El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Diego Portales, Nicolás Fernández Rodríguez (23), estudiante de sicología y vocero de las universidades privadas en la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) afirma que las movilizaciones estudiantiles se mantendrán mientras el gobierno no dé respuestas satisfactorias a sus demandas fundamentales.
El dirigente, militante del Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), dice que el movimiento estudiantil apoya todas las reivindicaciones de los trabajadores y en especial las que sostienen los profesores respecto a la carrera docente.
Fernández afirma que la Izquierda Libertaria (IL), a la que pertenece el FEL, está disponible para avanzar a la constitución de una alternativa político-social amplia, que signifique una opción electoral unitaria de todos los movimientos sociales que hoy se movilizan desafiando al duopolio de la corrupción, representado por la Nueva Mayoría y la Alianza por Chile.
¿Qué está pasando en la Universidad Diego Portales?
“Nos comenzamos a movilizar con motivo del alza de aranceles en las universidades privadas. La UDP los subió en 400 ó 500 mil pesos en algunas carreras. A partir de ahí se incrementó un proceso de politización. Tuvimos importante movilización el año pasado y lo retomamos este año, después del discurso presidencial del 21 de mayo. Nos preocupa que los proyectos del gobierno no tipifiquen el lucro como delito y que a las universidades privadas ni siquiera se les mencione dentro de la reforma, pese a la evidente necesidad que existe de regular su funcionamiento.
Nuestro movimiento tiene también otras demandas, como la exigencia de mayor democratización en los planteles. En la UDP nuestros deseos de democracia interna chocan con la visión autoritaria del rector Carlos Peña”. (Columnista de El Mercurio, N. de PF).
¿Cuáles son las diferencias entre el rector Peña y ustedes?
“Una primera diferencia se refiere a lo que concebimos como lo público. Para nosotros lo público se construye sobre la base del diálogo entre distintos estamentos de la universidad, que necesariamente deben participar en la toma de decisiones. Peña no cree en el diálogo interno como mecanismo para la elaboración de un discurso común.
Los estudiantes pensamos que para que una universidad se entienda como tal, debe haber comunicación entre los distintos actores de la comunidad universitaria. Su funcionamiento cotidiano debe ser resultado de la deliberación constante de profesores, alumnos y funcionarios”.
Tal vez el actual modelo de gobierno universitario ya no sirve.
“Está obsoleto y lo que buscamos con nuestras movilizaciones es su reemplazo. Por eso hablamos de cambio del sistema, no de reformas parciales. No basta con que las universidades públicas sean gratuitas. También debe haber respuestas del Ministerio de Educación para el sector privado universitario, considerando que la educación, por definición, debe ser pública y no puede haber universidades movidas por intereses exclusivamente lucrativos.
La nueva institucionalidad universitaria debe erradicar el lucro de toda la educación superior, basarse en una real democratización e insertarse dentro de un plan de desarrollo nacional. Ello permitirá que exista una correlación entre las matrículas ofrecidas y las necesidades reales de profesionales en el país. La gestión del conocimiento universitario debe ir de la mano con las prioridades de desarrollo del país, a través de un plan dentro del cual las comunidades humanas locales siempre tendrán algo que decir para dar buen uso al conocimiento generado por las universidades”.
MOVILIZACIONES EN CRECIMIENTO
¿Cómo ven ustedes la movilización de los trabajadores de la educación?
“No luchamos solo por la gratuidad universitaria. Lo hacemos también por la conquista de derechos sociales en todos los campos y en esa línea actuamos conjuntamente con los sindicatos y pobladores, incluyendo a los docentes y otros trabajadores de la educación. Vemos nuestra lucha como una articulación de demandas sociales que pasa, en primer lugar, por una sólida unión con los docentes movilizados.
Entendemos que un sistema nacional de educación pública no es solo la educación superior. Todo nos importa, desde la educación de párvulos hasta la universitaria; porque debe existir un correlato entre los conocimientos que entregan el jardín infantil, la educación básica, los liceos y la enseñanza superior”.
