Estamos en presencia del ciclo final del crédito y eso puede tener consecuencias para el mundo desarrollado que avanza paso a paso a hacia una crisis mayor, lo que nos vuelve a recordar que podemos estar enfrentando nuevamente el viejo eslogan de Margaret Thatcher de “No hay alternativa”, lo que significa una nueva forma de vivir permanentemente en crisis.
El UBS señala que los bajos rendimientos de los bonos y de las tasas de interés han provocado que los inversores se decantaran de los mercados de valores, dejando mucho dinero en efectivo porque, “Las acciones en general cotizan a múltiplos muy altos, lo cual tiene sentido dado el nivel de rendimiento de la deuda, sin embargo, esto no parece ser la fijación de precios al nivel de riesgo macro que estamos presenciando en el mercado”. Si UD no entiende el texto anterior, no se preocupe, está hecho para que no se entienda, ya verá.
El viernes 9 de Septiembre Wall Street cayó más de 2% en pérdidas, un primer signo de advertencia respecto a lo que señala el UBS, es decir, que la especulación ha llegado a niveles altos y agregan “… lo cual tiene sentido dado el nivel de rendimiento de la deuda”, lo que en términos simples significa, “a caballo regalado no se le mira el diente”.
Luego dicen, “esto no parece ser la fijación de precios al nivel de riesgo macro que estamos presenciando en el mercado”. Esta expresión contiene rasgos subliminales inteligentemente preparada para dejar entrever una especie de sentimiento respecto a la acumulación de tanto capital (financiero) que se corre el riesgo de que alguien se dé cuenta y tenga la tonta idea de salirse del juego pidiendo la devolución del dinero, lo cual por cierto rompería el encanto de seguir jugando con papeles sin valor.
Las universidades pareciera que forman a los economistas, con una especie de metro psíquico con el cual miden sus ideas para lanzarlas como proyecciones para los demás, una especie de trascendencia que sobrepasa al resto de los mortales. El profesor Roger Schank, experto en Inteligencia artificial y ex profesor en Yale, tiene una respuesta. Piensa que el actual sistema educativo se creó hace más de un siglo para la élite y los ricos. Sus palabras no serían tomadas en serio si no fuera por los más de 30 años que dedicó a la docencia en universidades como Stanford, siendo considerado uno de los principales investigadores del mundo de la inteligencia artificial. Piensa que el álgebra es como una religión, todo el mundo cree que tiene beneficios pero no existe evidencia científica, pero motiva a que muchos estudiantes se sientan idiotas por no entender generando frustración y abandono escolar.
Tanto los norteamericanos como los latinoamericanos, no parecen estar preparados para aceptar el cambio de rumbo del mundo tal como lo conocimos, porque no regresaremos a los mejores resultados de años pasados. Inicialmente el dinero gratis logró vender la ilusión después de 8 años, de estar creando una riqueza ficticia sin embargo, ahora el G20, el FMI, y todos los organismos económicos del mundo están rebajando sus previsiones de crecimiento, incluido nuestro país, cuyas proyecciones para los años 2017 y 2018, se estiman alrededor de 1,75%.
Así los ánimos, los pescadores quieren más peces, los camioneros quieren reducción de los peajes, los taxistas quieren cuotas asegurada de ingresos, los trabajadores quieren jubilar con mejores pensiones, los estudiantes más gratuidad, las fuerzas armadas y la policía quiere seguir gastando US$ 5.400 millones anuales en armas y en sus desproporcionados privilegios auto asignados en dictadura, sin importar las restricciones del resto de la población. Con el aprendizaje inculcado por el modelo neo liberal en tantos años, nadie está dispuesto a ceder nada de nada.
Mientras tanto, el Estado sigue disminuyendo sus ingresos tributarios a medida que baja la actividad. Las grandes mineras internacionales del cobre normalmente declaran pérdidas en Chile a pesar de producir más cobre que antes. No faltarán quienes griten, ¡Vendamos Codelco!, una locura que debe ser rechazada con firmeza. Y si lograrán hacerlo, no lo quepa duda que el dinero llegará a los bolsillos de los gestores de la venta.Tampoco se trata de un juicio de valor a lo justo o lo injusto que plantea la gente, sino de entender que son síntomas de angustia de una población que sufre los efectos de una degradación social, donde cualquier solución parece ser buena, lo que aprovechan políticos y caudillos de turno, que mienten descaradamente allá y acá, para seguir en el poder.
En una muestra de realismo en términos muy aterrizados, el economista Santiago Niño Becerra señala que España no se ve muy diferente y da cuenta de ello cuando señala, “períodos larguísimo de crecimientos muy, muy bajos; de niveles de precios bajísimos; de desempleo estructural más subempleo desorbitado; de concentraciones de la renta y de oligopolios”.
En Norteamérica una cantidad no menor de gente cree que votando por un candidato de ultra derecha como Donald Trump, (que aún puede ganar las elecciones) terminará con los problemas para volver al sueño dorado de la América de los 60´s. El plan de D. Trump parte por echar a 11 millones de inmigrantes, obligar a México a construir una muralla, atajar a China, regresar las empresas a EE UU, aumentar el poder militar, disminuir el gasto social, etc.
Este modelo de economía que ahoga, excluye a más de 2/3 de la población mundial, está pensado para exprimir a los países pequeños y tensar las relaciones entre los más grandes para lograrlo.
