El eminente cientista político estadounidense Robert D. Kaplan, ha escrito un importante ensayo titulado “La Anarquía en Euroasia. Los Riesgos de la debilidad Rusa y China”. Este ensayo se ha publicado en inglés en la revista Foreign Affairs (Vol 95 Nº2 March-April 2016). Kaplan inicia su ensayo señalando que así como China impone su voluntad en su mar vecino, Rusia inicia guerras en Siria y Ucrania.
Indica que es fácil pensar que estos dos gigantes asiáticos están mostrando sus grandes fortalezas internas. No obstante, esto definitivamente no es así. China y Rusia estiran y aflojan sus músculos no porque ellos son super poderosos, sino que por el contrario, ellos están cayendo en un estado de debilidad creciente. Xi Jinping y Vladimir Putin no están actuando como Hitler. En otras palabras estos dos líderes no están actuando como la Alemania nazi de fines de los años 30 del siglo XX. En ese caso, el gran poder interno de Alemania produjo la agresión militar externa posterior y que afectó a todo el continente europeo.
Según Kaplan, hoy día estas dos potencias revisionistas están experimentando un fenómeno muy diferente. En China y Rusia, es la extrema inseguridad doméstica la que está alimentando la beligerancia externa. Todo esto marca un cambio histórico trascendental. Por primera vez desde la caída del muro de Berlín, los Estados Unidos se encuentran en una brutal competencia entre grandes potencias. El mundo multipolar ha vuelto para quedarse y la breve unipolaridad de los años 90 del siglo XX y primera década del siglo XXI ha dejado de existir.
Kaplan continúa su trabajo indicando que las condiciones económicas tanto en China como en Rusia, se están gradualmente deteriorando. Rusia está en el medio de una recesión crítica. Esto debido a la brutal caída de los precios de la energía. Por su parte China ha entrado en una tumultuosa transición que rápidamente se aleja de un aceleradísimo proceso de desarrollo económico de más de dos dígitos. El colapso del mercado de valores chino en el verano del 2015 y luego en enero del 2016, son señales claras que crisis económicas y financieras aún más grandes están por venir. Estos gravísimos problemas económicos que ambos países tienen, señalan que ellos muy pronto también empezarán a perder estabilidad política.
Vladimir Putin y Xi Jinping necesitan la aprobación de sus pueblos. Estos pueblos ya están sufriendo un profundo sentido de inseguridad. Sus tierras están rodeadas de enemigos y ellas son tierras planas abiertas a la invasión. Ambos líderes tienen así grandes dificultades para controlar sus enormes territorios y rebeliones potenciales crecen en sus regiones aisladas.
El mundo ha visto el tipo de brutal anarquía que los conflictos étnicos, políticos y sectarios producen en Estados pequeños y medianos. Pero la posibilidad de anarquía mayor en dos potencias gigantes es muchísimo más preocupante para todo el planeta. A medida que las condiciones empeoran en casa, China y Rusia con seguridad tratarán de exportar sus problemas en la esperanza de que el nacionalismo distraiga a ciudadanos molestos y así se pueda movilizar a las sociedades usando la causa nacionalista. Este tipo de beligerancia creará problemas especiales para el oeste. El expansionismo creado por la fortaleza interna se puede estudiar y predecir con cierta exactitud, pero el expansionismo producido por la debilidad interna es irracional e impredecible. El intervencionismo producto de crisis internas puede adoptar conductas erráticas, irracionales e impulsivas y por lo tanto son muy difíciles de anticipar y luego contener. Las relaciones internacionales y la política mundial caen de esta forma en un ambiente de altísima volatilidad.
