Diciembre 11, 2024

Bracitos Cortos ¿Aristocrático?

Sabíamos hasta hace poco que Bracitos Cortos era un oligarca, un plutócrata, un gran burgués. Ya sabemos cómo se llega a eso, en su caso en una sola generación. Bancos a mano, tarjetas a mano, aerolíneas a mano.

Sin embargo, ahora, pletórico, chupamedias y alabancioso, El Mercurio de 22 de octubre pasado, nos informa que Bracitos es, además de lo anterior, integrante conspicuo de la aristocracia chilena y americana, con raíces también en el país vasco por eso de “Echenique” o “Echeñique”.

 

 

Bracitos, aristocrático.

Sería chozno de Aníbal Pinto, tatarabuelo de su mamá, gobernante de nuestro país precisamente durante la Guerra del Pacífico que, como se sabe, dirigió el Congreso apoyado por los ingleses.

Un chozno es un hijo de un tataranieto o tataranieta.

También Bracitos sería descendiente  – no se dice el porqué (en ese tiempo no había registro civil ni matrimonios a nuestro estilo ni menos familias como las nuestras)- nada menos que de Huayna Capac, emperador inca de Perú, con el que se inició la decadencia del Tahuantinsuyo, el imperio de los incas. Huayna Capac fue el único inca que se cayó al suelo públicamente; lo botaron de su litera. Lo siguió en eso Bracitos Cortos, que se abalanzó  en gran porrazo, del que lo salvó el actual alcalde de Puente Alto agarrándolo en el aire.

Bracitos ¿descendiente de Huayna Capac? Se entiende el único descendiente chileno de Huayna Capac, junto a sus hermanos, primos, sobrinos, hijos y nietos. Huayna Capac, o uno de sus hijos o hijas habría venido a Chile en el inicio del siglo XVI y aquí habría tenido descendencia. El lío es que en el siglo XVI no había llegado a Chile ningún Piñera (de origen plebeyo portugués) ni ningún Echenique o Echeñique (de origen plebeyo navarro, no vasco). Los Piñera y los Echenique o Echeñique llegaron a Chile doscientos años después de la desaparición del imperio incaico.

Los bracitos cortos de Bracitos, y el tamaño de su testa, tendrían, dicen, ese origen incaico. El “tumi”, símbolo de los Hijos del Sol, como se llamaba a los emperadores incas, tiene una tremenda cabeza y sus brazos son imperceptibles.

También serían de origen incaico un sobrino de Bracitos, de apellido Chadwick, envuelto hasta la tusa en el Caso Caval, y por cierto su hermano Miguel, que nunca, dicen, ha podido ocultar ese origen. Y, antes que Bracitos, su hermano mayor, el fundador de las AFP, a estas alturas un inca-paz.

Quien habría inventado la ascendencia incaica de Bracitos – destacada ahora por El Mercurio- es el ex Presidente peruano Alan García, en conversación con Bracitos hace unos años ya. García, mentiroso empedernido, es famoso por sus negociados, su chispa y su capacidad para tomarle el pelo a sus interlocutores.

Bracitos cayó en el embuste, con facilidad. Él también cree que Nicanor Parra está muerto hace rato, que Juan Fernández vivió en el archipiélago y que Abel mató a Adán.

García no aclaró de cuál de los hijos de Huayna Capac descendía Bracitos. Si de  Huáscar, Atahualpa, Manco Inca, Paullo, Ninan Cuyuchi, Atoc o Rumiñahui. Y cuál era la concubina, que se numeraban por cientos y que, seguro, dio origen probado a la descendencia imperial, que en menos de cien años dejó de existir porque el imperio sólo fue un recuerdo.

No está claro, para los verdaderos historiadores, dónde nació Huayna Capac, si en el Cuzco (Perú) o cerca de Quito (Ecuador). Se sabe que llegó a este mundo a mediados del siglo XV, antes de la llegada de Colón, y que murió en Quito, lo que podría significar que Bracitos es descendiente de ecuatorianos. Puede ser descendiente de Ninan Cuyuchi, a quien se parece más que a Rumiñahui.

Si existiera la ascendencia de Bracitos no sería peruana sino ecuatoriana (por su papá) y navarra y no vasca (por su mamá).

Ahora parece aclararse el oscuro negocio que realizó Bracitos desde las Islas Vírgenes, recientemente azotada por perversos huracanes, y que sigue siendo cuna exterior de sus riquezas “imperiales”: pensó que lo tiró la sangre y compró. Siendo Presidente aquí, Exalmar, la pesquera peruana que, de mantenerse hoy el Tahuantinsuyo, sería de propiedad de los choznos de los choznos incaicos.

Y de haber resistencia peruana a la inversión, Bracitos podría sentirse tocado por las gotas de sangre que, en un examen, él detecto descendían de Aníbal Pinto, y actuar como hace mucho lo hizo quien sería su chozno decimonónico.

Consultado por mí el más claro historiador chileno, me dijo:

“Así como los choznos no son más que descendientes o ascendientes de tatarabuelos y tataranietos, los aristócratas son descendientes, por generaciones, de grandes burgueses, terratenientes, filibusteros, cardenales banqueros, piratas y corsarios victoriosos, estafadores, ladrones de bancos, coimeros y coimeados de gran alcurnia, es decir, la misma mierda histórica, aunque hayan estado a la cabeza de imperios, monarquías o repúblicas”.

Y agregó: “No es el caso de Bracitos, que es hijo sólo de un simpático y fiestero embajador de Frei Montalva, muy parecido a su hijo Miguel, que nunca habló de ascendencia incaica y que no dejó ni un kilo de herencia”. Y agregó: “Sobre Echenique o Echeñique, nadie conoce ese apellido en el País Vasco. Es de Navarra. En el País Vasco los destacados son Bilbao, Munguía o Mungía, Ayala, Salvatierra, Salcedo, Tolosa, Uribe, Laguardia, Mujica y Gatica”.

 

 

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