Diciembre 8, 2024

Para tener en cuenta antes de votar: la verdadera realidad socioeconómica en Chile

Pocos escenarios tan precisos para develar los misterios de la construcción “democrática” aceptada por la oposición a la Dictadura, como itinerario “para recuperar la normalidad del país”. Después de 28 años de administración del modelo económico y político aceptado por las elites a cambio de una democracia tutelada en Chile, los resultados de este injerto de control político, están a la vista.

 

Según el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), la pobreza a febrero de 2017 se resume así “En febrero recién pasado, la canasta básica de alimentos alcanzó un valor mensual de $40.510 por persona, la línea de pobreza por persona equivalente un valor de $155.623 y la línea de pobreza extrema por persona equivalente un valor de $103.749.- “http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/layout/doc/ipc/Valor%20CBA%20y%20LP%C2%B4s%2017.02.pdf
La Pensión Básica Solidaria, a su turno alcanza a julio de 2016 un monto de $ 104.646.- https://www.spensiones.cl/portal/orientacion/580/w3-article-5784.html
Vale decir, la contención a la línea de pobreza extrema, es ajustada al mínimo posible. Viven de este monto 580.614 personas: https://www.spensiones.cl/portal/informes/581/articles-11241_recurso_1.pdf.
Las pensiones con Aporte Previsional, a su turno (pensiones autofinanciadas con al menos 20 años de cotizaciones) alcanzan 730.609 pensionados, que representan el 65,6% del total de pensiones contributivas. El tope de la pensión con APS incluído es de $ 309.231.- El monto promedio de aporte estatal es de $ 83.620.- para pensiones pagadas por las AFP, llamadas de Retiro Programado; de $ 46.938.- para pensiones pagadas por Cias de Seguro, llamadas Rentas Vitalicias, y de $ 46.636 para pensiones pagadas por el IPS, que vienen del sistema antiguo.
No es difícil advertir que las pensiones pagadas por las AFP de Retiro Programado, son las más pobres en Chile. Representan el 65% de las pensiones por vejez en el país: http://www.spensiones.cl/safpstats/stats/.si.php?id=inf_estadistica/afipen/mensual/2017/09/m00.html
Por otra parte, el salario medio en Chile, según el INE, a julio de 2017, es de $517.540.- Este promedio se distribuye como sigue: “La mayor parte de la población ocupada (20,5%) percibió ingresos entre $200.001 y $300.000. Le siguieron quienes obtuvieron ingresos en el tramo de $300.001 a $400.000 (17,3% de los Ocupados) y de $0 a $100.000 (11,0%). En contraste, un 9,7% de los Ocupados tuvo ingresos mayores a $1.000.000 y solo un 1,2% de los trabajadores alcanzó montos superiores a $3.000.000”: http://www.ine.cl/prensa/detalle-prensa/2017/07/25/ingreso-laboral-promedio-mensual-en-chile-fue-de-$517.540-en-2016.
Vale decir 48,2% de la fuerza de trabajo en Chile, percibe un ingreso menor a $ 400.000.- Mientras que los ingresos superiores a un millón de pesos, sólo ascienden a 9,7%, y superiores a tres millones de pesos, un exiguo 1,2%. Entre ambos tramos obvio no hay punto de comparación, no es lo mismo vivir con un millón que con tres millones de pesos.


A su turno, 41,7% vive de un ingreso entre $ 400.000 y un millón de pesos ( el segmento llamado “clase media”, que no es sino un segmento altamente pauperizado -nadie vive tranquilo con este nivel de ingreso en Chile-), que se yergue como nuevo segmento de políticas públicas de apoyo, vía subsidios a la educación y pensiones, mientras vivienda y salud son consideradas segmento de mercado en vivienda y salud.
En este contexto, según ingresos, el MDS cifra en 3,5% las personas en situación de extrema pobreza, poco más de quinientos mil personas, y en 8,1% las personas en situación de pobreza, aprox 1,3 millones de personas. Mientras, la pobreza que tipifica como situacional, alcanza un total de 20,9% (16,4% pobres y 4,5% en extremo pobres respectivamente), alrededor de 3,4 millones de chilenos.
Esta es la realidad del Chile que se precia de un PIB per cápita de US$24.089, unos quince millones de pesos al año por persona, vale decir, un millón trescientos mil pesos mensuales de promedio. Una cifra bastante lejana a la realidad del 89,1% de los trabajadores que viven con menos de un millón de pesos, y de 1,8 millones de pobres.
Como parte de la pobreza situacional se cuentan las personas con pensiones pobres, que superan apenas la linea de pobreza sin estar realmente fuera de esa condición. Sobre la línea de extrema pobreza y bajo la línea de pobreza, se sitúa casi la totalidad de pensionadas y pensionados por Retiro Programado. También se agrega la pobreza por hogar, calculada en $368.389.- 
Este monto de ingresos es bajo, siendo la deuda privada el principal mecanismo con que afrontan sus necesidades.
Chile presenta además un severo 46% del PIB en deuda privada (unos US$ 92 mil millones de dólares).
El Banco Central, y la SBIF no se alteran ante esto, aduciendo que se trata de un incremento de la deuda hipotecaria: http://www.pulso.cl/empresas-mercados/reguladores-banca-linea-fmi-endeudamiento-hogares-no-habria-riesgo/
Sin embargo advierten los riesgos inherentes a esta situación. La misma fuente precedente señala que “…el aumento de la deuda ha ido de la mano con mayores niveles de provisiones, en línea con la normativa de provisiones para créditos hipotecarios que publicó la SBIF en diciembre de 2014 y que implementó en enero de 2016. ‘Ha generado un colchón de mayores provisiones con el fin de estar preparado frente a eventuales shocks’ “.


