Diciembre 26, 2024

La UDI tiene su propio Ku-Klux-Klan

 

¿O es el Ku-Klux-Klan quien tiene en Chile una tienda partidista llamada UDI?

No puedo evitarlo. Mi buena memoria me obliga a sacar a la luz del entendimiento varios oscuros sucesos en los cuales estuvieron involucrados –como actores principales- sujetos que han formado parte de la directiva de esa tienda partidista llamada Unión Demócrata Independiente (UDI).

 

 

Las declaraciones realizadas al diario electrónico “El Dínamo” por parte de la periodista Lily Zúñiga (algunas las transcribimos en esta nota), quien fuera jefa de prensa de aquel partido político, certifican la negativa opinión que he tenido siempre de los vástagos de Pinochet, discípulos de Jaime Guzmán y proactivos impulsores del saqueo y depredación a los que nuestro país ha sido sometido desde el año 1973 a la fecha.

 

 La profesional trabajó durante once años como jefa de prensa del partido gremialista. Pero,  después de que declarara en Fiscalía que las dos boletas que emitió en 2012 a SQM fueron ideológicamente falsas, que fueron pedidas por Jovino Novoa y que esta era una práctica habitual en la tienda Jaime Guizmán, la maquinaria del partido se fue contra ella y contra todos sus contactos profesionales. “Ha sido una presión matonesca”, asegura.

“La UDI está conceptualmente dividida. Están los pungueira, que eran los que seguíamos a Pablo Longueira. Y están los jovinistas. Y obviamente los jovinistas eran los niños de la Fundación (Jaime Guzmán), los de la Católica, los niños bien. Y los pungueira eran los que iban a poner las banderas, los tontos útiles. No eran los pensantes, eran los rotos. Existe ese clasismo en la UDI”, dice Lily.

“Me da mucha risa –agrega-, porque el que defiende que eso no existe es Moreira. Pero Moreira es un roto agrandado que vive manduqueando al chofer o al escolta para que le pongan la chaqueta. Y él es el que dice que no hay clasismo. Y es el gallo más clasista del mundo”.

Según mi parecer, el asunto  más relevante de las declaraciones de Lily Zúñiga al diario “El Dínamo” es el que dice relación con el clasismo rayano en el racismo que caracteriza a la UDI, y con Jovino Novoa, una especie de ‘cabrón’ político o, mejor aún, de Don Corleone, al interior de esa tienda, cuya acción atraviesa todo el espectro de la Derecha chilena.  

Respecto del clasismo casi racista que abunda en la UDI, basta leer lo que Lily Zúñiga declaró a “El Dínamo”: <<“Yo me enteré por el backstage de por qué me sacaron como candidata.  Fue porque la señora Pepa Hoffmann, consideró que ‘cómo esa negra tatuada iba a ser candidata nuestra’. Y eso se lo dijo al señor José Antonio Kast. Y la reacción de Kast había sido solamente reírse. Casi como que es obvio, que esta cuestión no puede ser”>> cuenta Zúñiga.

“La UDI es un partido súper machista, súper clasista y digamos que también racista. Yo te digo, una de las cosas que le agradezco a la UDI es que me forjó el carácter. Yo soy Zúñiga, mido 1.56, soy morena y soy mujer. O sea, yo con las características que tengo, para el rol que cumplía, no podía ser jefa de prensa. Y me comí sangre, sudor y lágrimas literalmente para ganar un cierto grado de respeto como profesional. Porque allá te tiran la jineta todos los personajes”.

Pero, lo ya mencionado fue sólo el comienzo de las dificultades para la periodista, pues una vez que asistió a declarar en la Fiscalía y contó la absoluta verdad –su verdad- respecto de esas dos boletas ideológicamente falsas solicitadas por Jovino Novoa, el mundo UDI –el de los ‘coroneles, los ’iluminados’, los ’populares’- se le vino encima como aluvión de cerro.

No sólo la abandonaron y la criticaron a sus espaldas, tildándola de ‘traidora’ (Silva, Macaya y el resto de los dirigentes), sino, además, se encargaron de desacreditarla profesional y laboralmente, llegando incluso a lanzarle  insultos, como fue el caso de Javier Macaya quien, al teléfono, no cejó en endilgarle groserías al por mayor cuando ella le informó que ya tenía abogado y que concurriría a declarar a la Fiscalía (donde había sido citada).

A este respecto, cuenta Lily Zúñiga: “Cuando le digo eso, empieza (Macaya) a hacer una catarsis conmigo, de puteadas literalmente. Que qué me creía; que yo no podía hacer eso (rechazar el tardío ofrecimiento de los servicios de un abogado propuesto por Jovino Novoa y por la UDI)”.

