La economía mundial se encuentra atrapada entre las fuerzas que conducen al estancamiento y las que llevan a un interminable proceso de crisis crónicas. Para entender esta oscilación entre estancamiento y crisis es necesario considerar las relaciones entre el sector financiero y el capitalismo no financiero.
Ayer en la facultad de Economía de la UNAM (México) se presentó el libro de Jan Toporowski, Crédito y crisis: de Marx a Minsky. Este texto aborda esta problemática y su evolución en la historia de la teoría económica heterodoxa. Toporowski es un destacado economista de la Universidad de Londres.
El hilo conductor de la reflexión de Toporowski es el siguiente: el sector financiero se desenvuelve en una primera instancia para servir al capitalismo industrial, pero en una segunda instancia el sector financiero termina modificando al propio capitalismo. Es decir, en una primera etapa el sector financiero comienza a hacer frente a las necesidades de financiamiento del capitalismo industrial (que se incrementan y que requieren de horizontes de tiempo más largos para la amortización). En una segunda etapa, los mercados financieros se transforman de simples agentes subsidiarios para el financiamiento en entidades que modifican el funcionamiento del capitalismo real (no financiero).
¿Cómo se lleva a cabo esta evolución?
De entrada hay que señalar que la teoría económica dominante (neoclásico) tiene muy poco que aportar a esta pregunta. Su análisis del mercado, de la empresa y teoría monetaria, son insuficientes para arrojar luz sobre el fenómeno que comentamos. Su teoría del mercado sigue hermanada con el dogma de los mercados estables en los que no hay crisis posible. Su teoría de la empresa se mantiene en la fábula de que no existen las economías de escala. Y su teoría monetaria sigue casada con la absurda visión del mercado de fondos prestables.
En contraste con la esterilidad de la teoría dominante, Toporowski encuentra fructíferas líneas de investigación a partir de los textos de Marx, Rosa Luxemburgo, Hilferding, algunos pasajes de Ralph Hawtrey, Keynes, Kalecki, Joseph Steindl y Hyman Minsky. La clave de la reflexión de Toporowski se concentra en las transformaciones que llevan a la empresa capitalista a ver en sus hojas de balance una fuente de liquidez y de ganancias a corto plazo. Inspirado en Steindl, es lo que Toporowski llama la teoría microeconómica del estancamiento.
Son variados los fenómenos macroeconómicos que permiten acercarnos a una explicación sobre el dominio de la esfera financiera y el proceso de estancamiento. Por un lado está la transición de la fase competitiva del capitalismo temprano a estructuras monopólicas del capitalismo avanzado hacia el último tercio del siglo XIX. Esto condujo en la mitad del siglo XX a la expansión de estructuras oligopólicas y a la proliferación de grandes empresas multinacionales.
Por otra parte nos encontramos con la evolución desfavorable de la tasa de ganancia que comienza en la década de 1960 en Estados Unidos y en las principales economías capitalistas avanzadas. Alrededor de 1987 esa tendencia se ve contrarrestada y la tasa de ganancia comienza a incrementarse, pero con la recesión de 2001 regresa la tendencia a la reducción.
Los agentes del capital industrial buscan diferentes canales y mecanismos para mantener su tasa de acumulación y de rentabilidad. Por un lado recortaron los costos salariales (el salario real deja de crecer en 1973). Pero esto condujo a una debilidad crónica en la demanda, a niveles crecientes de desigualdad y endeudamiento de familias y empresas y a niveles exagerados de capacidad ociosa (las empresas buscan evitar la sobreproducción). En el fondo, el problema de la acumulación de capital consistente en reciclar los excedentes quedó sin resolverse y su resolución se fue posponiendo.
Mientras las empresas capitalistas exploraban de manera activa la forma de mantener niveles de rentabilidad en el mundo de las finanzas y la especulación, se les abrió una nueva oportunidad con el colapso del sistema de Bretton Woods. El desplome del sistema de tipos de cambio fijos y controles sobre los flujos de capital abrió nuevos espacios de rentabilidad en los mercados de divisas. Para aprovecharlos era necesario desregular la cuenta de capital para permitir la realización de arbitrajes entre paridades y poder transitar sin obstáculos entre los diferentes espacios nacionales. Ese proceso dejó en estado de vulnerabilidad a las economías nacionales del mundo entero frente a los vaivenes de los flujos de capital.
Hoy persiste una pregunta fundamental: la inestabilidad y las presiones que conducen a la crisis ¿son impuestos por la supremacía del sector financiero o son rasgos que provienen de las contradicciones del proceso de acumulación presentes en el capitalismo real (no financiero)? El libro de Jan Toporowski muestra cómo en un mundo en el que la financiarización alimenta a las finanzas estas dos fuentes de inestabilidad se funden en una peligrosa mezcla que conduce a la profundización de los problemas fundamentales del capitalismo contemporáneo.
Twitter: @anadaloficial