Kaplan señala que para enfrentar toda esta hostilidad de parte de Pekín y Moscú, la primera tarea de los Estados Unidos debe ser evitar las provocaciones estúpidas e innecesarias. Los Estados Unidos deben enfrentar a estos dos grandes países en declinación económica y política con sumo cuidado. Pero dicho esto, Estados Unidos no puede mantenerse inmóvil y tranquilo. Mientras China y Rusia cambian los límites internacionales y bordes marítimos, y además desafía en forma irracional el derecho internacional, Estados Unidos debe reaccionar. La respuesta a todo esto es que Estados Unidos debe crear líneas rojas precisas que no se deben pasar y luego comunicar dichas líneas con absoluta claridad a estos dos imperios revisionistas. Consecuentemente los Estados Unidos deben estar preparados para usar su poder militar cuando esto sea necesario e inevitable. En otras palabras, aún cuando Kaplan no lo dice, los Estados Unidos deben asumir el rol de policía mundial.
Kaplan continúa argumentando que tanto Rusia como China están actualmente pasando por un gravísimo período de problemas internos. Ambas sociedades están en una profunda crisis económica y a causa de esto también han entrado en un grave ciclo de decadencia política. Rusia tiene problemas de insubordinación, conflicto y anarquía en varias zonas de su enorme territorio. Lo mismo le sucede a China. Por lo tanto Putin y Xi Jinping han decidido adoptar una política exterior agresiva a fin de tratar de conseguir un grado aceptable de cohesión interna y de esta forma proteger el espíritu de comunidad. Al parecer Kaplan es partidario de la teoría politológica que señala que la mejor manera de conseguir cohesión social (y espíritu de comunidad) y así evitar o controlar las peligrosas divisiones internas; es tener un buen enemigo externo al que toda la población pueda cordialmente odiar. [i] Esta teoría de Eros y Tanatos es una de los fundamentos principales del modelo de política exterior nacionalista. Tanto Putin como Xi Jinping han elegido a Estados Unidos como un excelente enemigo externo. Esta decisión explicaría la actual política exterior antiestadounidense de ambos líderes totalitarios.
Para contener, parar y derrotar esta política agresiva de la nueva alianza ruso-china, Kaplan recomienda una inteligente política exterior de contención. Es decir una adaptación de la política utilizada por Estados Unidos para parar el avance de la Unión Soviética durante la guerra fría. Los Estados Unidos y sus aliados europeos deben prepararse militarmente para parar la agresión rusa en Europa. Los casos de Crimea y Ucrania deben terminar. La OTAN debe fortalecerse significativamente con un nuevo y poderoso ejército de tierra que sea capaz de defender a Polonia, los países bálticos, países de la Europa central y países escandinavos. Los Estados Unidos deben también fortalecer significativamente su actual flota de submarinos en el Mar Báltico. Aquí no es conveniente establecer una flota de portaviones ya que el Báltico es relativamente estrecho y estos portaviones tienen un mejor uso en el mar del sur de China. En Asia los Estados Unidos deben fortalecer la alianza anti China (formada por Japón, Corea del Sur, Taiwán, Filipinas, Malasia, Singapur, Indonesia, Australia y Nueva Zelanda). La alianza anti China debe estar preparada para contener y derrotar a los comunistas en el mar del sur de China. En conclusión, las elites de China y Rusia tienen graves problemas internos y de aquí se origina su política exterior agresiva e imperialista, tanto en Europa como en Asia. Por lo tanto Estados Unidos debe prepararse para luchar y ganar una peligrosa y nueva guerra que será una mezcla de fría y caliente.
El problema central que afecta a las recomendaciones de Kaplan es que este destacado cientista político estadounidense sólo ve la paja en el ojo ajeno y no ve la enorme viga en su propio ojo.