A su turno, la situación institucional es desastrosa. Decenas de parlamentarios y ex ministros de Estado, son imputados, desaforados y condenados por haber sido cohechados por los grupos económicos dominantes, criados y crecidos al amparo de la tutela militar. La Plutocracia campea, y los recursos institucionales apenas se sostienen para evitar la debacle total del Cohecho como norma de la política.
Es claro, estos conglomerados, han concentrado la riqueza superando sistemáticamente las normas jurídicas, a través de sofisticadas operaciones de fraude financiero. El uso de información privilegiada, coimas y operaciones en cascadas, se suman a fraudes sistémicos, más graves aún, en el seno de las FFAA y Carabineros. Hacia abajo, en el sistema financiero, pululan los casos de agresivos brokers que han realizado sofisticadas estafas colectivas, mientras la delincuencia de calle, se caracteriza por su enorme violencia, e incluso poder de fuego. 
Ante estos hechos, el poder de la prevención y jurisdicción garantista, concebida para un modelo de desarrollo avanzado, es ineficiente. Se torna entonces altamente demandado el uso de sistemas industriales de control privado, a los cuales la inseguridad y criminalización les convierte en grandes negociantes. La llamada a armarse y usar armas privadas del candidato de ultraderecha J. Kast, va en este sentido.
Así las cosas, el escenario electoral no es nada halagüeño. Los resortes institucionales muestran la fatiga de un largo recorrido, sin que la estructura del modelo muestre algún alero para su salida indemne.
La derecha muestra a un desvencijado Piñera, que desde su alta escuela de especulador, pretende convencer que ya no se caerá del caballo (el Estado), porque aprendió a montar. Una poco promisoria pretensión por cierto.
Más allá de sus apetitos personales, que ha dejado una reguera de odios y rencores ardientes en su sector, el problema sistémico de la derecha se reduce a lograr una fuerza militar que logre amenazar suficientemente a la población para retomar la senda de saqueo silencioso que les permitió sobrevivir en Dictadura. Sin embargo, ese resorte es irrealizable actualmente.
Tampoco pueden seguir comprando políticos a su amaño. Demasiado caro les ha costado. Baste mirar las sanciones en Canadá y USA a Ponce Lerou, que le tiene entre las cuerdas, negociando su control del Litio en Chile, con esos accionistas internacionales.
Entonces el discurso de la derecha se reduce a revestir de realidad los portonazos y las balaceras en La Legua, como si esa fuera la vida cotidiana en el Chile real.
En este escenario, Kast se yergue con grave amenaza a la candidatura piñerista, en una lucha soterrada que se ha ocultado con extremo celo, pero que tal vez sea la mayor desventura de estas elecciones, para este sector. Kast promete lo que la derecha chilena ha hecho siempre: sangre y fuego. Un fanático del nazismo, admirador de los asesinos de lesa Humanidad de Pinochet, que desprecia las condenas que purgan por sus crímenes contra la Humanidad, y que piensa que por esta vía del armamento privado hará mayoría en el país. Francamente lejos de todo sentido de la cordura. 
Por otra parte, este sector tiene gran parte de sus figuras senatoriales y ministeriales escondidas por sus graves hechos (Longueira, Von Baer, Moreira, Golborne y un largo etc.), quedando en consecuencia sólo la apuesta a la fuerza del descrédito de la alianza gobernantes, para volver a La Moneda.
Por su parte los titulares de estas fuerzas, actualmente en el gobierno, la NM, sufren la diáspora de la crisis terminal del modelo de gobierno que intentaron, lo cual les deja lejos de un análisis de fondo adecuado, viéndose sobrepasados notoriamente. Guillier además, se plantea de suyo obsecuentes al modelo; desde la vereda SD, cede ante las insistencias de los oligopolios, para derogar los controles medioambientales, mientras consiente en continuar la aplicación del modelo privado de salud (que hace quasi colapsar la jurisdicción de protección de la salud constitucional. Sólo el 2016 se conocieron 143.310 casos, superando los 500 mil desde 2010, siendo el total de cotizantes a 2017 de 1.9 millones de trabajadores: http://www.latercera.com/noticia/recursos-isapres-caen-primera-vez-desde-inicio-la-judicializacion/# ).
Por su parte, la DC, enconada con la SD ante su alianza con el PC en la última elección, intenta un moribundo saludo a la bandera, pretendiendo un llamado a la ética, cuya enorme tardanza choca de inmediato con sus cuadros entregados a las salmoneras, a la industria financiera, a las AFP, a las sanitarias privatizadas, donde ética no ha habido ninguna. 


