Noviembre 20, 2024

La lucha por la dominación mundial

CHINA, RUSIA Y Estados Unidos son las potencias mayormente determinantes del presente y el futuro previsible del mundo, mientras la Unión Europea tiene un peso tan importante como declinante, y las expectativas que creó el grupo BRICS han desaparecido del horizonte internacional.

 

 

 

Jimmy Carter (presidente de 1977 a 1981) intentó moralizar la política internacional estadounidense, después de los excesos brutales de “diplomacia” sin principios encabezada porKissinger. Brzezinski describe a Carter en sus memorias como “una persona muy decente, de gran inteligencia, pero, a veces, de sorprendente ingenuidad”. El gobierno de Carter hizo explícita la idea de que el planeta se encaminaba a un mundo multipolar; nunca fue más claro que los grupos más reaccionarios y los empresarios ligados a la milicia reaccionaron ferozmente para echar a Carter y llevar a la presidencia al moloso Ronald Reagan. Este guerrerista inició una nueva carrera armamentista, llamada Star Wars que, seguramente, fue la puntilla de la crisis final de la URSS: esta economía sumamente debilitada intentó no quedarse atrás de la agresividad de Reagan y acabó desplomándose. La agresividad imperialista creyó entonces que tendría el mundo bajo su dominio absoluto para siempre.

 

Para referirme al último tramo del imperio del garrote, EEUU invadió a Granada (1983), a Panamá (1989), y a  Irak (1991), encabezando la OTAN; a Somalia, en 1993, acompañado de algunos países de la OTAN; a Yugoslavia, en 1995 sin la sanción del Consejo de Seguridad de la ONU; a Afganistán y a Sudán en 1998 unilateralmente; nuevamente a Yugoslavia en 1999 sin la sanción del Consejo de Seguridad; a Afganistán en 2001, sin la sanción del consejo; a Irak en 2003, con aliados, sin la sanción del consejo; a Pakistán, Yemen y Somalia, en 2002, mediante drones sin autorización del consejo; a Libia en 2011, con autorización del consejo.

 

La “diplomacia” de las invasiones, las bombas con aviones ad hoc o drones, exhibieron al gorila permanentemente: la vocación guerrerista de EEUU por demás conocida de siempre. En tanto EEUU desgarraba cuerpos humanos por cientos de miles (algo más que los yihadistas), el mundo continuaba globalizándose y diversificándose, y Rusia fortaleciéndose militarmente, y China creciendo a 10 por ciento anual en sus mejores años. Es decir, la profundidad de la multipolaridad del mundo continuó avanzando.

 

En sus inicios, el gobierno de Obama reconoció esa tendencia, pero los halcones de siempre acabaron imponiéndose. EEUU anunció que se proponía bombardear al Estado Islámico y solo ese mismo día los precios de las acciones de las empresas productoras de armamento estadounidense aumentaron 5 por ciento en la Bolsa de Nueva York.

 

Diversas fuentes rusas y estadounidenses aseguran que EEUU sostiene una fuerza militar sustancialmente más grande que la rusa, pero que Rusia posee una significativamente más moderna y eficaz. Dos declaraciones recientes parecerían indicar que esto no está alejado de la realidad. El jefe del Estado Mayor del ejército estadounidense, general Mark Milley, afirmó el pasado 5 de noviembre que Rusia es el único país del mundo que cuenta con la capacidad nuclear “suficiente para destruir a Estados Unidos”. El experto ruso en geopolíticaMijail Alexandrov, comentó de inmediato que “es alentador escuchar por fin una estimación realista sobre el potencial de Rusia de un militar estadounidense”. Apenas el pasado viernes el presidente Putin ordenó a su ejército responder con “extrema firmeza” a cualquier fuerza que amenace a Rusia en Siria: “Los objetivos que ponen en peligro la infraestructura rusa en Siria deben ser destruidos de inmediato”, dijo. Recuérdese que Rusia decidió desplegar en su base militar de Siria los sistemas antiaéreos “ultramodernos” S-400 Triumf, que cubren el territorio sirio. Todo indica que difícilmente veremos un enfrentamiento militar entre Rusia y EEUU.

 

El imperio en declive ha estado variando rápidamente su estrategia frente a Rusia en el marco de Medio Oriente. Y es que el ajedrez geopolítico internacional ha multiplicado su complejidad “n” veces. Terminó el tiempo en que dos países podían estar uno frente a otro como adversarios sin posibilidad de error para los observadores. Hoy día muchos, pero especialmente las tres grandes potencias, son simultáneamente acérrimos adversarios en un campo dado, y socios en otro, sin que ello haya eliminado la batalla por la supremacía mundial. EEUU y la UE “sancionan” a Rusia, pero hoy conjuntamente Rusia, Francia y Estados Unidos se proponen eliminar al Estado Islámico que, según el presidente Putin, entre los 40 países que lo  financian  se encuentran varios miembros del G20. “La financiación, como hemos sabido, proviene de 40 países, entre ellos varios del G20”, a través del petróleo comprado a Turquía, suministrado por el EI, señaló Putin el pasado 15 de noviembre.

 

El ex superhalcón Zbigniew Brzezinski hoy opina que “se vislumbra la esperanza para la mejoría de relaciones de EU y Rusia, ya que los intereses de ambos se encuentran de hecho alineados en varias formas”.

 

Entretanto, el objetivo de la política exterior china es “frenar el guerrerismo de EEUU y la UE. El pueblo ruso y el chino defenderán hombro con hombro la paz en el mundo y promoverán el desarrollo y el progreso de toda la humanidad”, según el comunicado divulgado hace un par de meses por el mandatario chino, Xi Jinping.

 

 

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