Diciembre 6, 2024

La Haya, se hace camino al andar

 

En resumen, en síntesis, el joven Chile, con fama de pasado para la punta, matoncito y arrogante, le pidió pololeo a la ultrajada cándida Bolivia, le prometió una linda casita con vista al mar, a modo de reparación por la pérdida ocasionada. Todo esto sucedía durante un largo tiempo, que duró cerca de un siglo.

 

 

En sus descargos, ayer no más, en que llamaron al joven Chile a terreno, aseguró que jamás le ofreció matrimonio ni casita alguna, que estaba güeviando no más. Negó todo a pesar que entre otras promesas, en el acuerdo de Charaña, suscrito entre los tiranos Banzer y Pinochet, se escribió unos borradores que dicen claramente que se cambia mar soberano por territorio, constituyendo la prueba infamante de su descaro.

 

Bolivia recurrió a un tribunal, ella no pide matrimonio ni dote, ella quiere seguir pololeando pero con testigos, no está dispuesta a seguir engañada por 100 años más.

 

Hoy la joven Bolivia celebraba lo ocurrido en la plaza de su pueblo, y el jovencito que tenía hasta los anteojos doblados de pura rabia, repetía como un mantra,que todo se remitía al acuerdo de 1904. Aseguraba además, que la chica era una histérica. Con voz grave, aseguró que sus argumentos eran “irredargüibles”, no aceptó preguntas, y seguido de su séquito de “unidad nacional” que por supuesto incluía  un tótem llamado Tarud, abandonó el lugar de los hechos.

 

Un misterio se cierne sobre 2 preguntas de ultratumba que quedaron resonando en el aire, una la del juez inglés y la otra del japonés.El primero,Crhistopher Greengood, que ya conoce el dinero de Chile, puesto que fue pagado por su asesoría externa en el anterior litigio en la misma Corte contra el resentido Perú, le pide a Bolivia que precise la fecha en que Chile le ha ofrecido “salida soberana al mar”, el segundo, Hisashi Owada dice que dado que el término “mar soberano” no es un término que se conozca en el derecho consuetudinario internacional, le pide a las partes que precisen lo que entienden por ello , la respuesta debe llegar por escrito antes del día 13, a las 13 horas del presente mes.

 

La pregunta del millón: ¿para qué precisar un término que es irrelevante para la Corte?

 

Se sabe que esas preguntas lanzadas por los jueces, son como en el caso anterior, contra Perú en La Haya, preguntas que guían toda la discusión posterior del tribunal y son determinantes a la hora de configurar el fallo.

 

Tendremos que esperar unos meses para saber la suerte de los contendientes. veremos un nuevo escenario, en que una vez más, estará en juego el futuro de la región, otra vez la oportunidad del reencuentro o la separación, la reparación o el resentimiento eterno, la arrogancia o el realismo.

 

Este es el dilema, la vocación del tribunal de sentar un precedente casi imposible para que prospere un diálogo reparatorio bajo su tutela, o retroceder al miedo impuesto de desatar los demonios encerrados en todos los acuerdos pactados entre vencedores y vencidos.

 

René Dintrans A.

 

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