para colegas suyos que venían a Santiago desde provincias. En los meses siguientes el teniente pagó puntualmente y en efectivo el canon acordado. La casa tenía en la planta baja un hall de distribución y una amplia escalera de mármol que conducía al segundo piso. Había también un comedor en desnivel, un escritorio, un baño de visitas con una pequeña ventana redonda y una cocina que daba a un patio de servicio por donde se accedía a un subterráneo. Arriba se ubicaban tres dormitorios y el baño principal. Los pisos eran de parquet.

La música y las canciones intentaban apagar el sonido del horror que se vivía en el interior de aquel cuartel de la Dina. Los prisioneros no sólo eran torturados sino que además se abusaba sexualmente de ellos. Muchas mujeres fueron violadas y sometidas a vejaciones inenarrables. El Informe Valech afirma: “Quienes estuvieron en la Venda Sexy denunciaron haber sido sometidos a interrogatorios y torturas que se desarrollaban en el subterráneo del inmueble. En este recinto se practicó con especial énfasis la tortura sexual. Eran frecuentes las vejaciones y violaciones sexuales de hombres y mujeres, para lo que también se valían de un perro adiestrado”.

Los innumerables testimonios señalan que se torturaba mediante corriente eléctrica, con quemaduras de cigarrillos, fractura de dedos y muñecas por largos colgamientos, palizas y otros métodos crueles y degradantes.

Venda Sexy fue inicialmente un cuartel de detención e interrogatorios para militantes y simpatizantes socialistas, pero muy luego fue destinado a interrogar a los detenidos de las estructuras estudiantiles y juveniles del MIR. Entre febrero y abril de 1974, la Dina reorganizó sus equipos operativos, en especial la denominada agrupación Purén, a cargo del mayor Raúl Eduardo Iturriaga. A comienzos de mayo, el comandante de la Fach Mario Jahn, subdirector entonces de la Dina, incorporó a Purén al capitán Gerardo Urrich, apodado “Pantalón Cortito”, quien había sido oficial de órdenes del coronel Manuel Contreras. En Purén ya estaban los capitanes Manuel Andrés Carevic Cubillos y Ciro Torré, y los tenientes Ricardo Lawrence y Miguel Hernández. Una parte de Purén operaba en el cuartel Ollagüe, en la calle José Domingo Cañas 1367; otra en la Compañía de Teléfonos; y una tercera, en el cuartel central de calle Belgrado. Inicialmente, el teniente Hernández estuvo al mando del recinto de Irán con Los Plátanos y le correspondió iniciar las detenciones y traslados de detenidos desde y hacia la Villa Grimaldi. Un ex agente de Purén, el suboficial de Carabineros Segundo Gangas Godoy, alias “Víctor Hugo”, declaró ante la justicia que aquella brigada estuvo compuesta por cinco grupos operativos: Alce, encargada del área sindical; Ciervo, Chacal, Puma y Leopardo. En total eran cerca de 50 agentes.

Los analistas de Purén fueron destinados a Venda Sexy a mediados de 1974. Uno de ellos, el carabinero Alejandro Molina Cisternas, estaba a cargo de redactar las fichas de quienes iban a ocupar puestos de confianza en el gobierno militar, las que entregaba al capitán Carevic. Por esa misma fecha llegaron los detectives encargados de los interrogatorios rutinarios, dirigidos por Risiere del Prado Altez España, apodado “El Conde”. El 2 de noviembre de 1974, el capitán Urrich resultó herido en un enfrentamiento en el sector de Bilbao con Jorge Matte. Estuvo hospitalizado siete meses y lo reemplazó en la brigada Purén el capitán Manuel Vásquez Chahuán.

Venda Sexy también era frecuentada por Osvaldo Andrés Pincetti Gac, a quien desde 1974 el coronel Contreras envió a hipnotizar al personal de la Dina para medir su coeficiente intelectual, lo que hizo con unos 800 funcionarios en Villa Grimaldi, Londres 38, José Domingo Cañas y en Venda Sexy.

 

VINCULOS PS-MIR

A mediados de 1974 los analistas de la Dina encontraron numerosos vínculos y puntos de encuentro entre algunas estructuras miristas y militantes del Partido Socialista. Los mandos decidieron concentrar a varios grupos de tarea en el nuevo cuartel de calle Irán con Los Plátanos y reunir allí a los detenidos del PS. Decenas de jóvenes de ambos sexos con aquella militancia, muchos de ellos aprehendidos por agentes de Investigaciones y luego entregados a la Dina, han atestiguado su presencia en ese lugar entre agosto y septiembre, siendo sometidos a bárbaras torturas y frecuentes violaciones y abusos sexuales. No obstante, en las semanas siguientes a la muerte del secretario general del MIR, Miguel Enríquez, mientras las jefaturas decidían empezar a desocupar el cuartel de José Domingo Cañas, se redobló la ofensiva en contra del MIR.

El 19 de noviembre, los agentes llegaron a la calle Joaquín Godoy, comuna de La Reina, y tras breve espera capturaron a la arquitecta boliviana Ida Vera Almarza, 32 años, al dirigente campesino Isidro Miguel Angel Pizarro Meniconi, 21 años, y a otros dos jóvenes. Los dos primeros fueron baleados cuando intentaron una desesperada resistencia.

