Cerca de 400 civiles fueron masacrados hoy por miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en la antigua ciudad siria de Palmira, a unos 223 kilómetros al noreste de Damasco.
Aunque los datos no son exactos y las fuentes extraoficiales, debido al férreo control impuesto por los extremistas armados que ocuparon la histórica ciudad desde el pasado 20 de mayo, la mayoría de los ejecutados son mujeres y niños, cuyos cuerpos fueron mutilados.
En videos distribuidos a través de las redes sociales, portavoces de las bandas terroristas advirtieron que las ejecuciones se realizarían contra las personas que se mantuvieron leales al gobierno de Bashar al-Assad, donde muchos de ellos trabajaban como empleados estatales.
Uno de los asesinatos más cruentos, agregan las fuentes, fue el de la jefa del departamento de Enfermería en el Hospital Nacional de Palmira, quien fue masacrada junto con todos los miembros de su familia, acusada de trabajar a favor de un organismo dependiente del Estado, destaca la agencia SANA.
Trascendió además que los armados antigubernamentales impiden la salida de la ciudad a miles de civiles, iniciaron un proceso de confiscación de bienes y ya están aplicando su filosofía fundamentalista.
Más de dos tercios de la población -unas 150 mil personas- de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1980, permanecen encerradas bajo el control del EI, a pesar de los llamados gubernamentales a evacuar ante una inminente ocupación por las bandas terroristas.
Esta es la segunda masacre que comete el EI en la zona de Palmira en lo que va de mes, después que asesinaron a más de 30 personas, principalmente mujeres y niños, en el poblado de al-Amiriya.
Por su parte, el Primer Ministro sirio, Wael al-Halaqi, denunció enérgicamente la masacre y responsabilizó a Arabia Saudita, Qatar y Turquía, por patrocinar a las bandas armadas del EI, junto a otros países occidentes y Estados Unidos.
Al-Halaqi exigió a la comunidad internacional y a las organizaciones humanitarias que ejerzan presión sobre estos gobiernos y renovó su confianza en la capacidad del ejército, las fuerzas de seguridad interna, y de todo el pueblo sirio, para sacudirse de encima la agresión terrorista.