Diciembre 12, 2024

El nuevo acto terrorista en Bélgica bajo la explicación de Huntington

Más de tres docenas de muertos y más de 250 heridos es el resultado del último acto terrorista que ha sembrado destrucción y muerte en Bruselas, capital de Bélgica y también capital de la Unión Europea. En otras palabras, la parte europea de la civilización occidental ha sido furiosamente atacada. Terroristas del Estado islámico (ISIS) se han declarado autores de este nuevo acto de guerra no convencional entre la civilización islámica y la civilización occidental.

 

 

En los últimos 15 años, los actos terroristas contra occidente se han incrementado en forma exponencial. Este fenómeno se inició con los ataques a Pensilvania, Washington y Nueva York el 11 de septiembre del año 2001, donde murieron más de tres mil personas.

            ¿Por qué individuos pertenecientes a la civilización islámica cometen estas terribles atrocidades contra la civilización occidental?  Una respuesta muy resumida indicaría que jóvenes nacidos en Europa, hijos de inmigrantes musulmanes, por diversas razones no se han integrado a la sociedad donde viven. Son individuos marginales y segregados que han desarrollado una fanática y poderosa conciencia revolucionaria anti occidental.  Ellos se han dado cuenta que occidente no ha cambiado su política colonialista, intervencionista e imperialista y que ha implementado hacia los pueblos islámicos en los últimos cinco siglos.

            Particularmente en los últimos 15 años occidente, bajo la dirección de elites tanto conservadoras como liberales, ha adoptado una estrategia que Samuel P. Huntington en su último libro titulado ¿Quiénes somos?, ha denominado una política exterior de tipo “trabajo social”. En esta política de “trabajo social”, occidente invade con fuerza militar aplastante a sociedades musulmanas dirigidas por sanguinarios dictadores. Luego de su victoria militar, trata de reconstruir la sociedad invadida (nationbuilding). No obstante el trabajo de reconstrucción fracasa, occidente retira sus tropas y la sociedad afectada cae en guerra civil y caos generalizado. Esto es lo que pasó en Afganistán, Irak, Libia y Yemen. Ahora en el caso de Siria, occidente aún lucha por destruir a Bashar al-Ásad, dictador de ese país, pero sus intenciones han sido desbaratadas, gracias a una robusta intervención rusa.

            Huntington escribiendo en el año 2004, señala que con el fin de la guerra fría se eliminó al comunismo como el factor más importante moldeando el rol de Estados Unidos en el mundo. Esto permitió a líderes liberales estadounidenses perseguir objetivos de su política exterior de “trabajo social” sin tener que enfrentar la acusación de que estos objetivos comprometían la seguridad nacional. Por lo tanto la elite pudo promover la intervención humanitaria, la reconstrucción de naciones y en general, una política exterior parecida a un trabajo social internacional.[i]

            Para ayudar a entender la tragedia de Bélgica, otro trabajo anterior de Huntington es vital. En este caso se trata del libro El choque de civilizaciones, escrito en el año 1996. Al final de su famoso libro, Huntington señala que en la historia de las civilizaciones humanas se produce un ciclo que se repite con regularidad y que tiene varias fases. Cuando una civilización nace la mayoría de su gente es joven, vigorosa, dinámica, brutal, con alta movilidad y con tendencias expansionistas. Los habitantes de esta emergente civilización, por lo general son poco civilizados y brutales. A medida que la nueva civilización se desarrolla y consolida, sus habitantes se tranquilizan y desarrollan las capacidades que empujan hacia adelante su nivel de civilización. A medida que las hostilidades y competencias entre los distintos grupos que conforman la civilización emergente, disminuye, nace la fase universal de la civilización en referencia. De esta forma la civilización alcanza su más alto grado de desarrollo y entra en su edad de oro. Florece la moralidad, la ética pública, el arte, la literatura, la filosofía, la ciencia, la tecnología y sobre todo una alta competencia militar, económica y política. Pero invariablemente, después de  este largo periodo de apogeo, la civilización entra en un proceso de decadencia. Su nivel de civilización declina hasta el punto que termina por desaparecer aplastada por la invasión de una nueva civilización emergente pero con bajo nivel de cultura y civilización.