Es un hecho que los principales Bancos Centrales han distorsionado la realidad a tal punto, que la discusión ideológica interna de la FED de Estados Unidos es respecto de subir o no subir las tasas. Los bancos se sienten postergados de ganar dinero, sin embargo, tienen la llave para fabricar créditos a mansalva al punto que hoy algunos presidentes de la FED estatales, creen que la economía ya está recalentada. Una percepción más aguda dice que se trata más que eso. La revista de “The Economist” expuso un problema que todos creían resuelto y dada la magnitud de las cifras involucradas, califica como un asunto de alto riesgo en relación al resto de los problemas.
El mercado inmobiliario de Estados Unidos representa un activo por un valor de $ 26 de billones de dólares, el más grande del mundo, más grande que el mercado de valores de dicho país. El problema que todos creían resuelto después de la crisis de Lehman Brothers del 2008, se ha vuelto a reactivar como una amenaza financiera silenciosa a nivel mundial. A primera vista, el mercado de la vivienda ha ido mejorando. La proporción de hogares con deudas hipotecarias mayores que el valor de su propiedad se ha reducido de un cuarto a menos de una décima parte.
Desde la década de 1980, los préstamos hipotecarios en EE UU han trabajado con el mercado de los bonos, no con los bancos como en otros países. Los préstamos se metieron en bonos garantizados y se venden en todo el mundo. Los inversores de Wall Street, Beijing y otros lugares tienen un valor de US $ 7 billones invertidos en bonos amenazantes. ¿Y dónde está la amenaza, se preguntará Ud.? Es lo que comentaremos.
En el año 2008, el gobierno de Estados Unidos intervino y se hizo cargo del aparato de garantías hipotecarias, cuando entre otros, Goldman Sachs condenó a muerte a American International Group (AIG) la aseguradora más grande del mundo, Goldman apostó contra AIG, y ganó. El rescate le costó a los contribuyentes norteamericanos US$ 182.000 millones. “The New York Times” señala que todos los dineros que ha recibido AIG, fueron a parar en forma íntegra a Goldman Sachs. Así funciona el libre mercado y para estimular su funcionamiento, un alto directivo de una de esas entidades recibió US$ 500 millones en honorarios por sus “buenas gestiones”. No tenemos espacio para comentar las escabrosas intervenciones de los miembros de la FED, porque detrás de todo esto, el modelo se sustenta y se protege sobre la base de la ideología neo liberal con tentáculos en todo el mundo.
La cruda realidad insiste en regresar. Ahora entre el 65 a 80% de las nuevas hipotecas se otorgan con garantía del gobierno de Estados Unidos, que protege a los inversores del riesgo cuando los propietarios de viviendas no cumplen. Las crisis de la vivienda es una característica recurrente en EE UU., cuya principal debacle fue el 2008 y 2010. El exceso de dinero tiene graves consecuencias y está ocurriendo nuevamente produciendo aumentos en los precios de la vivienda. De hecho los precios de las viviendas estadounidenses se han recuperado de casi todas sus pérdidas por la caída de 2006, excepto cuando se ajusta por la inflación, donde quedan un 20% por debajo del máximo del 2006, considerando que fue una época de precios desorbitados que terminó en la crisis Subprime.
Los créditos hipotecarios se transforman en bonos, los cuales compran inversores globales ávidos de activos seguros, más aún si los bonos cuentan con garantía del gobierno estadounidense, lo que añade un incentivo para pedir más dinero prestado. Si la deuda invertida en bonos en el mercado se derrumba, implica una suma cercana a los $ 400 mil millones de dólares que tendría que pagar el público, el contribuyente, es decir, un monto entre el 2 y el 4% del PIB pasaría como carga de las personas, además del impacto en los bancos por los créditos implicados. Es el mecanismo para socializar las pérdidas porque alguien tiene que perder en el negocio de fabricar billetes.
¿Por qué podría derrumbarse el mercado de la vivienda? Las razones son múltiples. Dentro de ellas está la proximidad de recesión en Estados Unidos. Si aumentan las tasas de interés subiría el costo del servicio de la deuda y con remuneraciones planas del trabajo para el 90% de los trabajadores que apenas aumentaron sus rentas un 15% en 36 años, no hay como destinar más dinero para pagar el aumento del costo de la vivienda. El precio de las propiedades, respaldados por las bajas tasas de interés, han seguido subiendo por una oculta y silenciosa inflación en especial en ciudades como San Francisco y Nueva York, con valores de un 40% por sobre su media a largo plazo, en comparación con los ingresos. Eso significa que rentar una propiedad abstendrá ingresos inferiores en un 40% de la inversión media a largo plazo y la teoría indica que finalmente hará caer el precio de la vivienda.
La última razón la recuerda la publicación trimestral del Fondo Monetario Internacional, de Marzo de 2016, al señalar que al comienzo de 2016 la población mundial era de 7.400 millones. Las proyecciones de la variante media de la División de Población de Naciones Unidas (DPNU), indican que la población mundial superará los 8.000 millones en 2024, y que subirá a 9.000 millones en 2038 y 10.000 millones en 2056. Estos 10.000 millones serían el equivaldría a sumar dos país como China e India más a la población mundial actual, para lo cual éste modelo neo liberal no tiene respuesta, argumento de sobra para decir, que nada volverá a ser como fue antes.
“Fedric Jameson, acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario”.
Mario Briones R.