Diciembre 4, 2024

CEPAL prevé que América Latina tendrá crecimiento positivo este año

Después de dos años consecutivos de contracción económica, se proyecta que América Latina y el Caribe retorne a un crecimiento positivo en 2017, pero persistirán importantes dificultades tanto externas como internas, según el informe de las Naciones Unidas Situación y Perspectivas de la Economía Mundial (WESP, por sus siglas en ingles), publicado hoy.

 

 

El informe muestra que el producto bruto mundial creció solamente en un 2,2% en 2016, lo que marca la menor tasa de expansión desde la Gran Recesión de 2009. Se proyecta que el crecimiento global mejore moderadamente a un 2,7% en 2017 y un 2,9% en 2018, lo que es más una señal de estabilización económica que un síntoma de un sólido resurgimiento de la demanda mundial.

En este panorama, se proyecta que el producto interno bruto (PIB) en América Latina y el Caribe se expanda en un 1,3% en 2017 y en un 2,1% en 2018, después de una contracción estimada de un 1,0% en 2016. Se espera que la modesta recuperación sea sostenida por una mayor demanda externa, un aumento en los precios de las materias primas, y una cierta relajación monetaria en América del Sur en un contexto de menor inflación.

Las perspectivas económicas varían significativamente entre subregiones

El PIB de América del Sur se estima se contrajo en un 2,3% en 2016 debido a que las economías de Argentina, Brasil, Ecuador y la República Bolivariana de Venezuela experimentaron fuertes recesiones.

El crecimiento en Chile y en Colombia también se desaceleró visiblemente desde 2015. Entre los pocos países con un crecimiento favorable en la subregión se pueden mencionar el Estado Plurinacional de Bolivia y Perú, que han confrontado la fuerte desaceleración regional con un vigoroso consumo privado y gubernamental.

Se proyecta que América del Sur tendrá una leve recuperación económica en los próximos dos años. El crecimiento se estima alcanzará un 0,9% en 2017 y un 2,0% en 2018, y se espera que tanto Argentina como Brasil, las mayores economías subregionales, salgan de sus periodos recesivos. Sin embargo, se prevé que la recuperación sea restringida, especialmente en Brasil, ya que el creciente desempleo, la consolidación fiscal en curso y el mayor endeudamiento continúan afectando la demanda doméstica.

El crecimiento en México y América Central se mantendrá moderado, y se proyecta una expansión del PIB de un 2,3% en 2017 y un 2,2% en 2018, en medio de un contexto de elevada incertidumbre. Frente a los bajos precios del petróleo, la débil producción industrial en los Estados Unidos y la estricta política monetaria y fiscal, se estima que la economía mexicana se expandió en apenas un 2,0% en 2016.

El resultado de las elecciones en los Estados Unidos ha complicado aún más el panorama de corto y mediano plazo para la economía mexicana. Con una inversión que se proyecta declinará todavía más, se estima que el crecimiento del PIB se mantendrá cerca del 2% en 2017 y 2018.

El relativo débil desempeño de la economía mexicana contrasta con el crecimiento robusto en algunos países de América Central. Se proyecta que Costa Rica, Nicaragua y Panamá tendrán un crecimiento del PIB de más de 4,0% en 2017/18, debido una elevada inversión pública, un fuerte consumo privado y un sector turístico dinámico.

En el Caribe, la situación económica varía ampliamente entre países. Se espera que la República Dominicana y Guyana se mantengan como los países de mejor desempeño en la subregión. Por su parte, las perspectivas son menos favorables en Bahamas, la República de Cuba y Trinidad y Tobago, países que mantienen profundas barreras estructurales al crecimiento y una alta vulnerabilidad externa.

Existen significativos riesgos para las perspectivas económicas

El informe advierte que existen significativos riesgos tanto para el panorama mundial como regional.

Entre otros aspectos, el informe destaca el alto grado de incertidumbre en el ámbito de las políticas internacionales y los elevados niveles de deuda en moneda extranjera como los principales riesgos hacia la baja, los cuales podrían afectar significativamente el crecimiento mundial.

En América Latina y el Caribe, los principales factores de riesgo son una desaceleración mayor a la esperada en China, la posible adopción de medidas proteccionistas por parte de la nueva Administración en Estados Unidos y nuevas turbulencias en los mercados financieros. Esto último podría, por ejemplo, ser desencadenado por un ritmo más rápido a lo esperado en los aumentos de las tasas de interés en los Estados Unidos.

El informe señala también que las perspectivas de crecimiento a mediano plazo para muchas economías de América Latina y el Caribe están oscurecidas por persistentes debilidades estructurales, incluyendo una alta dependencia de las materias primas y un bajo crecimiento de la productividad. Un período prolongado de crecimiento débil podría suponer una amenaza a los logros y avances sociales de la década pasada y complicar el camino de la región hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Asimismo, el informe sugiere una reorientación tanto de las políticas macroeconómicas como también de otras políticas para promover más eficazmente la inversión en capital físico y humano y fortalecer las capacidades innovadoras en la región.

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