Diciembre 13, 2024

El circo viene llegando

Una vez más se tiende una trampa. El poder, acorazado, levanta un candidato con apariencia alternativo, cuya existencia deja o quita espacio y visibilidad a posibles candidatos cuyas propuestas sí serían muy diferentes a las que pueden salir de la confluencia Nueva Mayoría.

 

 

La repentina aparición de Alejandro Guillier en el circo de la política de poder del sistema, no va acompañada ni es expresión de absolutamente nada. Es un salto a la pista a bailar, como uno más, a emitir palabras y gestos para la televisión.

 

La política se ha banalizado, la han banalizado los que tienen el poder, hasta un punto grotesco, asfixiándola acuciosamente.

 

Además se la ha pervertido. El poder, y el dinero tras él, han envilecido a las personas que se ven involucradas en la política.

 

Es muy difícil, por no decir imposible, hacer algo grande y serio en política hoy. El grado de corrupción traspasa los límites que habíamos conocido en nuestras vidas, los que hoy estamos en la primera mitad de los sesenta años.

 

La avidez de dinero, de estatus, posición, beneficios, lujos, caprichos, deseos delirantes de consumo, no es solo problema de los momios y de los ricos, o de la gente de derecha que lo ve normal y es lo que hay que hacer, aunque no tengan un peso en el bolsillo, o nunca se han puesto a pensar.

 

El problema mayor es que las personas de izquierda que se han acercado o sumergido en el poder, como no podía ser de otra manera, se han rendido completamente a sus normas, de lo contrario no hubieran estado o permanecido en él. Muy pronto tejieron seguridades individuales sirviéndolo.

 

No solo en Chile. En todo Occidente ha pasado lo mismo.

 

En lo que tenemos a mano y nos concierne, Suramérica, ejemplos y resultados nos debieran hacer reflexionar críticamente en profundidad, cosa que no hacemos.

 

Esta semana tenemos el caso de Nicaragua y la ambiciosa familia Ortega Murillo con su alianza con el gran capital, colándose como izquierdistas ante su pueblo y el mundo.

 

En términos prácticos, quienes están en las organizaciones contrarias al actual sistema, sería positivo se juntaran, conversaran, pensaran, propusieran, elaborando un acuerdo de acciones y decisiones que es preciso tener para enfrentar los malos tiempos que estamos viviendo. Si de ahí se cree conveniente presentarse a elecciones para habitar y actuar en espacios institucionales, los candidatos han de ser lo menos importante.

 

Hoy es un tiempo en que hay que actuar colectivamente, no cayendo en la trampa del líder, del caudillo, que conlleva opresión, dominio y explotación.

 

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