Diciembre 6, 2024

Turquía y el frustrado golpe de Estado: el fantasma de Mustafá Kamal Ataturk

El fundador de la República turca, en 1923, es uno los personajes principales de la historia en el siglo XX, y fue admirado por Mussolini y por Hitler. Los jóvenes turcos, al fundar la República, terminaron no sólo con el emirato, sino también occidentalizaron al país, separando el Estado de la religión y plantearon, además, una Constitución parlamentaria (1924), legislaron sobre el derecho a voto de las mujeres, cambiaron el alfabeto usando símbolos de su cultura, muy similar a los occidentales.

 

 

En los años 20 en Chile, en plena crisis de dominación oligárquica, los jóvenes turcos tuvieron una enorme influencia en los sectores más avanzados del liberalismo.  Manuel Rivas Vicuña, Arturo Alessandri, Eliodoro Yáñez y Vicente Huidobro se definían como seguidores de Ataturk, incluso, hubo una fracción de avanzada del Partido Liberal chileno, autodenominada “los jóvenes turcos”.

El ejército turco, uno de los más poderosos de Europa, miembro de la OTAN, tuvo a su cargo velar por la mantención de la herencia laica del padre de la patria, Ataturk, en consecuencia, no es extraño que haya protagonizado múltiples golpes de Estado. El ejemplo egipcio, con la eliminación de los Hermanos Musulmanes, hoy está muy presente en el mundo musulmán.

Recet Tayyip Erdogan, actual Presidente de Turquía, ha revelado ser un personaje muy hábil para mover el tinglado de influencias que se juegan en la Turquía actual. Después de haber sido elegido con el 50% de los votos, ha tomado el camino de convertirse en poderoso gobernante que intenta imitar a los emires del antiguo imperio otomano. En el recorrido hasta el absolutismo no dudado en restaurar el islamismo, abandonando el laicismo heredado desde la fundación de la República. A su vez, está empeñado en pasar del sistema parlamentario al presidencialismo.

Uno de los problemas más graves de este paso al absolutismo es el de la corrupción en el seno del gobierno: su propio hijo ha sido acusado ante la justicia  por lavado de dinero y de enriquecimiento ilícito. La solución para el problema de la corrupción, en el caso del Presidente turco, es muy simple: le bastó el golpe frustrado, del 15 de julio reciente, (muchos analistas sospechan que fue aun autogolpe y así poder eliminar a 2800 jueces, solución que nunca pudo lograr  el Primer Ministro de Italia, Silvio Berlusconi en la cima de su poder).

La corrupción fue la base del quiebre con su íntimo amigo y aliado en la causa religiosa islamista, Fathullah Gulen, jefe del movimiento Hizmet, (Servicio que muchos lo comparan con el Opus Dei, pero en su versión musulmana): se trata de relacionar la fe islámica con el desarrollo del mundo moderno y, además, responder a la tuición que los militares ejercen sobre la república turca. Gulen, a sus 75 años, se encuentra auto exiliado entre Pensilvania, Estados Unidos, donde posee una lujosa propiedad en el camino entre Washington y Nueva York. Este personaje mantiene una enorme influencia en la sociedad turca. Devenido en enemigo número uno del Presidente actual de Turquía, lo acusa de ser el culpable e instigador del golpe de Estado y pide  al Presidente Barack Obama que lo extradite para ser juzgado en Turquía.

El Presidente Erdogan, con la prepotencia que lo caracteriza, sostuvo que Turquía no era comparable con los países latinoamericanos y africanos, buscando asimilar su país a los  europeos. Hasta ahora la candidatura a integrar la Comunidad Europea ha sido rechazada por no dar las suficientes garantías democráticas. Con la reciente aprobación del Brexit , la UE no aparece tan atractiva como antes.

Debemos considerar que el ejército turco forma parte de la OTAN, por consiguiente, está asociada a tres países poseedores de fuerza nuclear – Inglaterra, Estados Unidos y Francia (este último país, gracias a la política independentista del general Charles De Gaulle), en este sentido, el ejército turco dentro de la OTAN, cumple condiciones de alta eficacia militar, por consiguiente, no es comparable con ningún ejército de los países latinoamericanos y africanos.

Turquía es la puerta de comunicación entre dos continentes: Asia y Europa. A su vez, se encuentra entre las cuatro potencias principales del Medio Oriente, junto a Egipto, Irán e Israel.

El apoyo prestado a los rebeldes sirios ubicó a Turquía como un aliado de los fundamentalistas musulmanes que, finalmente, una vez quebrada esta alianza, han tomado ofensiva en el ataque del aeropuerto Ataturk, en Estambul.

El gobierno de Turquía había iniciado un conflicto con Vladimir Putin a raíz del ataque a un avión ruso, hace poco tiempo, sin embargo, Erdogan en una de sus típicas volteretas, pidió perdón públicamente al “zar” de la KBG, hecho que empieza a ubicarlo como un aliado de Rusia. Es muy sintomático que, días ante del golpe de Estado (o ¿autogolpe?), estuvieron reunidos los Presidentes Obama y Putin para buscar solución al problema sirio. Algunos analistas muy agudos sospechan que en esa reunión se discutió sobre la inseguridad que acarreaba para el mundo la política zig zaguiante del maquiavélico Presidente turco., ora aliado de ISIS, ora enemigo. Está claro que el triunfante Erdogan no es ninguna garantía para Rusia, Europa en general, Estados Unidos y la OTAN.

El gobierno turco, en su aspecto positivo, ha jugado un importante papel en la acogida de refugiados, provenientes del conflicto sirio; en este sentido, la Comunidad europea está interesada en seguir manteniendo buenas relaciones con Turquía, ante el peligro de que el problema de la migración traspase a sus propios países.   

El frustrado golpe de Estado tuvo corta duración, lo cual hizo muy difícil descubrir la verdadera cara de las grandes potencias; ahora,  si el Presidente turco les era incómodo, es muy difícil saberlo, pues todos los jefes de Estado se pronunciaron una vez derrotada la intentona militar, y jamás se podrán  descubrir las estelas de los Organismos de seguridad de los países occidentales, incluyendo a Estados Unidos, salvo para mentalidades que les agrada ver teorías conspirativas en cualquier hecho histórico.

Con respecto a la participación popular para frustrar el golpe de Estado es preciso considerar algunos elementos: en primer lugar, ese golpe no fue seguido por todo el ejército, lo que facilitó la salida del pueblo y la inmediata derrota de los golpistas; en segundo lugar, parece una escaramuza de golpe – bien podríamos asimilarlo  al “tanquetazo” chileno -; en tercer lugar, en este caso particular, todos los partidos políticos turcos se opusieron al golpe, a pesar de las críticas al gobierno.

Los jóvenes turcos fueron responsables de una masacre, en 1917, que aniquiló al pueblo armenio – sólo comparable con la matanza de judíos durante el régimen nazi -.Erdogan ha emprendido la guerra de aniquilación contra los kurdos, en el sur del país, buscando el mismo objetivo que persiguió con respecto al pueblo armenio.

Si bien el gobierno de Erdogan buscará la ocasión para instaurar un régimen presidencial, aniquilar el poder judicial, instalar en el mando del ejército a oficiales fieles al nuevo “EmIr”. El conflicto desatado en la sociedad turca está muy lejos de resolverse y no es muy difícil que termine en una guerra civil.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

17/07/2016      

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