Diciembre 3, 2024

Postura latinoamericanista argentina está en juego en las elecciones del 22

 

La posición regional e internacional de Argentina también está en juego en la segunda vuelta el 22 de noviembre, pues puede variar marcadamente en dependencia de qué fuerza política triunfe en las urnas para asumir la Casa Rosada.

 

 

 

A juicio de académicos, están en contienda dos visiones claramente disímiles: una es la que impulsaron Néstor Kirchner y Cristina Fernández de concertación regional a favor de la integración latinoamericana con apoyos decididos al Mercosur, Unasur y Celac, y con marcada defensa de la soberanía nacional.

En esa línea igualmente se enmarca la protección a escala mundial de los procesos de reestructuración de deuda frente a la especulación de grupos financistas como los conocidos fondos buitre, un decisivo reclamo por las Islas Malvinas y que América Latina sea una zona de paz.

Con esta política exterior se ha comprometido Daniel Scioli, el candidato por el Frente para la Victoria (FpV), quien se manifestó partidario de seguir impulsando los mecanismos integradores así como el mejoramiento sin que afecte la soberanía nacional con todos los países y entidades financieras del mundo.

Y, por el otro lado, está la visión de restarle fuerza precisamente a ese empuje latinoamericanista, solo centrarse en un Mercosur limitándolo a sus orígenes comerciales, llevar a Argentina hacia la neoliberalista Alianza del Pacifico y responder a los designios políticos y financieros de Estados Unidos para la región.

Esa línea la encarna Mauricio Macri, el postulado por la alianza de derecha Cambiemos, quien se ha manifestado abiertamente contra el proceso bolivariano en Venezuela o la Revolución Ciudadana del Buen Vivir en Ecuador.

Los referentes de Cambiemos no solo llaman a una profunda reforma política, sino también ideológica como adelantara Hernán Lombardi, actual ministro de Cultura e ideólogo del gobierno de derecha de la Capital Federal que ha conducido Macri.

Entre otras medidas que se adoptarían, Lombardi dijo que una sería erradicar la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional.

Dirigida por Ricardo Foster, esa dependencia de nueva creación circunscrita al Ministerio de Cultura de la Nación apunta a generar un debate democrático, federal y plural sobre las tradiciones políticas y culturales de Argentina y América Latina.

Para el sociólogo y catedrático brasileño Emir Sader, en la segunda vuelta del 22 de noviembre se pone en juego el lugar de Argentina en la región y el mundo, e incluso conjeturó que un eventual gobierno del partido derechista Propuesta Republicana le bajará el perfil a las relaciones con el Mercosur.

Así lo manifestó a FM Nacional Rock, declaraciones de la que se hicieron eco otros medios.

Sader advierte que una victoria de Macri le daría nuevas esperanzas a la derecha en el orden regional. Hace tiempo que los grupos concentrados de poder esperan un triunfo electoral en algunos de los países de América latina, y “parece que esto es algo que puede darse en Argentina”, advierte el catedrático brasileño.

“Argentina es una referencia en Brasil para la derecha y para la izquierda. Una victoria de Macri le daría aire a los sectores dominantes que están a la espera de un triunfo electoral”, señaló.

En ese sentido refirió que no querían el triunfo de Tabaré Vázquez en Uruguay, el de Dilma Rousseff en Brasil, al tiempo que socavan la estabilidad del gobierno de Rafael Correa en Ecuador y el de Nicolás Maduro en Venezuela. “Y ahora con Macri vuelven a tener alguna esperanza de lograr el poder en Argentina”.

Sader es de la opinión también que con Macri los nexos con Brasil no tendrían el carácter consensual que poseen en la actualidad. “La derecha tiene nuevas esperanzas en la región y eso se debe, en parte, a las debilidades de los propios procesos populares”, estimó.

El politólogo argentino Atilio Borón es mucho más duro en su análisis, en el que luego de observar los errores en su opinión que llevaron a un avance de la derecha argentina en las elecciones del 25 de octubre, alerta sobre lo que pudiera acontecer si esas fuerzas se apoderan de la Casa Rosada.

“Revertir lo ocurrido en la primera vuelta electoral aparece como una empresa muy difícil aunque no imposible. Habrá que intentarlo, para evitar que Argentina sea la punta de lanza de un proceso que, ahora sí, podría ser el inicio del fin de ciclo progresista en la región”, augura Borón.

