La Casta Política chilena se está repartiendo por partes iguales la impunidad respecto a sus actos de corrupción. El ciudadano observa como a Jovino Novoa, delincuente de montos millonarios, no le pasa nada y a un vendedor de frutillas o una vendedora de jugos de naranja le cae la policía encima con todos sus medios. Pero no van a quedar impunes.
La corrupción en Chile es total. La economía supuestamente social de mercado es una farsa. No manda la ley de oferta y demanda, manda la colusión. Las instituciones que de modo cuasi gansteril nos cobran peaje (“protección”) en la salud (Isapres), previsión (AFPs), Educación, transporte público, sistema financiero, retail, siguen incólumes.
Pero a la corrupción y la impunidad legal se suma ahora la ineptitud.
La Casta Política muestra su incapacidad para brindarnos la más elemental seguridad ciudadana. Entendemos por tal la obligación del Estado de asegurarnos la posibilidad de ejercer nuestros derechos sin la perturbación ilegitima de funcionarios estatales o particulares.
Cuando alguien no puede transitar por una calle, una mujer no puede usar una joya de su propiedad, o los ciudadanos deben atrincherarse con rejas y cerrojos en su propia casa, es la seguridad ciudadana la que está violentada. Innecesario resulta relatar los hechos ocurridos en Valparaíso, todos lo vimos.
Pero el ministro del Interior, Jorge Burgos, confirma en sus cargos a todos los que eran responsables de la seguridad ciudadana, el intendente de Santiago se hace la autocrítica, pero sin efecto ninguno. No quedó nadie preso y salieron del Tribunal haciendo gestos obscenos a los ciudadanos.
Les preocupan los mapuches, eso sí, a ellos, víctimas de una injusticia histórica, balas y garrotazos.
Esto no puede continuar.
El pueblo en su enorme sabiduría lo tiene ya asentado. La Casta Política no puede continuar y hay que echarla en las elecciones democráticamente; el que no vaya a votar en definitiva vota por la casta.
Están emergiendo nuevas formaciones políticas, como el Partido Poder Ciudadano dirigido por la joven Karina Oliva y que en pocos meses se ha constituido orgánicamente en todo Chile y cuya legalización va viento en popa. Más de 250 chilenos firmaron para su legalización el sábado pasado en la Plaza de Maipú; los encabeza allí Claudia Mix, ex funcionaria de la Municipalidad que perdió su empleo por denunciar la corrupción de la basura. Ella está fuera de la municipalidad y el formalizado Alcalde Vitori sigue en su sillón, parece que no por mucho tiempo. Su legalización está muy avanzada en la región de los Lagos, y seguramente se conseguirá en Aysén , Valparaíso y Punta Arenas en fechas muy próximas. Ya hay esfuerzos en Arica Iquique, Antofagasta y Coquimbo.
El chileno no rechaza la política sino a los políticos corruptos.
En la IV Región de Coquimbo y la Serena, aun siendo reprimidos por el Alcalde y la fuerza pública los ciudadanos están firmando por el Frente Popular, que no oculta sus bandera ni reniega de sus principios; todo indica que se legalizaran.
En Santiago se perciben claras muestras de adhesión hacia la Unión Patriótica, partido alternativo también en formación.
El Partido Constituyente se encuentra también próximo a iniciar sus trámites de legalización.
La Casta Política aumentó los requisitos en firmas para legalizar nuevos partidos.
Pero cada uno de sus actos arroja más ciudadanos hacia las nuevas alternativas.
Le saldrá gente al camino a la Casta Política en las próximas elecciones.
ROBERTO AVILA TOLEDO