Diciembre 5, 2024

Juan Nosé y Bracitos Cortos Sisé

Al fin Bracitos Cortos Sisé y Juan Nosé Ossandón se enfrentaron en las primarias momias para que se supiera quién es el más momio, caradura y patudo de los dos.

O de los cuatro, porque hay también dos Ka (Ka y Ká) que postulan al premio nacional fascistoide, pero esos ya están mudos y marcan tan poco como Goy, la agraciada muñeca de Gute y la ventrílocua Sra. Heil Merkel.

 

A Juan Nosé le preguntaron en la TV ¿cómo se llama Ud.?

-”Nosé”, dijo Juan Nosé.

Una flaca que estaba en la mesa y que empezó a mirarlo feo, insistió:

“A ver señor, ¿cómo se llama usted?¡Dígamelo!”

“Me llamo Nosé” insistió Juan Ossandón, poniéndose pálido y haciendo una mueca con el cuello, como lo hace normalmente Bracitos Sisé.

“Mejor pasemos a otra cosa” intervino uno alto chascón, que se las da de duro ahora pero que guardó absoluto silencio en dictadura, medio vejete ya, que estaba también en la mesa pero que tenía cara de no querer estar porque ya habían suficientes momios con Bracitos y Juan Nosé, y acotó “No importa tanto que Ud. no sepa cómo se llama, a mí me pasa frecuentemente, pero díganos y dígale al país ¿qué opina sobre el Cambio Climático -que afecta gravemente al conjunto de los 7 mil millones de habitantes que integran la noósfera- y que ha sido negado por Trump?”

-”¿Qué cambio? preguntó Juan Nosé, que empezaba a blanquearse aún más y a sentirse desfallecer…”¿Qué cambio de qué, señores y señoras? gentes de Pirque y sus alrededores.”

 

Los contertulios empezaron a mirarse de soslayo uno a uno, sintiendo que estaban como obligados a apagar el programa, pero la segunda señora, bien parecida, y que conocía desde chiquitito a Juan Nosé porque eran del mismo barrio Pirque, saltó de su asiento y le lanzó un cabo:

-”Dime, Juanito”, le dijo, “¿Qué harías tú, desde la Presidencia de la República, si el fallo de La Haya, hijo mío, favorece a Bolivia y nos obliga a conversar?”

-”No sé”, dijo Juan Nosé, y agregó “Yo sólo quiero ser Presidente no más y no tengo idea de Bolivia ni de La Haya, para eso están los achichincles a los que contrataré si gano las primarias en Puente Alto”…y repitió “Yo quiero ser Presidente”…

 

En ese preciso momento, y antes que apagaran el programa porque la gente no quería ver más y los tertulios irse para la casa, entró en escena Bracitos Cortos Sisé, que traía bajo el sobaco derecho un legajo de papeles que le había entregado recién el abogado de la Sofofa encargado de investigar el reciente espionaje a la oficina del Presidente Von Mulah Brock, ambos muy amigos de Sisé.

Y antes que le preguntaran, Bracitos Cortos Sisé, sin sentarse siquiera, espetó, moviendo descontroladamente la cabeza, el cuello y partes del tronco:

“Este auxiliar agrícola no sabe ni cómo se llama, no se compara con un académico norteamericano como yo”. Y continuó sin parar…”Yo sisé todo, sé lo que me pidan y si no me lo piden también sisé, yo tengo lo que tengo y puedo gastarme entre 2 y 5 millones de pesos por minuto en lo que me queda de vida porque me he levantado temprano y no he parado en acumular…Yo sisé cómo quedarse con un banco intervenido e inventar empresas de papel para darles créditos…Yo sisé cómo arrancarle a los tiras…Yo sisé cómo quedarse con el negocio de las tarjetas de crédito, engañando al mandante…Yo sisé cómo ser Presidente…Yo sisé cómo inventar que un Estado como el chileno es capaz de crear un millón de empleos cuando la Constitución le impide invertir en la economía…Yo sisé cómo comprar a huevo una gran aerolínea..Yo sisé cómo pasarle billetes a los argentinos para volar en sus cielos…yo sisé cómo invertir en paraísos fiscales y, desde allí, hacerse de una pesquera en Perú estando en litigio el límite marítimo…y (-asesando-) yo sisé quién y cuándo espió en las oficinas centrales de la Sofofa…y no me pregunten nada, yo sisé que un alto dirigente, un alto alto dirigente gremial, también, sin tanta plata como yo pero buen dirigente el pobre espiado, porque…también, todos los platudos somos lo que somos porque trabajamos harto, no nos espiamos y a lo más nos pegamos en la nuca…todos andamos cachudos y visitando la Casa del Espía, como buenos caballeros. Yo sisé porque tengo siempre, también, in-for-ma-ción pri-vi-le-gia-da.”

 

El público terminó de ver todo el encuentro. Los contertulios, las señoras, el pelucón y los otros tomaron notas del vómitó compulsivo de Bracitos Sisé, y el programa terminó sin dar un veredicto.

 

No se sabe quién ganó de los dos contrincantes. ¿Nosé o Sisé? Parece que los dos perdieron.

 

El trono del más momio, caradura y patudo puede quedar vacío.

 

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *