Diciembre 6, 2024

Palomita Blanca, un clásico que vuelve restaurado

El próximo 19 de octubre vuelve a la pantalla grande y en exclusiva en Cinemark, uno de los clásicos del cine chileno más comentados de los últimos 40 años. Palomita Blanca de Raúl Ruiz, basada en la novela homónima de Enrique Lafourcade, cuenta la historia de amor juvenil entre Juan Carlos y María, dos hijos de clases sociales opuestas que se conocen en el Festival Piedra Roja de Los Dominicos. 

 

 

El premiado director nacional Raúl Ruiz fue homenajeado el 2016 tanto en Francia como en Chile, y en ese contexto se restauró Palomita Blanca, película que le saca una foto al Chile de los ’70 y que este año se estrena en forma exclusiva en Cinemark. La historia trata sobre un amor juvenil e ingenuo entre María, quien va a un liceo y vive en una humilde cité de la calle Chiloé, y Juan Carlos, un joven de clase alta  que se mueve en escenarios urbanos como la galería Drugstore, Parque Forestal  y Los Dominicos. La amistad entre ambos surge a partir del Festival Piedra Roja para luego convertirse en una lectura social donde ricos y pobres se enfrentan. 

Ambos protagonistas están rodeados de personajes bastante intensos como el profesor del colegio de niñas, un padrastro, o la madrina enferma de María, que la protege y en el caso de Juan Carlos una hermana, amigos y personal de servicio.

 

Para Beatriz Lapido que interpreta a María, la película es “Un viaje en el tiempo, pero de forma real, no una adaptación dramática. Representa a la generación y la movida del ’73”, comenta desde España.

La actriz recuerda que fue elegida en un casting largo y masivo, pero reconoce que sólo ha visto la película por partes nunca en pantalla grande: “He visto muchos trozos, tengo una mala copia, pero jamás en pantalla grande”, dice.         

Palomita Blanca a más de 40 años de haber sido grabada, tiene la riqueza de enhebrar en lo político, la campaña presidencial de 1970 que enfrentó a Jorge Alessandri, Salvador Allende  y Radomiro Tomic, y en lo social, documenta a una generación dividida por el nivel socieconómico, pero profundamente unida por intereses universales como es la música, la cultura y los afectos.

La película fue rodada en 1973, meses previos al golpe de Estado, pero estrenada recién en 1992, luego de permanecer oculta durante la dictadura. El 2016 fue digitalizada en 2K restaurada a partir de negativos originales 35mm, trabajo que permite verla con los colores originales recuperados, gracias a una cuidada restauración de imagen realizada por la Cineteca Nacional de Chile, supervisada por Silvio Caiozzi, director de fotografía y camarógrafo de la cinta. A ello se suma un minucioso trabajo sonoro realizado por Filmosonido, bajo la supervisión de Marcos de Aguirre.

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La invitación es volver a verla en Cinemark este 19 de octubre para recoger el pulso de una juventud  que se relaciona de forma ingenua, disfrutar de la belleza del Festival de Woodstock, la gracia de un mundo popular que conversa con el proyecto país que tiene por delante; y también comprender a la clase alta chilena que en lo público es bien moralista, pero en lo privado funciona con un doble estándar que finalmente los contradice.

¿Necesaria? Siempre el cine de Ruiz lo es para pensar nuestra historia actual. Política, cultura, sexualidad, consumo de drogas, abusos, violencia y clasismo son los conflictos que cruzaban la sociedad de los 70 y que, si se compara con el Chile de hoy, simplemente evidencia que hemos cambiado, y harto en las formas, pero en los grandes conflictos seguimos bastante igual. Así lo comenta el productor, Sergio Trabucco: “Palomita Blanca se sumerge en el Chile real de los 70’, en un país  envuelto en profundas pugnas ideológicas por los deseos de cambios, contándonos una historia de amor que enfrenta a “cuicos” y “pueblo”, capuletos y montescos,  anticipando el Golpe de Estado que ya se incubaba en la realidad. La temática, la atmósfera, la pequeña y la gran historia serán sin duda bien leídas y bien recibidas por las nuevas generaciones. Y, por supuesto, para la mía, que más allá de la nostalgia, podrán ver que si bien han transcurridos 45 años, el país pareciera haber caminado en círculo y llegar a estar donde mismo”.

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