Una de las obras más populares de este fin de semana fue “La libertad del silencio”, un encuentro culinario entre Horacio Durán y José Seves, dos miembros de Inti Illimani Histórico, que en torno a una gran mesa cocinan y recuerdan su tiempo en el exilio.
Estrenada en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, resulta ser un pieza llena de candor y emociones, donde la realidad se recrea al ritmo del charango y la guitarra.
Conversamos con Marcia Césped, su dramaturga y directora, para indagar un poco más sobre este montaje, el que volverá a la cartelera durante el segundo semestre.
1.- Cómo sucedió este encuentro: Horacio Durán, miembro del Inti histórico, conoce a Marcia Césped Laplechade -la dama del teatro gastronómico chileno- y le cuenta de su antiguo proyecto de mezclar teatro y cocina….
Una larga amistad une a Horacio Durán y Pablo López (co dramaturgo y músico de la obra), por o que coincidimos en varios encuentros. Horacio hace tiempo que quería hacer una obra de teatro donde se cocinara y él pudiera desplegar sus atributos gastronómicos, algo que más bien fuera un pretexto para hablar de su pasión por la comida y lo que piensa al respecto. Yo trabajo con mi compañía La Dama Teatro hace 5 años en temas que abordan el rubro y la identidad de nuestra cultura gastronómica, que por lo demás me apasiona e interesa mucho. En la mesa de un lugar después de un concierto coincidimos y ahí comenzó este viaje.
2.- Nace así “La Libertad del Silencio”, un texto escrito a partir de la grabación de las conversaciones de los dos amigos. ¿Cuál fue el mayor desafío a la hora de crear este montaje?
El mayor desafío fue tratar de mantener la sensación de extender la mesa al público, para que entrara en una convención de intimidad que nos permitiera hablar de cosas muy cotidianas de ellos como músicos, desde su humor hasta lo que piensan de Chile actual y el exilio.
Además evitamos tratar el tema político de manera muy trágica o impuesta, más bien me interesaba todo lo contrario: que se mostrará más la esencia de ellos como creadores y junto con eso su espíritu político, pero sin panfletos.
También no pretender hacer una apuesta muy ambiciosa, sobre todo porque ellos no son actores. Pero resulta que tienen un desplante escénico tan grande, que eso fue una gran ayuda a la hora de dirigir la totalidad, logrando obtener un viaje donde ellos viven y se emocionan de principio a fin.
3.- En la obra la comida aparece como el principal nexo cultural con Chile en el exilio. Cocinar estas memorias, ¿tiene un sabor amargo?
Más que amargo, es más bien catártico y esto ha sido positivo para todos. Enfrentarse a estas historias ha hecho que todos los del equipo tengamos un respeto muy cuidadoso frente al tratamiento de estos temas, por eso que lo amargo se traduce en una cena amistosa, dónde ambos se confiesan y deciden juntos abrir la maleta. “Cambiar el aspecto de algo feo” -tesis de Horacio frente a la comida- y que claramente hemos tratado de proyectar intentado llevar a escena el cierre de “parte” de esa herida. Ellos están haciendo con este trabajo ese proceso.
4.- Pastas con chancho en piedra, ¿hay algún significado especial en ese menú híbrido de dos tradiciones?
Es la unión de dos culturas distintas, algo que muchos exiliados renegaron por mucho tiempo. El choque con el idioma fue lo más claro, al llegar a Chile era difícil no hablar la lengua que habían aprendido y manejado por más de 15 años… fue un tema potente al momento de decidir cómo y de qué hablar…
La verdad que esa mezcla nació en un ensayo en el cuál Horacio no tenía lista la salsa y se le ocurrió integrarle el chancho en piedra a la pasta, pero después todos vimos que tenía un sentido tremendo, sobre todo si el montaje trata sobre las diferentes miradas que tuvieron ellos al vivir el exilio. Ahí en ese momento se hace comunión y se entiende la mezcla, aceptando con eso lo que pasó desde el compañerismo que aún predomina, siempre desde la invitación que provoca esta gran mesa.
5.- Dos personajes auténticos pero contrastantes: uno elocuente y el otro silencioso ¿Por qué eligen la libertad en el silencio?
Al momento de preguntarles ¿Qué era la Libertad para ellos? José Séves contesto con una historia en la cual una persona en Vietnam le comentó que la verdadera libertad del ser humano, está entre los oídos, o sea en tú cabeza: el silencio mental. Ahí nace La Libertad del Silencio. Nombre que refleja la necesidad de ambos músicos de confesar sus experiencias para conseguir callar aquello que no deja seguir caminar tranquilo.
6.- ¿Qué diferencias hay para tí al escuchar ahora Inti illimani?
Ha sido encontrarme con una historia y una conciencia que no dimensionaba, me ha hecho reflexionar largo tiempo frente a lo que hago y porqué lo hago. El teatro para mi debe ser un ser empático y cercano al público, no lo concibo de otra forma, y la música de Inti Illimani Histórico es lo más real y humano que hay… lloro, disfruto, canto, y vuelo con cada disco y sobre todo después de este trabajo. Cada palabra de alguna canción es completamente diferente ahora.