Eso es algo que hasta hace unos pocos días parecía poco probable, escribe en su blog personal.

De hecho, si el candidato del FpV es derrotado en la segunda vuelta, sería la primera vez que un gobierno progresista o de izquierda es vencido en las urnas desde el triunfo inaugural de Hugo Chávez en diciembre de 1998, refiere el analista.

“Hasta ahora, todos esos gobiernos fueron ratificados en las urnas y sería lamentable que Argentina rompiera con esa positiva tendencia”, señala.

Y agrega: “Tenemos una responsabilidad regional de la cual no podemos sustraernos: una victoria de Macri sería un golpe mortal para la Unasur, la Celac y el mismo Mercosur. Además, Argentina se realinearía incondicionalmente con Estados Unidos y este redoblaría su ofensiva contra los gobiernos bolivarianos, cada vez más privados de apoyos externos”.

Borón prevé que un eventual gobierno de Macri se uniría de inmediato a Álvaro Uribe, José M. Aznar y sus mentores norteamericanos en su pertinaz cruzada para erradicar de la faz de la tierra al chavismo, a los gobiernos de Evo Morales y Correa, y para propiciar el “cambio de régimen”, como lo llaman, en Cuba.

“Es decir, para liquidar definitivamente todo rastro de antiimperialismo en América Latina”, acota.

En su opinión como la de otros analistas políticos consultados por Prensa Latina, para poder superar a su contrincante el 22 de noviembre Scioli deberá pasar a la ofensiva y demostrar que tras la vaguedad discursiva de su oponente se esconde un brutal programa de ajuste.

Ya Scioli tomó por ese camino y genera preocupación en la derecha que comenzó a criticarlo por hacer una campaña oscura para generar temor.

En realidad, es una inquietud que también están sintiendo los argentinos, incluso entre los que se manifestaban opositores e incluso votaron en contra del FpV, pero este sorpresivo avance de la derecha en los recientes comicios les genera angustia, como le confesó un colega a este reportero.

Scioli tendrá también que dejar de circunscribir su discurso -señala Borón- a la defensa de la obra del kirchnerismo de lo cual se encarga muy bien la presidenta Cristina Fernández, y definir nuevas prioridades y salir con propuestas concretas en materia económica, social, cultural e internacional.

Atento a las nuevas circunstancias ya el candidato del FpV hizo cuatro nuevas propuestas al relanzar su campaña desde Tucumán cuando fue a la asunción del nuevo gobernador de esa norteña provincia, Juan Manzur.

Se comprometió a implementar el aumento del 82 por ciento móvil para las jubilaciones mínimas, además de fortalecer la lucha contra el narcotráfico, sacar retenciones de algunos productos agropecuarios y eliminar más impuestos a las ganancias de los trabajadores con los mayores ingresos.

Eso le permitirá persuadir a la opinión pública que podrá ser el presidente que comience a hacer todo aquello que el kirchnerismo, en otros momentos, reconocía que aún le restaba por hacer, coinciden los observadores.

Las fuerzas del FpV deberán percatarse también que tienen que dejar de recriminarse y dejar las luchas internas a un lado por el mal resultado en los comicios del 25 de octubre y cerrar filas. Ya la presidenta Cristina Fernández los convocó a eso; sin embargo, algunos referentes prosiguen con sus reproches que en nada ayudan a los objetivos del frente en que se encuentran.

Para Scioli “es una tarea difícil pero no imposible”, estima Borón. “Enfrente suyo no tiene a un De Gaulle o un Churchill sino a un insulso producto de un astuto marketing político, apoyado por el aparato publicitario de la derecha imperial”, señala.

Ojalá que le vaya bien -le desea el politólogo- pues “aunque algunos se empeñen en negarlo, en esta segunda vuelta también se juega el futuro de los procesos emancipatorios y de las luchas antiimperialistas en América Latina”.

Debido a luchas internas de último momento el FpV y el peronismo se dejaron arrebatar el bastión histórico del justicialismo, la provincia de Buenos Aires, donde nunca habían perdido una elección en período de democracia y no proscripción de ese movimiento.

Ahora, el día 22, tienen en juego la Presidencia de la Nación que rescataron en medio de una profunda crisis con Néstor Kirchner en 2003, como también está en riesgo la postura latinoamericanista de Argentina en el año, precisamente, en que se conmemora el décimo aniversario del No al ALCA que dio paso al proceso de integración regional.

*Corresponsal de Prensa Latina en Argentina.

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