Diciembre 9, 2024

Los 62 más ricos poseen recursos equiparables a los de la mitad más pobre de la población global

Oligarcas, jeques petroleros y herederos de miles de millones de dólares, quienes conforman las 62 personas más ricas del mundo, poseen exactamente lo mismo que la mitad más pobre de la población global, según el estudio Una economía al servicio del uno por ciento, de la organización humanitaria Oxfam.

Hace un año ese patrimonio estaba en manos de las 80 personas más ricas del planeta.

 

 

Los beneficios políticos han generado que cuatro multimillonarios en México hayan visto aumentar su riqueza, equivalente a 2 por ciento del producto interno bruto del país en 2002, a 9 por ciento en 2014. Es decir, más de 50 millones de habitantes están en la pobreza.

Una parte significativa de las fortunas de los cuatro individuos se deriva de sectores que han sido privatizados, concesionados y/ o regulados por el sector público.

Oxfam denunció que en ese ámbito se genera un sistema regido por el amiguismo, en el cual ciertos sectores son privilegiados y protegidos con consecuencias económicas y sociales graves, que resultan excluyentes. Las personas más ricas deben dejar de pretender que sus fortunas están beneficiando a todos, apuntó.

Explicó en el informe Desigualdadextrema en México, concentración del poder económico y político, que la acumulación de riqueza en pocas manos lastra el crecimiento, genera sociedades más injustas y violentas y limita las políticas de reducción de la pobreza.

Añadió en su texto sobre México que entre 2002 y 2015 las cuatro principales fortunas del país han pasado a multiplicarse por cinco. Esta tendencia de acumulación de riqueza en pocas manos es global y provoca sociedades más desiguales y violentas, en las que la combinación de falta de inversión en políticas sociales, fiscalidad regresiva y regulación deficiente de sectores estratégicos lastra las posibilidades de los más vulnerables a llevar una vida digna y tener las mismas oportunidades de partida, afirmó Consuelo López Zuriaga, directora de Oxfam México.

En casi todas partes crece de manera dramática la desigualdad social, denunció Oxfam en la investigación, que comienza a ser difundida este lunes.

De acuerdo con los autores, algunas de las causas son la aplicación de impuestos totalmente insuficientes a los grandes capitales y sus ganancias, así como la continua transferencia de beneficios a paraísos fiscales.

El uno por ciento de la población mundial tiene un patrimonio mayor que el del resto del mundo, subraya el texto al citar datos del Informe sobre la riqueza 2015, del banco Credit Suisse. En otras palabras, el patrimonio de unos 70 millones de súper ricos es superior al de los más de 7 mil millones de personas en la Tierra.

Sólo en los pasados cinco años el patrimonio de los 62 más ricos, entre ellos 53 hombres, aumentó 44 por ciento, a 1.76 billones de dólares (1.61 billones de euros). Al mismo tiempo, el patrimonio conjunto de la mitad más pobre de la población se redujo en alrededor de un billón de dólares. Un descenso de 41 por ciento, a pesar de que en el mismo periodo la población mundial aumentó en 400 millones de personas, indica la organización humanitaria en su informe sobre el desarrollo social, que siempre presenta en vísperas de la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos.

Oxfam llamó a los aproximadamente 2 mil 500 políticos, directivos empresariales y científicos de más de 100 países que se darán cita del 20 al 23 de enero en la localidad suiza a utilizar su influencia para lograr que la brecha entre ricos y pobres se reduzca en vez de que se ensanche.

Reglas, para los ricos

Vivimos en un mundo cuyas reglas están hechas para los súper ricos, afirma Tobías Hauschild, miembro de Oxfam Alemania. Ello hace más difícil la lucha contra la pobreza y las enfermedades. Lo que se necesita es un sistema económico y financiero que beneficie a todos.

Ese sistema, según el texto de Oxfam, debe impedir que las grandes compañías eludan su responsabilidad. Nueve de cada 10 grandes empresas tienen filiales en al menos un paraíso fiscal, asegura la investigación.

Oxfam exige que los impuestos sobre los beneficios se paguen únicamente en el país donde éstos se obtienen. Además, la responsabilidad de los políticos es acabar con los paraísos fiscales, que permiten a los súper ricos ocultar sus gigantescos capitales.

Con el fin de crear un sistema tributario internacional justo es necesario, sostiene Oxfam, obligar a las empresas a que informen públicamente y por países sobre los beneficios obtenidos y los impuestos pagados. Además, la organización humanitaria exige que los estados pongan fin a una competición ruinosa para ofrecer las tasas impositivas más bajas y que hagan públicos todos sus incentivos fiscales.

Debemos encarar a gobiernos, empresas y élites económicas presentes en Davos para que se comprometan a poner fin a esta era de los paraísos fiscales, que alimentan las desigualdades mundiales e impiden a centenares de millones de personas salir de la pobreza, afirmó Winnie Byanyima, directora general de Oxfam International, que estará en el encuentro suizo.

 

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