Noviembre 16, 2024

El conflicto racial entre blancos y no blancos

Por decenas de miles de años, los humanos no blancos conformaron la inmensa mayoría del planeta. Esta mayoría oprimió martirizó y esclavizó a los poquísimos individuos blancos que habitaban el extremo norte del mundo. La civilización humana actual nació en el medio oriente, particularmente en los países que hoy se llaman Irak y Siria; de ahí esta civilización se expandió hacia el Asia central y el norte de África. Milenios más tarde el proceso civilizacional alcanzó a Grecia, luego Italia y posteriormente todo el sur de Europa.

 

 

 

Mil años antes de la era cristiana, los poquísimos blancos viviendo en el norte de Europa, eran considerados por los humanos civilizados como animales, y por lo tanto eran cazados como bestias salvajes y esclavizados por los humanos viviendo en el sur de Europa. Esta persecución contra las tribus blancas del norte duró miles de años y creó un profundo sentimiento de miedo, odio y deseos de venganza entre estos oprimidos viviendo en los bosques de la Europa septentrional.

            Eventualmente las dispersas tribus primitivas blancas aprendieron el arte de la guerra, fabricaron buques y con ellos invadieron en ataques relámpago, distintas regiones del civilizado sur.  Con frecuencia estos grupos humanos remontaban los ríos y asolaban las poblaciones circundantes, sembrando pánico y terror. Estas fueron las invasiones vikingas que por muchos años asolaron el centro y sur del continente europeo. Después de la caída del imperio romano de occidente, los blancos del norte se apoderaron de toda Europa y hundieron al continente en una era de oscurantismo y barbarie que duró diez siglos. No obstante para fines del siglo XVI después de Cristo todo empezó a cambiar. La reforma protestante alteró drásticamente la historia del mundo. Las enseñanzas de Calvino y Lutero penetraron profundamente en la Europa del norte. El clima frio y la pobreza de la tierra producían constantes pestes y hambrunas en el norte del continente. Las enseñanzas protestantes de trabajo duro, constante y productivo era precisamente lo que el norte necesitaba. La reforma protestante creó las condiciones para una revolución valórica fundamental en la vida de los humanos del norte. Se redescubrió la lógica aristotélica y también se redescubrió el método científico. Ambos secretos preservados celosamente en las bibliotecas del medio oriente y traído a Europa por los árabes cuando estos conquistaron la península ibérica y el sur de Francia. El florecimiento y desarrollo de la ciencia moderna se produjo en el norte de Europa y su aplicación técnica práctica empezó en Gran Bretaña con la industrialización masiva de telares alimentados con la energía del vapor.

            A partir de estos eventos, los blancos del norte revolucionaron los sistemas de producción masiva y también perfeccionaron el arte de la guerra. Estas enormes ventajas científicas le permitieron a los blancos del norte conquistar todo el planeta en menos de cinco siglos. Ahora, llegaba el tiempo de la venganza y así esclavizaron a los no blancos, ocuparon sus tierras e impusieron sistemas coloniales y esclavistas en América, África y Asia. No obstante los blancos cometieron un gran y catastrófico error a comienzos del siglo XX. La primera guerra mundial fue en realidad una guerra civil entre blancos y la segunda guerra mundial completó el trabajo de destrucción masiva de Europa iniciada tres décadas antes. Europa así devastada, perdió sus colonias y también los cientos de millones de semi esclavos no blancos que trabajaban en ellas.

            En las últimas décadas los no blancos han desatado los lazos coloniales construidos por los dominadores europeos en los últimos cinco siglos. Ahora los no blancos luchan con fuerza por reconquistar su libertad perdida. Ahora la lucha es menos desigual ya que los no blancos también han aprendido a utilizar la lógica y el método científico y también cuentan con armas de destrucción masiva. Como consecuencia de todos estos enormes cambios una nueva guerra entre blancos y no blancos se ha declarado. La lucha mortal ya lleva varios años en el medio oriente, Asia central, África y partes de América Latina. En las últimas décadas los blancos occidentales han logrado destruir gran parte del medio oriente y Asia central., pero los no blancos han empezado a contraatacar con numerosos ataques terroristas tanto en Europa como en Estados Unidos. El último de estos ataques ocurrido hace pocos días atrás, donde un ex militar no blanco, asesinó a cinco policías blancos en el Estado de Texas.

            El futuro se ve difícil para los blancos protestantes ya que ellos no sobrepasan el 5% de la población del planeta. Es precisamente este futuro aterrorizante el que alimenta el racismo actualmente existente en Europa y en América del norte. El miedo a ser derrotados por las hordas vengativas de los no blancos hace que estos se revelen en Europa contra la actual globalización y también se rebelen en América del norte. La globalización demanda la estricta igualdad entre todas las razas humanas y la libre circulación de los humanos por todo el planeta. Este es precisamente el peligro mortal que hace que una mayoría de británicos hagan salir a su país de la comunidad europea y que también los blancos estadounidenses probablemente voten por el candidato que promete crear barreras a la inmigración y también poner fin a la actual globalización.

            Es de esperar que personas éticas y razonables existentes en ambos bandos en disputa, puedan con suma paciencia y buena voluntad empezar a resolver este mayúsculo problema. La Organización de las Naciones Unidas, aún tiene prestigio y autoridad moral para intentar empezar a resolver este gigantesco conflicto milenario que pone en peligro la paz del planeta.

 

 

F. Duque Ph.D.

Cientista Político

Puerto Montt, Julio 2016

 

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