El PC, a su turno, se muestra cómodo administrando las cifras de pobreza en el actual gobierno, sin ninguna proyección para abrir la lucha de fondo contra el modelo. Hacen suya la segunda reforma previsional de la SD-DC, que ahora con el PC, piden cesar el No más AFP. 
La tercera vía por su parte, iniciada por Marco Enríquez el 2010, y que ha sido reemplazado en esta elección (probablemente para siempre) por el Frente Amplio, muestra un enorme desvelo por tratar de conciliar el modelo, con fórmulas inciertas de reemplazo, sin mostrar manejo sistémico de fondo, lo cual los deja como fórmula débil de poder. 
El posibilismo para este sistema es letra muerta. Lo demuestra la Asamblea Constituyente, una cara apuesta de retorno a un recambio de orden conceptual del poder en Chile, que quedó sepultada en alguna parte de la alianza gobernante y la tercera vía.
Por último, Navarro y Artés no expresan bases sociales y políticas significativas, que ameriten considerarlos como reales alternativas del poder en Chile.
Este escenario, grave escenario, muestra como telón de fondo, una clase trabajadora altamente golpeada por las expectativas de mejores ingresos y calidad de vida, además muy endeudada, con un desgaste excepcional de salud mental, de sobra conocidos, con pensiones de hambre y abusos de poder y de mercado por doquier, además, sin opciones políticas para mejorar su vida. 
Por ello, la abstención se transforma en una norma de fuerza en la “democracia” chilena.
Este dato será clave en estas elecciones, y su análisis determinará de modo crucial el derrotero político ex post elecciones en Chile.
La clase trabajadora, en Chile, nunca ha sido sólo expectadora. Tarde o temprano determina la política institucional en el país.
Los oligarcas luego de las masacres de 1890, seguro pensaron que jamás sería cambiada la Constitución de 1833, sin embargo, lo fue.
También pensaron a largo plazo su proyecto de poder luego de 1973. Y lo han logrado de la mano de bonanzas de suyo ad hoc en sus iniciativas. Consenso de Washington desde 1990, y la globalización creciente.
Sin embargo, los datos del sistema son evidentes. La frustración y malestar de más de un millón de trabajadores, con conciencia de ciudadanía, genera una  aguda manifestación anti sistema neoliberal, también rebelde frente a la ya manoseada transición post dictadura.
Estas ideas fuerza, se han expresado tras el Movimiento No Más AFP, de ecologistas, estudiantes y de vivienda, en lo social, y muy fuertemente en la organización de base sindical pública y privada. 
Nuestro Movimiento No más AFP convocado con esta estructura, de trabajadores y territorios, ha generado movilizaciones nacionales, permanentes, que hacen crecer la conciencia de la clase trabajadora, misma que ha sido tratar de borrar definitivamente por la sociedad capitalista en Chile.
Luego de masivas convocatorias a marchas y movilizaciones territoriales, convocamos un Plebiscito nacional, en que votaron 1,2 millones de chilenos, con un 97% a favor del cambio del sistema, a una fórmula de reparto social, defendida por nuestro Movimiento.
Estas fuerzas sociales convocan a millones de trabajadores y sus familias, y emergen en especiales momentos de crisis del Capitalismo occidental, en que el mundo se debate entre la vida y la muerte, debido a la entrega del poder político a mercaderes de diverso cuño, lejos de la formación profesional de filosofía política y económica que guía las estructuras de gobierno y Estado.
Los fenómenos de empresarios que pretender destruir el Estado como la llave del todo en la Humanidad, los hay en Chile. Brasil, Argentina, Perú, y USA, que muestran sin embargo, complejas derivadas sociales e institucionales.
El liderazgo de Trump en este orden, sintetiza todo el sentido de poder de esta clase de comerciantes. La improvisación, la agresividad, la suma de superación de moral, de buenas costumbres en estos adinerados, acostumbrados a poner la música en sus empresas, rompe del todo con la cultura social y política, y sofocan el poder institucional con sus arrebatos y malas costumbres.
Lo poco de institucional del Liberalismo, que lo tiene, se va al tacho de la basura con estos personajes, dominados por la cultura de la inmediatez de los negocios.
Y de su mano, asoman graves hechos de descontrol en la política mundial.
La descomposición de esta actual política, obliga a que los nuevos líderes sociales, que apuntan al vértice de la política de superexplotación del mercado (pensiones miserables, eclosiones ecológicas, derechos sociales), logren afianzar escuelas de nueva política, primero, generando claridad acerca de los contenidos de fondo de la gobernanza sistémica y global, anclada en la filosofía política, económica y social, para luego plantear, si antes no deviene una eclosión militar o ecológica, un anclaje político institucional, en torno a un gobierno social de la riqueza.

 

 

 

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