Diciembre 9, 2024

El traspaso de votos entre primera y segunda vuelta 2005 y 2009: ¿un regalo para Piñera?

En las elecciones de 2000, en la segunda vuelta el traspaso de votos favoreció a Ricardo Lagos Escobar: disciplinadamente, todos los sufragios de la líder Gladys Marín, Tomás Hirsch y Sara Larraín pasaron al candidato socialista. En 2005, la división en la derecha  le pasó la cuenta a Sebastián Piñera favoreciendo en la segunda vuelta a Michelle Bachelet. En 2009, la suma  de votos de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Marco Enríquez y Jorge Arrate permitía ganar fácilmente a Sebastián Piñera, pero, como se puede ver en el cuadro adjunto, el traspaso de los votos a Frei, por parte de Marco Enríquez y de  Jorge Arrate fue muy deficiente.

 

 

La campaña de Frei Ruiz-Tagle fue un verdadero desastre, pues el candidato había hecho un mal gobierno en su primera administración, y los partidos políticos de la Concertación, alianza que lo apoyaba, no dejaron ningún error, sectarismo y torpeza por hacer; además, los ciudadanos estaban aburridos por las traiciones de la Concertación.

Es muy fácil culpar a Marco Enríquez de la derrota de Frei: siempre el chivo expiatorio justifica cualquier derrota. Personalmente, no adhiero a la autocrítica, pues pienso que el haber combatido a la Concertación fue un acierto, que estaba en pleno derrumbe debido a las malas prácticas y, sobre todo, a la continuación de la aplicación del neoliberalismo instalado por la dictadura de Pinochet – el término acuñado por el ideólogo del Frente Amplio, Carlos Ruiz, “neoliberalismo a la norcoreana”,  me parece genial. No cabe duda de que la Concertación logró acortar las cifras de pobreza, pero mantuvo intacta la desigualdad, y más de dos decenios el coeficiente Gini se ha mantenido prácticamente sin variación.

El primer gobierno de Sebastián Piñera fue “el quinto” gobierno de la Concertación: al comienzo pretendió gobernar por sobre la alianza partidos políticos que lo apoyaban, pretendiendo ejercer todas las carteras del gabinete ministerial, pues la mayoría de los secretarios de Estado eran empresarios, alumnos eran egresados de colegios para “la gente bien” y sus estudios superiores en la Universidad Católica. A todos los proveyó de un “pen drive” que, hasta el día de hoy, se ignora cuál era su contenido y su utilidad.

Pablo Longueira, como presidente de la UDI, harto con el gabinete de los gerentes, trató imponer un viraje en la conducción del gobierno repitiendo, hasta la saciedad, que el carecía de relato – término siútico para retratar que Piñera quería gobernar solo, y que sabía mucho de finanzas, pero poco de política – y logró imponer un gabinete en que predominaron los políticos, en su mayoría, parlamentarios de la UDI y de RN, que tuvieron que renunciar a sus cargos en el congreso. En este gobierno de partidos de derecha, la UDI mandaba y RN obedecía.

Durante el gobierno de Piñera, se desarrollaron las más importantes manifestaciones sociales del período de la transición a la democracia, no sólo de los estudiantes, sino también de los ecologistas y de otras organizaciones regionales, entre ellas Magallanes, Aysén, Freirina y Calama, entre otras.

En las encuestas de opinión el rechazo al gobierno de Piñera alcanzaba récords inéditos para este de período de la transición, debido a su deficiente manejo político e incapacidad para gobernar.

Para el 30 aniversario del golpe militar, Piñera se refirió a los “cómplices pasivos” de la dictadura, que le valió la ira de sus partidarios y de los militares, que seguían considerándolo como un “patito feo”, una especie de democratacristiano infiltrado.

En el hipotético caso de que triunfara Sebastián Piñera, en las elecciones de noviembre próximo, la situación no va a ser igual: el magnate esta vez no podrá hacer lo que quiera: no habrá un gabinete de gerentes, como tampoco funcionarios que llevarán chaqueta roja, como uniforme en las distintas actividades en terreno,  ni tampoco el Presidente, como el general Carlos Ibáñez, podrá disfrazarse para cada ocasión y ya no reiremos con las “piñericosas”.

Como podemos constatar en lo que va de su campaña electoral, Piñera está dominado por la UDI y su presidenta, Jacqueline van Rysselberghe, mientras que Renovación Nacional y Evópoli seguirán siendo los mozos de este partido fascistoide. Que se haya escuchado en la proclamación como candidato a la presidencia Sebastián Piñera, “Viva Chile Pinochet” no nos debe extrañar, pues los partidarios del dictador Pinochet se han aprovechado de la ocasión para apoderarse de la candidatura de Piñera.