Es necesario aplicar el modelo de análisis de Kaplan tanto en los Estados Unidos como en Europa Occidental, ya que ambas regiones conforman el eje central de la civilización occidental. En los Estados Unidos para fines del año 2016 se proyecta una gigantesca crisis económica y ella será provocada por el rompimiento de la llamada burbuja del petróleo de esquisto (shale oil) y también por la crisis de las pensiones o jubilaciones. En el caso de la burbuja petrolera es preciso señalar que en los últimos años se han realizado enormes inversiones en la industria del petróleo de esquisto también llamado petróleo fraking. Hay un gran número de bancos que son poseedores de esta enorme deuda. Estos bancos han creado “bonos basura” en base a esta deuda petrolera. Todo esto ha creado una situación parecida al ambiente que antecedió a la crisis subprime y que afectó gravemente a los Estados Unidos en el año 2007. Los procesos de bancarrota en la industria del petróleo de esquisto ya han comenzado y muchos analistas predicen que esta burbuja explotará con toda su fuerza destructiva a fines del año 2016. Con el precio del petróleo a menos de 60 dólares el barril, la industria de esquisto no puede sobrevivir ya que su costo de producción promedio son precisamente 60 dólares por barril. Hasta hoy día la industria de esquisto ha sobrevivido con créditos bancarios pero ellos ya están llegando a su fin. Los bancos se han dado cuento que el negocio del fraking no funciona.
Por su parte, la crisis de las pensiones o jubilaciones (anticipada por Donald Trump y Robert Kiyosaki)[ii], también contribuirá poderosamente a crear una nueva recesión en los Estados Unidos. Para fines del año 2016, millones de jubilados que ya han cumplido 70 años de edad, deben pagar sus impuestos al fisco. Como las pensiones no producirán la renta mensual esperada y necesitada por los pensionados, estos en desesperación se verán obligados a vender masivamente los bonos y acciones que actualmente tienen en sus carteras de inversión. La venta a granel de estos papeles bursátiles hundirán las bolsas estadounidenses acelerando así el proceso recesionario. De esa forma, la crisis del petróleo fraking más la crisis de los bonos y acciones de los pensionados, producirán una mega recesión que con facilidad podría convertirse en depresión a partir del año 2017. De esta manera se repetiría la catástrofe del año 1929.
En el caso de la Europa occidental, las perspectivas económicas futuras para esta región son también sumamente malas. Al igual que los Estados Unidos, Europa occidental ha implementado un capitalismo salvaje en los últimos 30 años. (Modelo económico que no tiene nada que ver con el propuesto por Adam Smith y luego poderosamente patrocinado por Max Weber). Este capitalismo salvaje ha concentrado la riqueza en poquísimas manos. Se señala en numerosos trabajos académicos que el 1% de la población posee la inmensa mayoría del ingreso nacional anual y también posee la inmensa mayoría de la riqueza de esos países. Los trabajos sobre la concentración de la riqueza hechos por Thomas Piketty[iii], han sido seguidos por muchos otros académicos que comprueban la inmensa desigualdad en la que ha caído la civilización occidental. Este fenómeno de la exagerada desigualdad contrae drásticamente el consumo y por lo tanto sin consumo no hay demanda. La fragilidad de la demanda se da tanto en la clase media como en la clase trabajadora. Con un consumo masivo deprimido, las economías afectadas entran en un proceso de desaceleración económica primero y luego caen en una recesión que en casos extremos termina en una catastrófica depresión. Este fenómeno de la falta de demanda ha sido el problema no resuelto tanto en Estados Unidos como en Europa occidental y esta enorme dificultad se viene arrastrando desde el año 2007. La solución del relajamiento cuantitativo (quantitative easing), es decir, la emisión de bonos estatales por parte de los ministerios de hacienda, para ser comprados por los bancos centrales, no han dado hasta ahora los resultados esperados por los líderes occidentales. La fatal depresión económica sólo se ha pospuesto. Europa ya lleva varios años con periodos de lentísimo crecimiento mezclados con periodos de real recesión. La inmensa mayoría del dinero creado por ministerios de hacienda y bancos centrales ha ido a parar al bolsillo de la elite banquera y financista pero no ha bajado hacia las grandes masas populares, por lo tanto el consumo de ellas sigue deprimido. Con esta gigantesca estafa, los ricos se han hecho inmensamente ricos y las masas populares se ven obligadas a no comprar y ahorrar sus escasos recursos. En Europa la recesión ha hundido en la miseria a una gran mayoría de las poblaciones del sur del continente. Esta miseria se extiende particularmente en Francia, Bélgica, Irlanda, España, Portugal, Italia, Grecia y Turquía.
