Diciembre 14, 2024

El empujón del Ministro Eyzaguirre

No resulta extraño que las declaraciones del Ministro Eyzaguirre sean calificadas como una honesta autocrítica, aún cuando en realidad son opiniones desleales con quien lo tiene en su puesto de Ministro, a la que debió advertir de sus visiones contrarias a la agenda de reformas antes de llevarla a cometer algunos de sus desatinos.

 

 

Lo dicho por Eyzaguirre comprueba, por ejemplo, que las exigencias y solicitudes que esgrimían los profesores cuando hace un año intentaban hacerle ver lo desatinado de sus pretendidas reformas, y que ni siquiera escuchó, eran correctas.

 

¿Buscaba ex profeso el descalabro que vendría?

 

Da la impresión que cursa una operación que intenta centrar en las reformas, pretendidas o no, falsas o no, superficiales o no,  la debacle de la administración Bachelet.

 

La derecha, incluida la que cohabita en la Nueva Mayoría, ha encontrado un interesante nicho para intentar bloquear la necesidad de cambios reales en una cultura que se desfonda a pasos agigantados.

 

Exija reformas y mire lo que pasa, es el mensaje que se intenta reproducir de manera explícita y oculta.

 

El intento de la Nueva Mayoría, como sabemos, ni nueva ni mayoría, no fue sino un pegoteo de consignas necesario para evitar que el colapso de la Concertación los dejara fuera del juego.

 

El intento tenía como trasfondo aparecer como dando respuestas a la protesta social que tomaba fuerza en el mejor de los ambientes: en la descomposición del sistema político al hacerse público lo que se ha sabido soterradamente desde que el mundo el mundo: que los políticos son financiados al margen de toda ley y ética, por los poderosos de siempre.

 

La coalición gobernante pretendía así detener el ímpetu poderoso pero inorgánico de estudiantes, pobladores, profesores, mineros, pescadores, entre otros muchos sectores, que hastiados por la imposición de la mugre neoliberal, llevaban al país a escenarios inciertos.

 

Pero el pseudo intento corrector del modelo no se relaciona con la debacle presidencial. El descenso permanente y sostenido que muestran las encuestas se origina en el manejo que hizo Bachelet en el caso Caval, que tiene a su hijo en la mira de los tribunales de justicia, con altas probabilidades de ir a dar a una cárcel por sinvergüenza.

 

Y ese escándalo detona en el peor momento para todo el sistema político, atrapado en la escandalera de millones que los poderosos han usado para la compra  de políticos de todas las layas.

 

Es esa podredumbre la que explica la caída abisal de la presidenta y no el que haya intentado reformas que no reforman,  cambios que no cambian.

 

No hay en lo dicho por el Ministro Eyzaguirre una coma que pretenda ayudar a levantar un proyecto de segundo tiempo, más bien de descuentos, que permita salvar algo de lo que se hunde. Es más bien un empujón al borde del abismo.

 

Parece que ha comenzando la etapa para desanclarse de la presidenta ahora que sus números espantosos siguen su curso, cuesta abajo en la rodada.

 

Y una buena táctica es centrar su crítica en el afán reformista de su ex amiga y obviar  que lo que la liquidó fueron los escándalos familiares y de su coalición, muchos de sus integrantes comprados por el pinochetismo más profundo.

 

De esta manera queda mejor posicionado para lo que venga.

 

Las opiniones de Nicolás Eyzaguirre le agregan más lastre aún al pesado fardo presidencial y sus declaraciones deberían tener pronto efectos concretos.

 

En rigor, debería  ser despedido de La Moneda. O es ella o es él.

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