Hay marchas, tomas y colegios paralizados. ¿No cree que esta situación podría llevar a un cansancio de la población con este movimiento?
“Los movimientos sociales son oscilantes, tienen sus ritmos y sus tiempos. Hoy está en marcha una reforma educacional que es fundamental para terminar con un sistema de enseñanza que venimos poniendo en tela de juicio desde 2011. Dudo que estas movilizaciones vayan a decaer. Por el contrario, lo que se ha demostrado es que cada día hay más motivos para movilizarse y más gente en la calle. Tomas y paros son desgastantes pero efectivos. Estamos movilizando en las marchas cerca de 200 mil personas.
Somos los estudiantes de la educación privada los que en este periodo nos movilizamos masivamente con mayor presencia en las calles. Es un hito que la Universidad Diego Portales se haya paralizado y que eso ocurra también con otras, como la Andrés Bello, la Finis Terrae, la Alberto Hurtado o la Academia de Humanismo Cristiano. Este año es de movilización y seremos incansables en las acciones para lograr nuestros objetivos.
También hay dos estudiantes de la UTEM en prisión preventiva y estamos pidiendo su liberad. Son casos de montaje y criminalización contra el movimiento estudiantil, que provienen de los medios de comunicación afines al sistema y de la infiltración policial. Ya hemos aprendido eso, y la sociedad también comienza a entender que se trata de montajes. Por eso la familia chilena se identifica con nuestra lucha.
Los poderosos usan los medios de comunicación para acallar las demandas transformadoras de los movimientos sociales. La clase social privilegiada, que ejerce el poder a través del bipartidismo Concertación-Alianza, entiende que está creciendo una fuerza social capaz hacer transformaciones y que su piso se tambalea”.
¿Qué responsabilidad tiene el gobierno en la prolongación del conflicto?
“La principal responsabilidad radica en la sordera del Ministerio de Educación, que no ha querido escuchar a los movimientos sociales. Ni uno solo de los puntos que se venían conversando desde hace meses fueron incorporados en el proyecto de carrera docente, que es rechazado en más de 96% por los profesores.
El destape de muchos casos de corrupción demuestra por qué el gobierno no tiene real voluntad de avanzar en los temas que interesan a los movimientos sociales: sus principales dirigentes tienen intereses personales que los involucran con los grandes empresarios, que financian la política para controlar a parlamentarios y personeros de gobierno.
La oposición por su parte está llena de boletas ‘ideológicamente falsas’ entregadas a los grandes consorcios, lo que inhibe su capacidad propositiva, sin considerar que se trata de una oposición de derecha reaccionaria cada vez más oportunista”.
LA CRISIS POLITICA
¿Cómo ven la crisis política de la elite?
“La elite política se encuentra descompuesta por la corrupción y ante esta realidad, la única alternativa de cambio debiera surgir de los movimientos sociales movilizados.
Estamos construyendo desde la base una propuesta para impulsar reformas para el pueblo en su conjunto, y estamos levantando esa Izquierda alternativa que viene a proponer cambios reales. Frente a los partidos políticos tradicionales, comenzamos a construir proyectos que vienen de abajo, surgidos de los movimientos sociales, con opciones innovadoras para el bienestar del pueblo y que sólo pueden materializarse en una nueva democracia que recomponga el tejido social dañado desde la dictadura.
Los partidos tradicionales no se interesan en que los trabajadores, pobladores o estudiantes sean realmente protagonistas. Ellos prefieren hablar con grandes empresarios o mantener el debate encerrado en sus propias coaliciones, sin considerar la opinión del pueblo en la búsqueda de soluciones a los problemas de Chile.
Los estudiantes, por el contrario, hemos acompañado las movilizaciones de los trabajadores forestales, la Unión Portuaria, el cobre y la construcción, que son ramas estratégicas de la producción. La presencia activa de estos trabajadores en las luchas es fundamental para llevar a buen puerto las transformaciones que buscamos”.
¿Cuáles serían los fundamentos de un proyecto alternativo?