El líder derechista encabezará “la restauración” de  la hegemonía conservadora anulando los tibios y  anulando los tibios y pocos cambios sociales que se han hecho durante el gobierno de Bachelet. Como toda restauración, será un inevitable regreso  al pasado. (Con los Marco del Pont y san Bruno de la rancia derecha)

El colapso de la Concertación, posteriormente Nueva Mayoría, es una buena noticia para el país: ya hace mucho tiempo que esta combinación estaba agónica, y sólo faltaba la “extremaunción”, de la cual se encargaron los sacristanes democratacristianos. El matrimonio entre los Walker y los Teillier no daba para más.

Había un buen tiempo que la restauración se había instalado en el seno del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet: antes con el ministro del Interior, Jorge Burgos y Rodrigo Valdés y, ahora, con ministro, Mario Fernández, que se distingue de Burgos por ser un buen abuelito de la Presidenta y no un reaccionario recalcitrante.

Los democratacristianos están felices con su candidata, Carolina Goic, y han recuperado una especie de patriotismo partidario, y poco les importa que su candidata tenga un 3% en las encuestas, pues es nuestro juguete y no lo compartimos con los ciudadanos, como dicen algunos. El no mezclarse con los rojos los hace muy felices porque ya no los maltratan. Podemos decir que los Castro son unos tiranos y pedir la caída de Maduro sin preocuparnos de ofender a nuestros socios de la Nueva Mayoría.

Por otro lado, los radicales, los socialistas, comunistas y el PPD, aun cuando tienen sus roces con su candidato, Alejandro Guiller, pues él pretende ser independiente a toda costa lo que aterra a los partidos aburridos de que sus candidatos los ignoren, lo soportaban en Bachelet porque estaban seguros de que llegaría a la presidencia de la república, pero con Guillier, la exigencia es mayor, pero como todos los candidatos aspirantes a La Moneda, están seguros de llegar a la segunda vuelta y conquistar la presidencia.

En el caso de la eventual candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, que cada día remonta en las encuestas, también asegura que llegará a la segunda vuelta. Los líderes del Frente Amplio se niegan a seguir la política del mal menor, es decir, apoyar al candidato de la Nueva Mayoría, y tiene razón debido al seguidismo neoliberal de la Concertación.

A tres candidatos contra Piñera, que no logran ponerse de acuerdo para desistir uno en favor del que llegue segundo, está dentro de las probabilidades que Piñera gane la elección, no sólo por el apoyo de los fachos pobres, sino especialmente por la división de sus oponentes. No quiero ser pesimista, ni agorero, pero Chile Vamos muestra más unión que los tres candidatos contrarios a la reacción conservadora.

          Traspaso de votos  entre  1 y 2 vuelta

Ricardo Lagos

47,95

Joaquín Lavín

47,51

Gladis Marín

3,18

Tomás Hirsch

0,51

Sara Larraín

0,44

 Arturo Frei Bolívar

O,38

 

Suma Marín Hirsch y Larraín

4,13 %

Segunda Vuelta

LAGOS

51,31

3,35

LAVÍN

48,69

1,15

 

LAGOS  PERDIO SOLO  0.78  Traspaso de Marín Hirsch y Larraín

2005

Michelle Bachelet

45.96

Sebastián Piñera

25,41

Joaquín Lavín

23,23

Tomas Hirsch

5,5

 

Suma Piñera y Lavín

48,64

Suma

Bachelet Hirsch

51,46

Michelle Bachelet

53,50

Sebastián  Piñera

46,50

 

Perdida de Piñera traspaso  2,14

Ganancia Bachelet traspaso  2 %

2009

Sebastián Piñera

44,05

Eduardo Frei

29,60

Marco Enríquez

20,13

Jorge Arrate

6,21

 

Suma Frei  Arrate Enríquez

55,9 %

Segunda vuelta

Sebastián Piñera

51,61

Eduardo Frei

48,39

 

Perdida Frei respecto a la suma con Arrate más Enríquez

7 %

Donde Fueron los votos de Arrate y Enríquez

 

Arrate

Enríquez

Frei

Piñera

Blanco nulo

Frei

70,6

43,9

99

0,8

14,9

Piñera

11,8

21,0

1,0

99.2

8,5

Nulos Blancos

17,6

29,7

O,0

0,0

76.6

Total

100

100

100

100

100

 

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