Una de los argumentos preferidos de la casta política y en especial de la Nueva Mayoría es que las fórmulas alternativas a su duopolio no tendrían capacidad para gobernar. De un plumazo el sociólogo y académico universitario Alberto Mayol demostró la falacia de esa descalificación.
Mayol y su jefe de campaña, Esteban Silva, que es un especialista en relaciones internacionales de alto nivel, que nunca ha sido valorado por el establishment como se merece, encaminaron a una solución del diferendo limítrofe con Bolivia. Una solución justa y buena para todos, no una claudicación para nadie; una solución.
Lo primero que plantearon Mayol/Silva era que el tema antes que nada era Mar para Chile, pues la fraudulenta privatización de PIñera/Longueira/congreso corrupto nos ha privado en los hechos de esta parte de nuestro territorio.
Dicho esto, propusieron una salida al mar de Bolivia con soberanía mediante un canje “kilómetro cuadrado por kilómetro cuadrado”.
Al día siguiente el presidente Evo Morales valoró esta luz en el túnel negro en que nos encontrábamos. Morales que nos ha dicho de todo pero que como persona inteligente que es no puede dejar de atender razones que son respetuosas, justas y beneficiosas para todos. El no nos puede pedir y mucho menos exigir, que le regalemos nuestro territorio y nosotros tampoco podemos exigirles que bajen su reivindicación marítima. Chile no tenía política de solución al problema.
Veamos que habían hecho los “expertos” en el manejo de las relaciones internacionales.
Es cierto que a Chile le asiste el derecho y la fuerza en abundancia, pero en la vida no basta con eso, hay que tener buenas relaciones. Nuestra política debe obtener respeto para nuestro país no el odio de los más pequeños.
La ex canciller Soledad Alvear desplegó la línea que con Bolivia no había temas pendientes. Olvidando que para que algo esté pendiente basta que una de las partes lo considere así. Esa línea nos dejó ante el mundo entero como unos prepotentes y abusadores.
Como el chileno no iba al fondo del asunto parecía que sólo teníamos el argumento de una guerra ganada y eso no es así, tenemos argumentos y fundamentos en abundancia. Pero la cancillería dale con que no había nada pendiente. Los asesores jurídicos de la cancillería no ganan un juicio ni en un juzgado de Policía Local.
La sra Bachelet acordó una agenda de 13 puntos, uno de ellos era la salida al mar, pero eso fue una acción de postergación y diversionismo, chutear la pelota para más adelante. Hasta que los bolivianos se dieron cuenta. Ya no era simplemente decirles no, era además reírse de ellos.
De ahí en adelante la actitud boliviana se hizo agresiva, las cosas no pasan a mayores simplemente por el desequilibro militar. Sin embargo, las sucesivas provocaciones bolivianas pueden escapar al control de ellos mismos.
La relación con Bolivia está en su peor nivel. Aquí estamos por los expertos en el arte de las relaciones internacionales, por el “profesionalismo” de nuestra cancillería, por nuestros estadistas irremplazables.
Hasta aliados históricos de Chile como Ecuador, que nos deben servicios históricos, empezaron a mirar al techo.
Un canje “kilómetro cuadrado por kilómetro cuadrado” que sea útil a ambos países de Nuestra América es algo justo , lógico y con visión de futuro, lo propusieron exitosamente los que no dan garantías de gobernabilidad según la casta política.
ROBERTO AVILA TOLEDO