Diciembre 13, 2024

De lo inmoral y lo ilegal en la casta política

Cada uno de los argumentos que entrega la casta política en sus distintas expresiones demuestran su culpabilidad, por las falacias y manipulaciones que contienen. Creo que es necesario aclarar y precisar los delitos de la UDI y las inmoralidades de la Nueva Mayoría.

La presidenta de la república ha dicho ayer que “una persona que haya trabajado, elaborado productos y boleteado no es delito”. Esta afirmación tiene un tercio de verdad manipuladora, y dos tercios de engaño manifiesto.

En efecto, dicho lo señalado,  en abstracto es algo perfectamente licito, no es algo ilegal. Este es el único tercio de verdad, pero de una verdad para poder manipular a continuación.

Primer tercio de falsedad. De lo que se acusa a su entorno político, ministro incluido, no es de trabajar, cobrar y pagar sus impuestos. No es eso Sra. Presidenta, no insulte nuestra inteligencia.

Segundo tercio de falsedad, no se está acusando por la opinión pública de delito a sus colaboradores, Ministro del Interior incluido, de haber cometido un delito se le está acusando, por ahora, más adelante ya veremos, de tener conductas políticamente inmorales. Inmorales significa que no son ilegales pero que atentan contra las buenas costumbres (moris) una de ellas es decir la verdad.

Su gobierno, Sra Presidenta, se instaló sobre la base del concepto de Igualdad, “emparejar” la ancha le llaman ustedes que nos creen a los ciudadanos tontos e ignorantes, la sra “juanita”. Esa Igualdad tiene un gran enemigo que es el actuar abusivo de los grupos económicos. Ahora resulta que sus colaboradores, Ministro del Interior incluido, vivían de lo que les pagaba Giorgio Martellí y este a su vez recibía los dineros de un grupo económico de propiedad del yerno de Pinochet, que se hizo de él por el robo de las empresas del estado que permitió su suegro. 

La Nueva Mayoría no podía llevar adelante la Igualdad pues los grupos económicos, incluso los más repugnantes como Soquimich, los tenían bailando como un “salta pepito salta” a cambio de remuneraciones, que ahora no pueden negar.

La acusación es de mentir, engañar, defraudar políticamente, no de un delito y se pretende engañar nuevamente cuando se contesta una acusación que no se ha formulado.

La derecha trata de empatar las cosas, pero su situación es más grave. Ellos infringían la ley electoral, pero a la luz de su moral esto debe ser cosa menor, no olvidemos su apoyo a la dictadura. Si para ellos fue válido matar a sus adversarios políticos, aplastarlos electoralmente con dinero mal habido, es casi un detalle.

Pero muestran la hilacha, incluso a la luz de su moral mínima, casi inexistente. Jovino Novoa ha dicho que no se sancionará a nadie que haya contribuido a la creación de la UDI; la inmoralidad y el mesianismo se dan aquí la mano. La creación de la UDI exime de toda atadura moral.

La moral de la UDI ha dejado de existir, todo el que no sea condenado en juicio penal será respaldado por la organización. Es decir, el estándar ético para ser militante o dirigente UDI es no ser delincuente condenado.

Boletas ideológicamente falsas, defraudar a los accionistas minoritarios y defraudar al fisco; de eso está acusada la UDI. Todos son delitos. Su miedo es grande, pero no a la ciudadanía, a la que creen poder engañar a partir de su control total de los medios de comunicación televisivos. Le temen al ministerio Público. Por ello quieren un acuerdo político, que ya lo obtuvieron. Todos juntos y revolcados en el mismo lodo como en el tango “Cambalache.

Como se ve, algunos han cometidos ilícitos, otros inmoralidades, pero en la barricada de la impunidad combaten codo a codo.

ROBERTO AVILA TOLEDO

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