Diciembre 8, 2024

Exilios de Medusa: el otro nombre de la muerte

 

En preámbulo a la obra de teatro Ligeros de Equipaje de Jorge Díaz, Daniel Sueiro expresa que el “exilio no es una palabra, ni es un drama, ni una estadística sino que es un vértigo, un mareo, un abismo, es un tajo en el alma y también en el cuerpo cuando, un día, una noche, te hacen saber que aquel paisaje tras la ventana, aquel trabajo, aquel amigo, aquella silla y aquel hueco en aquel colchón, aquel sabor, aquel olor y aquel aire que habías perdido, lo has perdido y lo has perdido para siempre, de raíz y sin vuelta. Si somos capaces de sentirlo, siquiera un instante, tal vez pueda evitarse volver a caer en él nunca más”.

 

 

Son las emociones que Naín Noméz quiso reflejar en su libro de poemas “Exilios de Medusa” publicado por Lom Ediciones. 

 

 En este libro Nómez, retoma un tema presente en sus poemas anteriores: el exilio donde, considera que el ser humano es un gran exiliado, puesto que vive permanentemente fuera de sí y además, la perdida del territorio ancestral, tema que actualmente, marca a sociedades enteras que están en permanente movimiento, cruzando fronteras culturales y geográficas, ya sea por razones sociales, políticas o económicas y que provoca en las personas el sentimiento de desarraigo profundo de la identidad individual y colectiva que ha hecho del exilio una experiencia traumática.

 

Esta reflexión busca, de una u otra forma, conjurar “el otro nombre de la muerte”, como 

Shakespeare denominaba al exilio.

 

a “los que se fueron”, puesto que al fin y al cabo habían salvado la vida, algo que no es exactamente cierto ya que su vida desapareció del lugar donde querían vivir”.

 

 

 

 

El exilio conlleva un desarraigo doloroso del medio en que hemos crecido, un choque que te hace sentir desadaptado, una cascada de tristezas y añoranzas por tus seres queridos, comida, amigos, música y tu país. ¿Alguno lo ha vivido?

En estos tiempos el exilio dejó de ser un castigo legal a un método de supervivencia, millones de exiliados o refugiados todos los días empacan lo que pueden y se marchan para salvar la vida yo mismo soy uno de ellos, abandoné mi país por temor a ser asesinado por los narcoterroristas.

 

El tema central es el exilio, que en este libro es un periplo individual de encuentro consigo mismo y los demás—a través de la interlocutora privilegiada, compañera y testigo imprescindible, la medusa— y además un avatar necesario o fatal de la así llamada condición humana. Así, este poemario o poema largo—como personalmente tendemos a leerlo— tiene su referente y crea su imaginario en una situación contextual y un tema, que han sido determinantes para el desarrollo de la poesía y la literatura chilenas, es decir el exilio.

 

Pero aquí no se ofrece al lector a través de un emisor poético con carta de ciudadanía, no se trata de un chileno concreto exilado en una localidad geográfica determinada, ni hay tampoco un conjunto de situaciones e imágenes que lo sitúen histórica y contextualmente, salvo quizás en los poemas finales, pero esto solo se le insinúa al lector.

 

A diferencia de la mayor parte de los textos poéticos chilenos contemporáneos, aquí es escasa la referencia inmediata al contexto de lo que podría ser la coyuntura situacional, solo aparece puntualmente en los comentarios poéticos que acompañan a cada poema, titulados marginalias, y en los últimos poemas que recapitulan, cierran, evalúan el periplo del acto de escritura, auto descubrimiento y arreglo de cuentas que es este libro. 

 

También creemos que el emisor poético en esta obra de Nómez no calza con un hablante lírico que el lector pueda asimilar al hablante lírico que se espera en un discurso poético, no solo por no estar situado contemporáneamente, sino por su peculiaridad, ya que se introducen diversas voces que hacen que este libro sea bastante dialógico.

 

Incluso se llegan a insinuar estados identitarios escandalosos y múltiples. Entonces, este poemario se lee un poco a contrapelo de la lectura habitual de poesía—por su densidad y materialidad lingüística, su estilo que a veces roza la impenetrabilidad, su manera de privilegiar la sugerencia frente a la exposición, su carácter de prosa poética, su abundante alusión a personajes míticos clásicos. La misma elección de esta cultura y su mitología como referente del imaginario del poema es sorprendente, sobre todo en tiempos de reivindicaciones de alguna manera antioccidentales que abundan en muchas partes del así llamado tercer mundo.

 

«El texto escrito por Naín Nómez es un recorrido por la psique humana a través de diferentes tiempos y espacios, desde Grecia Antigua hasta hoy, para desmenuzar lo que ocurre con el amor, y sobre todo con la pasión por los extremos, los límites. Por lo tanto, se convierte en un viaje en que el exceso del sentido conduce a la soledad, la que provoca el abandono de sí en el viaje por el otro, al cual se porta como en un rito o una pesadilla. Más aún, el otro es un ciego impulso a ser. Pero es también una interrogación al diálogo humano, a la necesidad de habitar con y para otro, el espacio y la breve vida que buscan en él su lugar, el fundamento de su ser…

 

Es, según el autor, una especie de historia del género femenino y al mismo tiempo una crítica del mundo actual: “La historia de medusa es la invisibilización de un sujeto castigado por querer ser distinto, por querer vivir a su manera. Es la historia de muchas personas, pero por sobre todo de las mujeres”.

 

Una de las presentadoras de este trabajo de Nómez, Eugenia Brito, poeta y profesora universitaria (Universidad de Chile) lo ve como « un recorrido por la psique humana a través de diferentes tiempos y espacios, desde Grecia Antigua hasta hoy, para desmenuzar lo que ocurre con el amor, y sobre todo con la pasión por los extremos, los límites». 

 

 

Por su parte, María Nieves Alonso, doctora en Filología Hispánica y académica de la Universidad de Concepción, describe este texto como «una apasionada crónica de desventura, amor y desamor en torno al destino y efectos de uno de los “monstruos” más potentes, bellos y horribles que cruzan nuestra imaginería del mal, el poder y el deseo».  Agrega  que se trata de “«un libro excéntrico e inteligente” , atravesado por demonios familiares y demonios salvajes, un poemario que cruza géneros, grafías, reinos, fronteras voces y verbos que  parecen concurrir para indicar, junto a las voces de la intertextualidad, que la “verdad” de todo lo escrito se encuentra más allá de lo que comúnmente aceptamos».

 

 

El autor

 

Naín Nómez  nació en Talca en 1944. Es profesor de Filosofía de la Universidad de Chile, Master of Arts de Carleton University y Ph. D. en la Universidad de Toronto, Canadá. Ha publicado más de una docena de libros, entre obras poéticas, antologías y estudios críticos sobre poetas chilenos y latinoamericanos. Entre sus obras destacan Pablo de Rokha. Epopeya del Fuego (1995); Antología crítica de la poesía chilena, en cuatro tomos (LOM ediciones, 1996, 2000, 2002, 2007); Movimiento de las salamandras (LOM ediciones, 1999); Ejercicios poéticos para (desde, alrededor de) la cocina (LOM ediciones, 1999) ambos editados por LOM.  En 1985 obtuvo el Premio de Poesía Universidad de Alberta, Canadá, y en 2000 su obra fue reconocida por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura. El Consejo también apoyó la escritura de este libro con la beca de Creación Literaria (2012-2013).  

 

 

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