A esta gigantesca crisis por falta de consumo y demanda se ha agregado la crisis migratoria. Marea humana proveniente de países en guerra tales como Pakistán, Afganistán, El norte de África y el Medio Oriente. Guerras naturalmente provocadas y financiadas por las elites occidentales. La marea de pobres inmigrantes, más la pobreza autóctona han desatado intentos de rebelión populista en todos los países del sur de Europa. Es así como partidos nacionalistas de extrema derecha ya han ganado elecciones importantes. De igual forma partidos de extrema izquierda también han tenido triunfos electorales recientes. Las elites neoliberales y globalizantes se tambalean en los países afectados. Si la recesión europea se transforma en depresión, las revoluciones electorales se convertirán en revoluciones de verdad y golpes de Estado. Esta anarquía y subdesarrollo político así se expandirá como una ola imparable de la misma forma como estalló en Europa la inestabilidad política y la anarquía después de la gran depresión del año 1929.
Si la gran crisis de 1929 se repite tanto en Europa occidental como en Estados Unidos, es altamente probable que surjan sistemas políticos rabiosamente nacionalistas. Los líderes de estos regímenes, desesperados por mantener un mínimo de cohesión social y espíritu de comunidad, buscarán con desesperación un enemigo común al que todo el pueblo entusiásticamente pueda odiar. Así occidente se llenará de líderes con problemas parecidos a los que Putin y Xi Jinping actualmente tienen. Como dice el profesor Kaplan, líderes desesperados son tentados a tomar enormes riesgos en su política exterior. De las crisis económicas nace siempre una impredecible política nacionalista y agresiva la que termina en catástrofe generalizada. Este tipo de sistema internacional multipolar y anárquico en el que todos desesperadamente buscan enemigos a quien odiar, fue el sistema que se produjo en el planeta después de la gran depresión económica que antecedió a la primera guerra mundial. La primera guerra mundial fue el conflicto que hundió a la primera globalización capitalista liderada por el imperio británico e iniciada a mediados del siglo XIX[iv] . Es así también probable que la tercera guerra mundial termine por destruir la segunda globalización capitalista iniciada por los Estados Unidos en 1980, Lo único positivo de esta gigantesca catástrofe sería el hecho de que por fin se cumpla el sueño de Carlos Marx y el modelo capital
[i] Esta teoría fue elaborada por Albert Einstein y Sigmund Freud en su famoso artículo titulado “Why War”. Estos autores señalan que el ser humano tiene dos instintos básicos y ellos son: Eros y Tanatos. Eros es el instinto que obliga al ser humano a amar a su prójimo partiendo por su familia, su tribu y finalmente por el país al que pertenece. Tanatos es el instinto hacia la muerte y este se dirige a individuos que son extraños al grupo humano al cual la persona pertenece. Este instinto de Tanatos en gran medida explica el origen de las guerras y la increíble violencia que se demuestra en ellas. Este instinto de Tanatos viene negativamente afectando a la raza humana desde hace miles de años. Ver: The Standart Edition of the complete Psychological Works of S. Freud Hogard Press. London 1964
[ii]Ver Robert T. Kiyosaki Prophecy Why the Biggest Stock Market Crash in History is Still Coming Warner Business Book, New York 2002; Donald Trump y Robert Kiyosaki Queremos queseas RicoImprentaAguilar, México 2007.
[iii] T. Piketty Capital in the Twenty-First Century Belknap Press of Harvard University Press, London 2014
[iv]Ver: Niall Ferguson “Siking glabalization” Foreign Affairs March – April 2005 Vol. 84 Nº 2 pgs. 64 – 77
F. Duque Ph.D.
Cientista Político
Puerto Montt, abril 2016