Noviembre 17, 2024

La república francesa como rehén

La guerra que se extiende a París resulta incomprensible para los franceses, que nada saben de todas las actividades secretas de su gobierno en el mundo árabe, de sus alianzas contra natura con las dictaduras del Golfo y de su activa participación en el terrorismo internacional. El Parlamento francés nunca ha abordado esas políticas y los grandes medios de prensa raramente se atreven a mencionarlas.

 

 

HACE 5 AÑOS que los franceses oyen hablar de guerras lejanas, sin entender de qué se trata. La prensa los informó ampliamente sobre la implicación de sus fuerzas armadas en Libia, pero nunca ha hablado de la presencia de soldados franceses en el Levante. Muchos leen mis artículos sobre ese tema pero los ven como extraños cuentos orientales. A pesar de mi historia personal, es de buen tono calificarme de «extremista» o de «conspiracionista» y resaltar que sitios web de todas las tendencias, incluyendo los auténticamente extremistas o complotistas, reproducen mis artículos. Pero nadie encuentra cómo responder a lo que escribo. Como tampoco nadie escucha mis alertas sobre las alianzas en las que Francia se ha implicado.

 

Y la verdad ignorada emerge bruscamente.

 

En la noche del viernes 13 de noviembre de 2015, Francia fue atacada por varios comandos que asesinaron al menos 130 personas en cinco lugares diferentes de París. Se ha decretado el estado de urgencia por 12 días en todo el territorio nacional y el Parlamento podría prolongarlo.

 

No existe vínculo directo con el caso de Charlie Hebdo

 

La prensa francesa interpreta este acto de guerra vinculándolo al atentado perpetrado en las oficinas de Charlie Hebdo, a pesar de que los modus operandi son totalmente diferentes. En enero, el objetivo era matar a personas bien identificadas mientras que el viernes 13 se vio un ataque coordinado e indiscriminado contra un gran número de personas.

 

Hoy se sabe que el redactor jefe de Charlie Hebdo acababa de recibir una «donación» de 200.000 euros para que continuara su campaña antimusulmana. También se sabe ahora que los asesinos de Charlie Hebdo estaban vinculados a los servicios de inteligencia franceses y que el origen del armamento que utilizaron está clasificado como Secreto Militar. Ya demostré en un trabajo anterior que este atentado no fue una operación islamista. También demostré que fue objeto de una inmediata recuperación mediática y que esa recuperación encontró eco en la población hostil a la República –idea brillantemente desarrollada unos meses después por el demógrafo Emmanuel Todd.

 

Si volvemos a concentrarnos en la guerra que acaba de extenderse a París, veremos que es una novedad en Europa occidental. No es comparable a los atentados perpetrados en Madrid en 2004. En España nadie disparó sobre la gente, tampoco hubo kamikazes sino 10 bombas distribuidas en cuatro lugares diferentes. Lo que se vio el viernes en Francia es lo que viven cada día numerosas poblaciones del «Medio Oriente ampliado» desde 2001. Y también encontramos hechos comparables fuera de esa región, como los tres días de ataques diferenciados en Bombay –en 2008.

 

 

 

 

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