El 20 arrestaron a Luis Mahuida Esquivel, 25 años, profesor de inglés, cercano al nuevo jefe del Grupo Político Militar Uno del MIR (GPM1). Dos días después, el 22, cerca de las cuatro de la madrugada, cinco hombres saltaron la reja de una casa en San Miguel e ingresaron violentamente a un dormitorio desde donde sacaron a Luis Genaro González Mella, 25 años, estudiante de la UTE. Horas más tarde arrestaron en la población La Bandera a Antonio Patricio Soto Cerna, 32 años, carpintero, miembro de la Fuerza Central del MIR.

En la Venda Sexy, mientras, se agolpaban los nuevos detenidos, las torturas se multiplicaban y los agentes obtenían nuevos nombres de contactos, enlaces y puntos de coctacto en diversos lugares de la ciudad. Los miembros de la brigada Purén acumulaban fotografías obtenidas en el Registro Civil y en los archivos del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde habían estudiado o incluso aún estaban muchos de los buscados.

En la mañana del 27 de noviembre los hombres de la Dina se apostaron en los alrededores de la esquina de las calles Independencia y Olivos, a escasos metros del río Mapocho, en el centro de Santiago. Un dato obtenido bajo tortura les indicaba que hasta allí llegaría el jefe del GPM1 del MIR, que comprendía la vasta zona de San Miguel, La Granja, el Cordón Industrial de San Joaquín, San Bernardo y Puente Alto. A las 7.45 horas en punto apareció Félix Santiago de la Jara Goyeneche (“Diego Parra”), 24 años, ex estudiante del Pedagógico, quien fue reducido rápidamente.

La arremetida prosiguió el 9 de diciembre con la detención de Marta Silvia Adela Neira Muñoz, 29 años, secretaria bilingüe, ex funcionaria de revista Ramona, en la desaparecida editorial estatal Quimantú, enlace de César Arturo Negrete Peña (“René”), su pareja. La mujer fue capturada en los alrededores de las calles Bascuñan y San Alfonso, muy cerca de la Estación Central. Pocas horas más tarde los agentes llegaron hasta el domicilio de ambos, en las Torres de San Borja, frente a la entonces sede del gobierno militar, donde arrestaron a Arturo Negrete Peña, 25 años, ingeniero comercial, segundo jefe del GPM1. En los días siguiente Marta Neira fue reiteradamente violada por perros en la Venda Sexy, brutal odisea que fue testimoniada meses después por Laura Ramsay, hija de un diplomático que estuvo detenida en aquel cuartel de la Dina y cuyo relato fue publicado por la revista estadounidense Time.

 

LA PASCUA DEL 74

Aquel mismo día fue aprehendido Mario Fernando Peña Solari, (“Bruja” o “Boris”), 21 años, estudiante de arquitectura de la Universidad de Chile, jefe del GPM5 del MIR, quien acudió a encontrarse con Cristián Mayol, dirigente mirista que permanecía detenido en Villa Grimaldi, donde era sometido a constantes torturas. Casi al mismo tiempo, cayeron también en manos de la Dina varios enlaces de Peña Solari, integrantes de la Red de Resistencia de Medicina, asentada en la facultad que se encuentra junto al Hospital José Joaquín Aguirre, en la comuna de Independencia.

A la caída de Mario Peña, siguió el día 10 la detención de su hermana, Nilda Patricia Peña Solari, 23 años, estudiante de biología de la Universidad de Chile, encargada de la publicación clandestina El Rebelde, quien vivía en un departamento en calle Valentín Letelier, a escasos metros de La Moneda.

El joven Peña Solari no pudo soportar presenciar cómo torturaban a su hermana y entregó algunos puntos de reunión y acompañó a los agentes de la Dina a efectuar las detenciones. El 12 cayeron Jorge Ortiz Moraga, 20 años, estudiante de medicina de la Universidad de Chile, encargado de las tareas militares del GPM5; Carlos Terán de la Jara, 25 años, dibujante proyectista; y Renato Sepúlveda Guajardo, 21 años, estudiante de medicina de la Universidad de Chile; el 13, fue detenido Jorge Antonio Herrera Cofré, 18 años, estudiante secundario; el 14, Ramón Labrador Urrutia, 24 años, comerciante; el 17, Luis Dagoberto San Martín Vergara, 22 años, estudiante de agronomía de la Universidad de Chile. Este último estuvo detenido en muy malas condiciones, torturado hasta lo indecible, con sus dedos y muñecas quebrados, incapaz de sostenerse en pie, afectado además por un infarto cardíaco. La última vez que fue visto lo conducían a una clínica de la Dina, el 18 ó 19 de diciembre de 1974.

El ciclo de pavor se cerró el 20 de diciembre con la detención de María Joui Petersen, 19 años, estudiante de economía de la Universidad de Chile; y de Francisco Rosas Contador, 22 años, fotógrafo.

Todos los arriba mencionados, que estuvieron en Venda Sexy, permanecen desaparecidos hasta hoy.

 

MANUEL SALAZAR SALVO

 

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 892, 12 de enero 2018.

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