Diciembre 11, 2024

Trece camiones sediciosos

Ministritos arrodillados, pseudo autoridades medrosas y tiritonas, preocupadas, atrapadas en sus debilidades y cobardías, sometidas por teléfono celular  a los empresarios bravucones que bloquearon las vías, agredieron a personas y no dejaron el paso libre a miles de ciudadanos.

 

 

Esas mismas autoridades que, prepotentes y blandiendo sus nombramientos, su Constitución y sus leyes, despliegan sus Fuerzas Especiales en contra de los trabajadores y estudiantes no más ponen un pie en la calzadas prohibidas, ahora lucen rendidas de la manera más vergonzosa cuando un puñado de ultra derechistas ricachones, abusadores, explotadores y sediciosos avanzan por la carretera.

 

Trece camioneros logran arrodillar a Burgos y su camarilla de represores autorizados, aceptan cambiar sus agendas y luego hacen vigilia para esperarlos en palacio para ser advertidos, apuntados con el dedo en tonos admonitorios solo para pedir más represión en una zona militarizada vergonzosamente hace muchos años.

 

Los empresarios golpistas viajaron para exigir al gobierno que en la región más pobre del país, la que luce los promedios socioeconómicos más bajos en todo, la que ha sido diezmada por las plantaciones que liquidan la tierra y acaban con la napas acuíferas, en donde cada día al pueblo mapuche se le sigue pasando la cuenta por el hecho de ser bravío defensores de sus tierras que es como decir de su vida, aumenten las tropas de ocupación.

 

Este ejercicio de enlace, este nuevo tanquetazo tuvo a su favor a los medios de comunicación que desplegaron sus sistemas de transmisión en vivo que no se habían visto desde el triunfo de la selección nacional de fútbol, que siguieron minuto a minuto la caravana de mafiosos,  llegando a la aberración de transmitir en directo la acción del matonaje empresarial que saboteó a camioneros que se resistían a apoyarlos.

 

Miles de personas quedaron sin transitar, sin llegar a sus trabajos y a su vida normal, atrapadas en la congestión prepotente que doblegó a las autoridades, que violaron sus propias leyes y disposiciones, y ante lo cual las aguerridas Fuerzas Especiales tuvieron sumo cuidado de no entorpecer.

 

Políticos cagados de miedo sin decir esta boca es mía ante las graves amenazas que se hicieron urbi et orbi y que se parecían mucho al proceso sedicioso del año 1972 lo que en este país y en cualquiera que se precie de decente, debería ser perseguido, procesado y encarcelado.

 

Lo que omitieron decir los dirigentes ultraderechistas que amenazaron con repetir sus actos sediciosos de hace cuarenta y dos años, es que entonces la CIA, con la connivencia de la Democracia Cristiana, financió el paro patronal cuya exigencia final fue la matanza que se desataría en el año siguiente.

 

Quedaron al descubierto las autoridades cobardes que desplegaron su verdadera ánima a pesar de ser parte de un gobierno que usa un inmerecido alias de centro izquierdista, y que no son sino, derechistas encubiertos, dispuestos solo a generar una política que les permita seguir viviendo en la comodidad de sus altas investiduras, inmunes a la realidad, pseudo demócratas,  mercachifles de la consigna, vendedores de pomadas, momios encubiertos, pinganillas, rendidos por un puñado de golpistas que deberían estar encarcelados.

 

La ultra derecha, tal como cualquier bestia, huele la debilidad de sus víctimas antes de lanzarse al ataque y matar.

 

Y lo que exuda este gobierno que no gobierna y que solo administra sus descuentos aprovechando el vuelo de su inercia, olorosos de coimas y chanchullos, forrados de dietas y negociados, es un olor a derrota que no puede enmascarar.  

 

Bien por la gente valiente que salió a increparlos y que se interpuso entre la cobardía del gobierno y la desfachatez de los prepotentes.

 

Por lo menos hubo quienes representaron en las calles la sensatez y un sentido mucho más preciso de lo que significó en la dramática historia reciente el tristemente célebre paro de los empresarios camioneros que no solamente generó las condiciones para el golpe artero de los militares, sino que en breve, dispusieron sus máquinas para el traslado de prisioneros y de cuerpos de asesinados.

 

Más de alguno se habrá preguntado dónde está la presidenta. Por ahí andaría.

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