Existe un clima de desesperación en la tienda de Jaime Guzmán, del Opus Dei y del ya avinagrado pinochetismo. El gran líder, Jovino -el único que aún no siendo dirigente ni parlamentario cuenta con oficina propia en la sede de la UDI- está en serios problemas, y no sería extraño que esta vez, por fin, la justicia lo alcance y lo sancione.

Ya se había librado del brazo de la dama de la balanza y la venda cuando la propia Concertación decidió no llevarlo a juicio por haber sido –directa o indirectamente- coadyuvante en violaciones a los derechos humanos en años de dictadura, en la época donde ejerció el cargo de Subsecretario General de Gobierno, distinguido con la confianza del propio Pinochet, años en los que también fue asesinado el líder sindical Tucapel Jiménez  por elementos de la CNI  ligados al Departamento de Organizaciones Civiles  que estaba bajo su dependencia, y en ese mismo lapso de su acción como Subsecretario  ocurrió la muerte del ex-presidente Eduardo Frei Montalva, en circunstancias que hoy –luego de profusas y profundas investigaciones- hacen posible sospechar seriamente de la acción de agentes del Estado dictatorial que pudieron haberle asesinado.

Reiteremos que en esos años muchos ‘gorilas’ de la CNI se encontraban adscritos administrativamente a la Subsecretaría que encabezaba Jovino Novoa. Como bien diría el conocido humorista nacional, Bombo Fica, “sospechosa la weá”.

Años más tarde,  cual coletazo de las orgías y partuzas ocurridas en la embajada argentina en Santiago (conocidas gracias al trabajo de investigación realizado por el periodista Francisco Martorell), cuando el jefe de la delegación diplomática de los ’ché’ era el inefable Óscar Espinoza Melo, y a ellas concurría la flor y nata del ‘pinochetismo paisa’ con presencia de apellidos muy conocidos (Luksic, Novoa, Dittborn y otros), los chilenos se enteraron del asunto acaecido en el gimnasio perteneciente a Claudio Spiniak,  y de las depravadas fiestocas que allí –y en otros lugares- se llevaban a efecto, pero utilizando a varones y damas menores de edad, una de las cuales, Gema Bueno, estuvo en el ojo del huracán mediático cuando denunció a Jovino Novoa como participante en esas… fiestas, donde la pederastia hacía nata.

Sin embargo,  el Ku-Klux-Klan UDI volvió a ejercer su poder, y Gema Bueno desmintió oficialmente lo que durante semanas había declarado. Las acusaciones contra Novoa se deshicieron como sal en el agua… Gema Bueno desapareció en algún lugar del norte grande… y misteriosa, mágicamente, de la noche a la mañana, la madre de la Bueno –que vivía su profunda pobreza en Codegua, región de O’Higgins (bastaba revisar en ese entonces su Ficha CAS para certificar lo dicho)- apareció con casa nueva, alhajada completamente, y con recursos suficientes para abandonar, así, de un ‘suácate’, su condición de pobreza.

Más extraña aún resultó la decisión de Claudio Spiniak una vez que cumplió su sentencia judicial y abandonó la cárcel. Decidió adquirir una casa en… Codegua… y allá se fue a vivir. ¿Raro, no? O como bien dice en sus rutinas humorísticas (y aquí me repito) Bombo Fica: ‘sospechosa la weá’.

En fin, como hayan sido todos estos entuertos en los que se encuentra –y se encontró- involucrado el señor Jovino Novoa, lo que queda claro es el accionar de una especie de cofradía que en la UDI –desde los tiempos de Augusto José Ramón y de Jaime Guzmán- viene operando con características de ‘cosa nostra’, ‘omertá’ y mafia abierta en los asuntos políticos.

Ello lo sufrieron incluso algunos aliados de ruta de la UDI, como Manuel Feliú Cruz (en esos años Presidente del Banco Concepción, Presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, y Rector de INACAP) , a quien Novoa y sus lacayos ‘bajaron’ ignominiosamente de una pre candidatura presidencial que RN potenciaba para toda la derecha criolla… ¿lo habían olvidado? Yo no… ya les dije que tengo excelente memoria.

Así entonces, las recientes declaraciones de Lily Zúñiga, periodista, militante de la UDI, ex jefa de prensa de esa tienda, merecen atención y respaldo. El Colegio de Periodistas, supongo, algo tendrá que decir en defensa de uno de sus miembros. 

Hoy, Novoa y el Ku-Klux-Klan de la UDI se encuentran en nuevos, severos y delicados líos. Tal vez, como antes ya lo han hecho, puedan zafarse judicialmente de ellos… pero en las urnas, el año 2016, al efectuarse el proceso electoral municipal, es muy probable que se les agote el oxígeno que otorga la democracia (incluso el de esta seudo democracia, protegida, engrillada, asfixiada). ¿Qué les quedará como alternativa única a racistas, ‘coroneles’, a los cipayos de Novoa y a Jovino mismo? ¿El retiro, o… golpear puertas de los cuarteles?

 

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