Enero 21, 2025

Torre de la UNCTAD restituida

“La tarea de ser la sede de la Tercera Conferencia de la Unctad, constituye un desafío para Chile en momentos duros, pero demostraremos no sólo la entereza sino la altaresponsabilidad que asumimos.”

 

Palabras del Presidente Allende en el acto inaugural de las obras.

 

 

En una breve ceremonia efectuada días atrás, el Ministerio de Defensa entregó el edificio Torre de la Unctad, al Ministerio de Bienes Nacionales. El acto pasó desapercibido para la opinión pública. Ningún medio de comunicación informó al respecto, con la excepción del diario Clarín digital.

No hay otro edificio en Chile con una carga de memoria histórica tan importante. 

Es la obra de índole urbana más significativa realizada por el gobierno de Salvador Allende. Fue construido en el breve lapso de 275 días gracias al compromiso de los profesionales, empresas constructoras, artistas, artesanos y trabajadores, e inaugurado en Abril de 1972, con ocasión de realizarse en Chile la III Asamblea Mundial de la UNCTAD, evento organizado por Naciones Unidas.

 

Los  3.000 delegados extranjeros asistentes a dicha Asamblea, quedaron estupefactos, ante la belleza del lugar donde tenía lugar la reunión.

Finalizada la Asamblea en Junio de 1972, el edificio comenzó a funcionar como Centro Cultural Metropolitano, concitando el entusiasmo de la población, que muy pronto lo hizo suyo.

 

Los santiaguinos colmaron el Casino, innovador en materia de autoservicio. Las salas de teatro se abrieron a agrupaciones populares que nunca antes pudieron presentase en recintos de tan alto nivel. La sala de plenarios acogió asambleas y conferencias de sindicatos y federaciones estudiantiles estudiantiles. El patio inglés adyacente a la calle Villavicencio, se transformó en un escenario permanente, día y noche, espontáneo, no programado por nadie, de cantores populares y líricos, malabaristas, bailarines de ballet, mimos, pregoneros, pastores de iglesia, etc. 

El golpe militar de 1973 acabó de una plumada con todo esto. La junta militar se apropió del edificio, lo blindó y  enrejó para instalar al gobierno y al así llamado Poder Legislativo. Para las nuevas generaciones, el edificio se identificó con la dictadura, con el terror y la represión.

Antes de transferir el mando en 1990, Pinochet resolvió instalar en la Torre el Ministerio de Defensa, situación que se mantuvo hasta la semana pasada.

Cuesta admitirlo, pero recién ahora, transcurridos 27 años de régimen  democrático,  puede decirse que la Torre de la Unctad recupera su vocación cívica.

El edificio cuenta con 15.000 m2. de superficie construida en sus 24 pisos. Fue construido y terminado en menos de 9 meses, cuando la tecnología de la construcción aún vivía en la era artesanal. Subir el hormigón a alturas tan altas exigía esfuerzos increíbles y sin embargo, fuimos capaces de hormigonar una losa cada 5 días. Sus cuatro fachadas exhiben perfiles metálicos de color granate, inconfundibles en el horizonte de Santiago, conformados por piezas de acero cortén. Se trata de un material noble, construido  por primera vez en Chile para este edificio por la CAP, cuya fundamental característica es que se autooxida, no requiriendo ningún mantenimiento. En los hechos, se trata de un material perenne. Claro que nada excusa que en sus casi 50 años de vida no se haya efectuado ni siquiera una limpieza de las fachadas, por lo cual el edificio no brilla como en años mozos. Está intacto. Los terremotos de 1985 y 2010 no le generaron ni siquiera una modesta grieta.

Enfrentar la restauración de edificio es un hermoso desafío. Será necesario acondicionarlo a las nuevas normas en materia de seguridad, instalaciones sanitarias, eléctricas y de corrientes débiles.  

La intervención arquitectónica para adaptarlo a las nuevas exigencias

no debe afectar el perfil del edificio, teniendo presente su importancia como sitio de memoria.

La ceremonia de transferencia a Bienes Nacionales tuvo lugar en el patio que mira a calle Villavicencio. Estuvimos instalados casi en el mismo lugar donde el artista Carlos Ortúzar diseñó una hermosa escultura en metal, representando el cuarto mundo, como se conocía entonces a las naciones emergentes al desplome del poder colonial.

La escultura estaba situada al centro de un espejo de agua circular.

Fue desmantelada, inmediatamente después del golpe militar, tal como ocurrió con la mayoría de las obras de arte que embellecían el edificio.

Opino que esta obra de arte  debiera recuperarse, así como la placa de granito realizada por el Premio Nacional de Arte Samuel Román,

testimoniando y el proceso colectivo que caracterizó la construcción del edificio. También fue demolida sin misericordia.

Confiamos que la Torre sea destinada a instituciones de carácter cultural o artístico, integrándose al GAM por vía de levantar la reja que segmenta el espacio público y también a la sala de conciertos actualmente  en construcción, dando lugar al más importante núcleo de actividades culturales del país.

 

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