Junio 7, 2025

El Nacionalismo como respuesta a la actual crisis del Capitalismo

La gran crisis del capitalismo que se produjo en 1929 (la gran depresión), creó una gran corriente nacionalista que inundó como un imparable tsunami a todo el planeta y particularmente a los países desarrollados. En Europa, nació y se desarrolló el fascismo y el nazismo y en Estados Unidos surgió el nacionalismo progresista del presidente Franklin Delano Roosevelt.  De la misma forma, la gran recesión económica que se inició en el año 2007, también ha producido el mismo efecto político que el mundo sufrió hace ocho décadas atrás.

 

 

La recuperación de la economía global que el mundo experimentó después del fin de la primera guerra mundial, benefició desproporcionadamente a la oligarquía occidental y a sus aliados en el mundo en vías de desarrollo. No obstante perjudicó gravemente el estándar de vida de las masas populares y particularmente del proletariado y del campesinado. Posteriormente cuando se produjo la catástrofe económica de 1929, las clases medias que habían logrado conservar parte de su estándar de vida, también cayeron en la pobreza. Este fenómeno económico fue el detonante que alimentó la ola nacionalista que azotó a todos los rincones del planeta.

         Décadas después el fin de la guerra fría a finales de los años 80 del siglo XX, tuvo un impacto similar en occidente al fin de la primera guerra mundial. La oligarquía occidental se hizo enormemente rica, la clase media logró mantener su nivel de ingreso, pero el proletariado industrial, sufrió el desplome de su estándar de vida. La gran recesión iniciada en el año 2007 aumentó enormemente el ingreso de los ricos pero redujo el estándar de vida de la clase media y tiró a la pobreza al proletariado occidental. Es así como se produjo la gigantesca desigualdad extensamente analizada por Thomas Piketty y otros académicos occidentales.[i] Ya han pasado casi 10 años desde que se inició la gran recesión económica y sus principales efectos aún continúan. Este fenómeno ha creado la ola de un nuevo nacionalismo que se ha extendido por toda la civilización occidental.

         En Europa, partidos y movimientos nacionalistas tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, atacan con furia las políticas globalizantes impuestas por la Unión Europea. Es probable que en unos pocos días más, el Reino Unido decida salirse de la Unión Europea y si ello ocurre, es también probable que todo el esfuerzo de la unificación europea realizado en las últimas décadas, sea eventualmente destruido.

         En los Estados Unidos, Donald Trump y el senador Sanders, han sido los candidatos presidenciales que se han declarado enemigos de la actual globalización y han propuesto la alternativa nacionalista. Sanders ha sido derrotado por la señora Clinton pero Trump ha salido victorioso en la contienda republicana. Es probable que la potente fuerza nacionalista termine por unirse y ello produciría la victoria de Trump a fin de año. La señora Clinton es la candidata que defiende la actual globalización neoliberal iniciada por el presidente Nixon y fortalecida por todos los presidentes estadounidenses tanto demócrata como republicanos y que han gobernado Estados Unidos en los últimos 46 años. En estas cuatro décadas y media, se acabó el “sueño americano”. La elite oligárquica se ha hecho groseramente rica pero la clase media y el proletariado se han empobrecido.

         En este periodo de casi medio siglo, se han gastado decenas de trillones de dólares en interminables guerras destinadas a expandir el neoliberalismo por todos los rincones del planeta. En esta empresa también han perdido la vida, decenas de miles de soldados estadounidenses en guerras tales como las de Indochina y el Medio Oriente, particularmente Afganistán, Irak, Siria y Libia. Este catastrófico resultado de las políticas imperiales y globalizantes fue el factor principal que explica la victoria de Donald Trump en las primarias republicanas. La crisis económica aún no se resuelve y ella ha sido provocada por el modelo globalizante y sus nefastas consecuencias para la inmensa mayoría del pueblo estadounidense. Es debido a todo esto que probablemente, el señor Trump derrote a la señora Clinton en la elección presidencial de fines de este año. Las actuales fuerzas nacionalistas son mayoría dentro del electorado estadounidense y Trump es el líder de esta poderosa tendencia política. Trump ha dejado en claro que si es electo presidente terminará con el intervencionismo militar de los Estados Unidos, traerá las tropas a casa y los enormes recursos hasta hoy día invertidos en el gigantesco esfuerzo bélico, se invertirían en la reconstrucción de la infraestructura del país. Carreteras, puertos, aeropuertos, puentes, represas, ferrocarriles, nuevas plantas de energía eléctrica, etc., etc., etc., crearían decenas de millones de puestos de trabajo bien pagado. Todo esto reactivaría la economía estadounidense  la cual se transformaría en un poderoso motor que demandaría materias primas a granel. Naturalmente esto reactivaría la economía de los países emergentes, particularmente en África y América Latina. Políticas económica nacionalistas similares se implementarían en Europa, Rusia, Irán, India y China. Con todos estos motores funcionando adecuadamente, la economía global volvería a niveles de alto crecimiento y así la crisis iniciada en el año 2007, llegaría finalmente a su término.

         No obstante todo esto, existe la posibilidad de que eventualmente triunfe la candidatura de la señora Clinton. Ella es un muy entusiasta líder del proceso globalizador dirigido por los Estados Unidos. Este proceso requiere del constante intervencionismo militar de los Estados Unidos y de Europa occidental en los asuntos vitales de otras civilizaciones. Este intervencionismo es un fenómeno extensamente analizado y discutido por Samuel P. Huntington en su famoso texto titulado El Choque de Civilizaciones[ii]. En el último capítulo de este magistral trabajo, el profesor Huntington indica que esta poderosa tendencia intervencionista sería la causa principal de la futura tercera guerra mundial. En efecto, Huntington presenta un escenario donde el presidente de los Estados Unidos decide imprudentemente intervenir en el mar del sur de China y esta intervención desata la catástrofe mundial. Huntington concluye que la única manera de evitar este cataclismo es reconociendo que el mundo está compuesto por 9 grandes civilizaciones y cada una de ellas tiene sus propios intereses y necesidades. Huntington señala que los líderes de cada una de estas civilizaciones deben tratar de conocer a fondo los intereses, preocupaciones, aspiraciones, objetivos y programas de cada una de estas civilizaciones. De este conocimiento profundo de los planes de cada civilización deberían surgir acuerdos aceptables para todos y estos acuerdos deberían concretizarse en tratados internacionales que garanticen el bien común del planeta.

         El historial de la señora Clinton, señala que ella es un líder que cree sinceramente en el “excepcionalísimo” estadounidense, en otras palabras, el derecho que Estados Unidos tiene para civilizar al resto de la humanidad. Con un líder con estas creencias a cargo del botón nuclear, es posible que la pesadilla presentada por el profesor Huntington en su último capítulo tenga altas probabilidades de producirse.

 

F. Duque Ph.D.

Cientista Político

Puerto Montt, junio 2016

 

 


[i]Thomas Piketty,  Capital in the Twenty-First Century The Belknap Press of Harvard University Press; Cambridge 2014

[ii]Samuel P. Huntington “The Clash of civilizations?” Foreign Affairs Vol 72 Number 3 Summer 1993 Pgs. 29-35; S.P. Huntington, El Choque de Civilizaciones y la Reconfiguración del Orden Mundial. Paidos Barcelona 1997.

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