Diciembre 2, 2024

Carta para Yoani Sánchez

Señora

Yoani Sánchez

En alguna parte de Chile

Presente

 

 

Aprovecho su visita en Chile para recordarle que usted es “una bloguera que vive su vida tranquila, que en Cuba nadie conoce y nadie hostiga, que no es amenazada, encarcelada, silenciada, que no tiene problemas para entrar y salir de su país”.

 

 

Como sabrá, esto que acabo de afirmar no es de mi creación sino una afirmación nada menos que de su traductor italiano, Gordiano Lupi, que de comunista o pro cubano no tiene nada, y que, hastiado de trabajar para usted debió darse “cuenta de que he tratado con una persona que le da la máxima prioridad a intereses para nada idealistas”.

 

Es que es usted una persona que ha hecho de la mentira una manera de dar su opinión política. A usted no le gusta el régimen cubano, detesta a sus líderes, la economía de la isla sus sinsabores y carencias.

 

Y está usted en su legítimo derecho. Como también es legítimo que usted gane su dinero mediante el uso de esa definición suya, de su interés porque en la isla haya un cambio tan drástico que ni queden vestigios del socialismo que han intentado los dirigentes de la revolución.

 

Incluso, es legítimo que en sus travesías por el mundo elija reunirse con sujetos de la calaña de los que se reúne en Chile. Todos o casi todos acusados de escandalosas conductas que traen al país en una crisis de corrupción de incalculables alcances. Lo peor de Chile, Yoani

 

La ultra derecha nacional y usted tienen intereses comunes: el capitalismo, el anticomunismo, que en Chile costó más de tres mil víctimas, y, por sobre todo, un amor sublime por el dinero.

 

Usted es una persona joven y que goza de una prebenda que no tienen, como usted dice, los once millones de cubanos presos en la isla. Entonces, o usted es una agente del servicio secreto cubano o en la isla se pueda entrar a salir a discreción tal como usted lo hace.

 

Porque, ¿en qué quedamos?¿Son o no prisioneros los cubanos si usted, que es una más de ellos, se pasea por el mundo y vuelve a la isla y, cosa curiosa, no le pasa nada?

 

Si usted hubiera nacido en Chile y con el mismo ímpetu libertario que trasciende de sus declaraciones y textos, y de haber sido, digamos por ejemplo, una mujer mapuche, usted Yoani, estaría presa, habría sido objeto de malos tratos, golpizas y torturas; habría sido su casa allanada y baleada, y con certeza, habría sido objeto de montajes policiales y judiciales y purgado largos años en prisión en su afán libertario. El mismo que hace efectivo en Cuba, habría que agregar, sin que le pase nada.

 

Usted por donde pasa deja la impresión que lo suyo es el dinero. El simple y atractivo dinero. Que sus cruzadas por el mundo libre no buscan sino aparecer como la más absoluta y decidida enemiga del comunismo para después pasar el platillo para su causa que, cosa curiosa, no trae a nadie detrás.

 

Yoani, quizás debería saber que desde Chile a Cuba viajan decenas de miles de personas al año, a quienes puede o no gustarle la revolución. Pero ninguno en su sano juicio podría volver diciendo lo que usted dice respecto de once millones de cubanos presos.

 

Se ven dificultades, escaseces, problemas, burocracia, pobreza y una sensación de que faltan muchas cosas, algunas que para nosotros son de uso tan corriente que no nos damos cuenta siquiera de su existencia, salvo cuando las pensamos.

 

Lo raro es que usted es una de las privilegiadas que no sufre nada de eso. Lo suyo, su vida, sus gastos, necesidades, viajes y negocios, al parecer son mucho más fluidos que el resto de sus compatriotas.

 

No, Yoani, su anticomunismo pierde legitimidad como idea, al momento de haberlo transformado en otro bisne más de la cubanía más profunda.

 

Pero debería tomarse las cosas con calma. No vaya ser que en una de esas la revolución cae, y le sigue un capitalismo como el mejor de los que haya siquiera soñado.

 

¿De qué va a vivir entonces, Yoani, si se le acaba el negocio de despotricar contra los Castro, los CDR, el arroz con gorgojos, los muros descascarados, los agentes de la seguridad, el comunismo inhumano?

 

Con certeza, junto con la estruendosa caída de la revolución, se le caería también su fuente de ingresos.

 

Y con la misma certeza le advierto que aquellos que ahora la reciben, adulan, financian premian y motivan, la van a dejar sola, con un curriculum vitae en sus manos buscando trabajo en cualquier cosa, porque ya no les será útil.

 

Entonces va a tener que echar mano a sus sólidos ahorros que el comunismo. Oh! paradoja, tuvo por ventura asegurarle para su vejez y la de los suyos.

 

 

 

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