“Nuestro camino se orienta a recomponer el protagonismo social para generar las transformaciones que el país necesita. Lo primero es demostrar en la calle y las urnas que somos alternativa. Una fuerza organizada que suma estudiantes, pobladores y sindicatos, que son los principales espacios en que se viven las contradicciones de este modelo. Queremos refundar una institucionalidad en que las decisiones sean tomadas por todos los chilenos y chilenas. Existe en la Izquierda alternativa el consenso básico de construir una democracia más horizontal y más directa”.
¿Cree que perduren algunas de las expresiones políticas de reciente aparición?
“Para conseguir resultados, la participación política de los movimiento sociales debe ser transformadora y de carácter continental, latinoamericano, con un fuerte arraigo en la identidad del mundo popular. Tenemos que ser sensatos para planear nuestras propuestas a un país que está empantanado en el neoliberalismo y con una casta gobernante completamente desarraigada del verdadero Chile.
Más allá de la forma orgánica que adopte esta nueva fuerza política, debe ser una alternativa de transformación que además de demandar derechos, sea capaz de proponer una alternativa real a lo existente”.
PARTICIPAR EN ELECCIONES
¿Izquierda Libertaria han pensado participar en las próximas elecciones?
“Claro que sí. Hay cerrojos institucionales heredados de la dictadura que tenemos que romper, para avanzar en mejoras que beneficien al campo popular. Deben enfocarse los componentes electorales dentro de una estrategia para lograr mejoras.
Somos aterrizados en nuestros objetivos políticos. Todavía sigue pendiente la decisión de inscribir o no un partido, porque creemos que los partidos son más importantes por la vía de hecho que por su existencia legal”.
La dispersión de la Izquierda también conspira contra la aparición de una alternativa…
“La existencia de distintas expresiones y diversas opiniones en la Izquierda es algo positivo. El verdadero problema no está en la diversidad de propuestas, sino en la falta de diálogo entre nosotros. Queremos construir un movimiento político y social amplio, que pueda aunar la mayor cantidad de opiniones para tener una alternativa sólida. Destacamos especialmente la capacidad de reflexión que existe en esta Izquierda alternativa, que estoy seguro entregará en el futuro buenos frutos. La revolución no se hace con consignas, sino con claridad política y buenas propuestas”.
¿Qué representa esta opción libertaria?
“Tenemos una relectura de los planteamientos ideológicos de la Izquierda histórica. Somos socialistas, pero el nuestro debe ser un socialismo latinoamericano. Ciertas ideas del marxismo y del anarquismo están desactualizadas o descontextualizadas. Hay que hacer una relectura. Pero en lo fundamental, hay muchas más similitudes que contraposiciones. De ambas corrientes extraemos las mejores ideas y experiencias, para lograr que terminen siendo parte de una nueva matriz de lo que llamamos comunismo libertario. Nuestro socialismo no debe ser calco ni copia de otras experiencias. Debe tener sus raíces bien ancladas en la realidad chilena”.
NUEVA CONSTITUCION
¿Qué relación creen que debe existir entre sociedad y Estado?
“Hoy el Estado está mucho más cerca de las relaciones sociales e inmerso en nuestras vidas. Hay que hacer una relectura de lo que significa para abrir los cerrojos institucionales que impiden que el Estado sea sentido como propio por todos, y responda a las necesidades del conjunto de la sociedad.
El Estado neoliberal va de la mano de una Constitución hecha en dictadura. Debemos sustituirla por otra que responda a las necesidades de los ciudadanos y que sea funcional a las transformaciones que el país necesita”.
¿Cuál es el mejor camino para que Chile tenga una nueva Constitución Política?
“Antes de definir un camino, hay que entender que esta ruta será más larga que lo que algunos plantean. Si la nueva Constitución se hiciera en el corto plazo, la van a confeccionar los mismos políticos corruptos que hoy nos están gobernando; aunque entreguen algunos espacios de poder. Tenemos que concentrarnos en la creación y el fortalecimiento de actores y movimientos sociales con fuerza propia, antes de hablar de una Asamblea Constituyente”.
RUBEN ANDINO MALDONADO
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 832, 10 de julio, 2015