           El proceso modernizador por lo general aumenta y mejora las condiciones materiales de las civilizaciones del planeta. Huntington se pregunta si acaso este proceso modernizador ha mejorado las condiciones morales y culturales de las civilizaciones. Huntington señala que en algunos aspectos esto es así. La esclavitud, la tortura y el vicioso abuso de las personas se hace cada vez menos aceptable en el mundo contemporáneo. A continuación, Huntington se pregunta si este mejoramiento es simplemente el resultado del impacto de la civilización occidental sobre las otras culturas del planeta.  Se pregunta si ocurrirá una reversión moral en el mundo si el poder de occidente declina. Huntington continúa señalando que hay mucha evidencia a mediados de los años 90 del siglo XX que el mundo ha caído en el paradigma llamado “caos generalizado”. Este modelo de relaciones internacionales indica que se ha producido una quiebra en la ley y el orden en el planeta. Han aumentado los Estados fallidos y también ha aumentado la anarquía por todos lados. Todo esto se complementa por una gran ola de criminalidad causada por mafias transnacionales, carteles de la droga y adicción generalizada. Se produce también un debilitamiento importante de los lazos familiares y una drástica declinación de la cohesión social, la confianza y la solidaridad entre las personas.  Como resultado de todo esto, explota la violencia étnica, religiosa y civilizacional y así la ley de la selva predomina en muchas partes del mundo. En ciudad tras ciudad, en todos los continentes, una ola de criminalidad azota los centros urbanos del planeta y elementos básicos de la vida civilizada han empezado a desaparecer. La gente habla de una crisis global de gobernabilidad. El surgimiento de empresas multinacionales que producen bienes de consumo, inundan todo el planeta, pero este crecimiento del consumo es igualado por el surgimiento de mafias internacionales, carteles de la droga y grupos terroristas que violentamente asaltan y masacran a las poblaciones. La ley y el orden es prerrequisito de la vida civilizada, pero en bastas áreas del planeta, tales como África, América Latina, Rusia, el sur de Asia y particularmente el medio oriente la ley y el orden se está evaporando. También se producen ataques serios a la sociedad en China, Japón y especialmente la civilización occidental. Es así como a nivel global el nivel de civilización está cayendo en el barbarismo produciendo la imagen de un pavoroso fenómeno donde una edad negra y oscura está descendiendo sobre toda la humanidad.

            Huntington finaliza su espectral descripción, señalando que en los años 50 de siglo XX,  Lester Pearson vaticinó que los humanos se están moviendo hacia una era donde el mundo se conforma por diferentes civilizaciones. Estas distintas civilizaciones deberán rápidamente a aprender a vivir lado a lado con un intercambio productivo y pacífico. Toda la humanidad tendrá la obligación de conocer estas distintas identidades civilizacionales. Los seres humanos deberán aprender de cada una de estas civilizaciones estudiando su historia, el arte y la cultura de cada una ellas mutualmente enriqueciéndose unas y otras. La alternativa a esta armoniosa convivencia civilizada y pacífica de las distintas civilizaciones del planeta; es la incomprensión masiva, tensiones, choques y finalmente desbastadoras catástrofes.  El futuro de la paz mundial y la sobrevivencia de la civilización planetaria, depende del entendimiento y compresión mutua entre los líderes políticos, intelectuales y espirituales de las nueve grandes civilizaciones del planeta. En este choque de civilizaciones, Europa occidental y América del norte se juntan o serán destruidas en forma separada. En el gran choque, el choque global entre civilización y barbarismo, las grandes civilizaciones del planeta, con sus grandes éxitos y resultados en religión, arte, literatura, filosofía, ciencia, tecnología, moralidad y compasión; deben unirse o serán separadamente, destruidas. En esta nueva era, los choques de civilizaciones son el gran peligro para la paz mundial. Un nuevo orden internacional, basado en la cooperación pacífica de las grandes civilizaciones es la única salvación para evitar una catastrófica guerra mundial.[ii]

            Es evidente que los líderes actuales de la civilización occidental (formada por Europa occidental, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) no están de acuerdo ni con Pearson ni con Huntington. Ellos aparentemente viven en un mundo que ya no existe. Ellos piensan que hay una sola civilización compuesta por occidente y los países que recientemente se han civilizado adoptando los valores occidentales. Es lo que ellos llaman la “Comunidad Internacional”. El resto de los países fuera de la comunidad internacional se supone que son bárbaros y subdesarrollados a los cuales hay que subyugar y controlar a fin de guiarlos en el proceso civilizacional.  Es así como estos líderes piensan que el mundo actual es similar al mundo de comienzos del siglo XX. Occidente no admite el hecho de que hay otras grandes civilizaciones con valores  distintos a los occidentales y con los cuales debe aprender a convivir y respetar.  Los líderes occidentales actuales parecen haber rechazado todos los consejos elaborados por Huntington en sus últimos dos libros. Es así como occidente está empezando a cosechar todas las tormentas que se dedicó a sembrar en los últimos 500 años.

            Si occidente pretende terminar con los atentados terroristas que la civilización islámica está llevando a cabo actualmente; occidente debe retirarse tan pronto como sea posible de todos los países pertenecientes a la civilización islámica. Ella incluye particularmente el Medio Oriente, África del Norte, y Asia Central. Simultáneamente, occidente debería implementar un sofisticado programa de socialización y culturalización destinado  a integrar rápidamente y asimilar efectivamente a la población musulmana, actualmente viviendo en su territorio. Esta debe ser una integración positiva, parecida  a la que los Estados Unidos realizaron con millones de asiáticos que entraron a su territorio después de su derrota en Indochina.

 


[i]Ver: Samuel P. Huntington Who Are We? The Challenges to America’s National Identity Simon & Schuster, New York, 2004. Pg. 363

 

[ii]Samuel P. Huntington The Clash of civilizations and the remaking of world order Simon & Schuster, New York, 1996 Pgs. 320 – 321

 

F. Duque Ph.D.

Cientista Político

Puerto Montt, marzo 2016

 

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