Diciembre 10, 2024

Consideraciones políticas en torno al 70 aniversario de la derrota del fascismo

 

Se ha celebrado el 70 aniversario de la derrota del fascismo alemán-italiano expresada en la rendición incondicional del Mariscal Von Keitel de todas las tropas alemanas. Días antes de ese histórico 8 de Mayo de 1945 el Ejército Rojo, al costo de un río de sangre,  había tomado Berlín y Adolfo Hitler se había suicidado.

 

 

Poco tiempo después se desató por los norteamericanos la guerra fría y la real historia de lo acontecido se vio deformada por las necesidades de la propaganda.

 

Los soviéticos fueron determinantes en la victoria sobre el fascismo. El heroísmo de su pueblo, la  habilidad de la conducción político militar, la potencia de su industria, la calidad de su armamento fue sistemáticamente, sino negada, por lo menos devaluada hasta hacerla perder significación.  

 

Se nos presentó el desembarco en Normandía como el día decisivo de la Segunda Guerra. Sin negar su importancia, a estas alturas es claro que sin las derrotas alemanas en las puertas de Moscú, en la colosal batalla de Stalingrado y en la más grande batalla, por número de tropas y material empleado, que fue la batalla por el arco de Kurks, los aliados habrían enfrentado en Francia una cantidad de tropas y material de primera clase que hacía imprevisible el resultado. Todos ya sabemos que en el frente occidental combatía el ejército B de Alemania. En las playas de Normandía los aliados tuvieron alrededor de 10 mil bajas, en Stalingrado los alemanes registraron bajas por cerca de 600 mil hombres (sin contar sus aliados, húngaros, rumanos e italianos) y los soviéticos por alrededor de 800 mil.

 

Los soviéticos pagaron con 25 millones de sus ciudadanos muertes y con miles de pueblos y ciudades arrasados el costo de la victoria. Ni una sola bomba cayó sobre territorio norteamericano.

 

¿Qué habría pasado si los alemanes, sin ese hoyo negro que consumía hombres y recursos en dimensiones colosales, hubiera tenido la tranquilidad y el tiempo suficiente para desarrollar sus aviones a reacción, submarinos de nuevo tipo y especialmente la bomba atómica que estuvieron a punto?

 

El bombardeo aliado estratégico sobre la industria alemana fracasó, por ello devino en terrorismo puro y duro arrasando ciudades. Si la Luftwafe no se hubiera consumido en el frente oriental otros desenlaces eran posibles.

 

Pero la verdad histórica también fue afectada en la inseparable dimensión política del conflicto. El partido nazi creció con las simpatías de las burguesías norteamericana ( el multimillonario Ford les brindó todo tipo de apoyos) y europeas especialmente cuando se trató de aplastar los sindicatos y de aniquilar físicamente comunistas y socialistas. No le importó la democracia alemana al resto de a las democracias.

 

El fascismo debutó en su brutal violencia en España, esa democracia fue abandonada  a los fascistas españoles. La única solidaridad real vino de la URSS y de los pueblos expresada en las Brigadas Internacionales.  Luego se admitió a Franco en el concierto internacional, un fascista de tomo y lomo, que no entró a la Segunda Guerra porque Hitler consideró que pedía mucho en el reparto del botín internacional por la participación de un ejército de segunda categoría, no por falta de voluntad propia.

 

Se tocan las campanas del escándalo a rebato por el pacto de no agresión firmado en Agosto de 1939, pero hay cosas relevantes que no se dicen.

 

Luego de varias anexiones europeas bajo intimidación armada, los nazis exigieron los sudetes, zona de Checoslovaquia habitada por un significativo número de personas de origen alemán. En Septiembre de 1938 reunidos en la ciudad alemana de Munich el premier Inglés Arthur Chamberalin, el francés Eduard Daladier y los dictadores Hitler y Mussolini acordaron ceder esos territorios a los alemanes. La delegación soviética espero inútilmente que se le permitiera participar en la esperanza de incorporar clausulas que garantizaran la paz global.

 

En Marzo de 1939 los alemanes ocuparon militarmente toda Checoslovaquia, su ejército fue desarmado y el premier checo se suicidó. Las democracias occidentales guardaron absoluto silencio. Su política apenas se disimulaba, instalados los nazis en Europa su mirada, cosa tantas veces anunciadas, se fijaría en el espacio vital que era la Unión Soviética. Era cosa de leer Mein Kampf.

 

Polonia tenía un gobierno de extrema derecha con simpatías por los nazis alemanes. Días antes de la invasión alemana Himmler, el jefe de la represión alemana, despide en la estación de trenes a su símil polaco; la coordinación para reprimir a la izquierda y los sindicatos se desplegaba en plenitud. Es por eso que ante la inminencia del ataque los polacos les piden a sus amigos alemanes que “abran su corazón y digan que quieren”; para ellos se trata de una guerra fratricida. Aún en plena guerra el gobierno polaco en el exilio londinense continuó en tratativas con los alemanes. Los ingleses les pusieron fin de un machetazo, en todo caso.

 

En este contexto se produce el pacto germano-soviético en Agosto de 1939. Es una política destinada a evitar que la naciente URSS se viera arrastrada a una guerra mundial. ¿Se puede condenar por eso a un gobierno?. No con pocos elementos los soviéticos previeron un escenario terrible, luchando solo contra los alemanes en un frente y en otro contra Japón. Era perfectamente posible.

 

En Francia, luego de su derrota, muchos franceses convivieron o colaboraron con entusiasmo con los nazis. Luego esto quedaría bajo la alfombra heroica de la resistencia, pero existió y con mucha significación. ¿Qué precio pagó Franco por los 60 mil agresores de la División Azul que envió a la URSS al mando de oficiales de su ejército regular como fue su jefe Agustín Muñoz Grandes? Eso quedó en la más brutal impunidad, al igual que la participación de los contingentes belgas, franceses y noruegos, húngaros, rumanos e italianos  encuadrados en las SS. Me refiero a responsabilidades históricas, institucionales. Cuando Franco murió asistieron a su funeral el premier francés e inglés.

 

De los 25 millones de soviéticos muertos  alrededor de 18 millones fueron población civil. Un tercio de los rusos quedaron sin hogar en medio del infernal invierno ruso. Más de un tercio de su industria destruida, ciudades hermosas y modernas como Stalingrado quedaron sin un sólo lugar habitable. En Leningrado murieron de hambre un millón de ciudadanos por el bloqueo y los bombardeos, determinados precisamente con propósitos de exterminio por el mando alemán.

 

Hoy hacen películas sobre abusos de los “brutales” rusos en Berlín. Sin negar los excesos propios de una ocupación militar, el trato de los soviéticos fue más que humanitario considerando lo que habían sufrido en una guerra que no habían provocado y que se desató a traición y con un tratado de paz expresamente firmado.

 

Luego de la guerra es cosa sabida la protección que recibieron los nazis fugitivos de los norteamericanos.  El mariscal de tanques nazi Erich Von Manstein terminó como jefe de tanques de la OTAN.

 

Pasó algún tiempo para que Goering dejara de tomarse fotos y cervezas con los oficiales norteamericanos.

 

Si existió el juicio de Nuremberg fue por la presencia victoriosa del ejército Rojo, sino no habrían sancionado a nadie.

 

Ese juicio es el fundamento primero de toda la jurisdicción internacional de Derechos Humanos de la actualidad.


 

ROBERTO AVILA TOLEDO

 

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