Me he decidido a escribir estas líneas después de leer la columna dominical de Carlos Peña la cual en esencia imputa al Frente Amplio actuar como Cantinflas. El ninguneo no es buena cosa. Se entiende por cantinfleo el hablar mucho sin decir nada. Cantinflas no inspira la declaración del Frente Amplio para la segunda vuelta, esto es simplemente una descalificación a falta de argumentos, una falacia diría Aristóteles.
La voluntad política del FA es clarísima, lo que no dice es lo que Carlos quiere escuchar, que se proclame al candidato Guillier.
Su explicación es que el FA estaría preso de un optimismo histórico fanático. Uf, Carlos, te has instalado en el peor de los conservadurismos. Quedaste de la mano con Fukuyama, Sólo esta realidad sería posible, el “realismo” es aceptarla, todo lo demás es fanatismo ideológico. Bueno, en fin, esa columna se publica en El Mercurio y está en El Clarín.
El FA dice cuatro cosas claras 1.- Es mejor y a votar. 2.- Piñera es un retroceso. 3.- Cada cual resuelve en su conciencia. 4.- Guillier debe hacer los esfuerzos por seducir a los votantes que mayoritariamente expresaron malestar con el modelo neoliberal.
Esto es clarísimo, me cuesta entender la imputación de ambigüedad. El mensaje es claro. Lógico y políticamente coherente.
Votar, pues hay un deber cívico, con la democracia. El FA ´pudo ser más duro, y tiene espacio para ello, y llamar a no votar.
Piñera es un retroceso, esa afirmación la comparte la inmensa mayoría de los chilenos, no sólo por su conducta personal, que entre otras cosas le permitió ganar a él personalmente cuando todo Chile perdió en el juicio con Perú en la Haya sino porque, además, es el representante del gran empresariado chileno que mediante colusiones e instituciones abusivas estruja a todos los chilenos en todo lo largo y ancho de la actividad económica, salud, educación, supermercados, sistema financiero etc…
Guillier debe conquistar sus votos. Los concertacionistas fueron acostumbrados a recibir los votos de la izquierda extraparlamentaria con el ramplón argumento “que viene la derecha”. Esa maniobra electoral cuya completa extensión nunca conocimos, sólo vimos la parte superior de la mesa, los acostumbró y ahora de la “movida” quieren hacer una institución. Quieren que el FA les busque y les regale los votos. Es tarea del candidato buscar sus votos, no pretender que una maniobra cupular le dote de la legitimidad que la ciudadanía le ha negado. Quiere la presidencia de regalo.
Dejar a la conciencia de sus electores el voto es coherente con la definición del FA y con los fundamentos de su origen. Ellos nacieron y son respaldados por la ciudadanía como una alternativa al duopolio, si apoyan a cualquiera de ellos dejan de serlo. Las diferencias con el oficialismo son profundas, como podrían llamar a votar por Guillier y al día de su asunción ser oposición.
La opción FA ya no está en la segunda vuelta este es el quid del asunto, por qué tendrá el FA la obligación de proclamar candidato ajeno?
El FA llamó a votar por su programa, recogió adhesiones, ´pretender ahora endosarlas, sería ver esos chilenos como interdictos políticos. Eso sería una falta de respeto, la vieja política. En el socialismo chileno eso se conocía como “engordar la chancha y luego ir a venderla”. Muchos hicieron carrera recopilando la inconformidad y luego transándola, uno de esos se acaba de perder como senador en el sur. Afortunadamente para Chile y el FA eso no ha ocurrido, esto ha causado molestias en algunos: que bueno, me alegra.
ROBERTO AVILA TOLEDO