Cuando se genera un diferendo a sabiendas que éste no tiene solución, lo que se busca no es la solución sino los réditos políticos que la prolongación de la situación en sí misma pueda proporcionar.
En el boxeo esto se conoce como un “Tongo”, el resultado se sabe de antemano y la prolongación de la indefinición con una pelea de revancha a la vista beneficiara a todos.
Al autoritario Morales y a la corrupta casta política chilena les viene como anillo al dedo este diferendo; todos saben que no hay solución legal ni política, pero a todos les conviene que la situación se prolongue.
El presidente Evo Morales busca eternizarse en el poder; ha dado muestras concretas de esta pretensión. Sin embargo su situación política ha entrado en dificultades. Por sobre las celebraciones de las últimas elecciones de marzo lo concreto fue que el candidato impuesto por Morales para El Alto, el militante MAS Edgar Patana, perdió estruendosamente en lo que había sido el reducto fuerte del movimiento de Morales. Este lo impuso contra viento y marea y en contra de la voluntad de las organizaciones sociales, cuya autonomía el MAS pasea como estandarte. Morales es autoritario, aún tengo en la retina la agresión física que emprendió en un partido de fútbol contra otro jugador, a sabiendas que los golpes no podían ser devueltos a un presidente de la república, menos en Bolivia.
Los esfuerzos de Morales apuntan ahora a sectores geográficos, sociales y políticos que le eran distantes. A estos se privilegia pensando que zonas como El Alto son cosa adquirida. Morales quiere ser ahora un estadista, suena conocido, esta mutación los chilenos la conocemos. Ha puesto como primera generala de su ejército a Gina Reque Terán, hija del militar boliviano que acribilló al Che Guevara desarmado en su lecho de prisionero y herido de guerra. Gina dice que apoya el proceso, era que no.
Bolivia sabe que Chile jamás aceptará ceder territorio, que se ampara en un tratado suscrito legalmente, no hay solución legal ni política posible. La única solución es el conflicto armado. Evo Morales conoce el resultado y es inteligente. No es una hipótesis. Lo real es que el conflicto no tiene solución hasta que Bolivia consiga la paridad estratégica en lo económico y militar. Ahí habrá un desenlace, a las buenas o a las malas, justo o injusto. Sin este presupuesto, todo lo que se diga o haga son cachetadas del payaso para distraer a nuestros pueblos y satisfacer apetitos personales.
A la casta política chilena, el diferendo le viene aún mejor. A estos les sale un escándalo de corrupción tras otro, a ellos mismos, a sus secretarias, a sus mujeres, a sus hijos. Violaban las leyes electorales y defraudaban al fisco con la velocidad y precisión de una máquina de coser. Todos son empleados de los grandes grupos empresariales que estrujan a los chilenos, desde las AFPs, Isapres, Transantiago, servicios básicos, telefónicas, seguros, créditos de consumo etc.