Diciembre 11, 2024

Prófugos los agentes de la DINA Ricardo Lawrence y Daniel Cancino

El ex oficial de Carabineros Ricardo Lawrence fue uno de los jefes operativos de la DINA y como tal participó en los secuestros y desapariciones forzadas de numerosas personas. Pero a mediados de enero, el juez Leopoldo Llanos dictó sentencia contra el retirado teniente coronel de siete años de prisión por las torturas que aplicó a una treintena de ex presos políticos sobrevivientes de Villa Grimaldi. Sin embargo, el represor no ha sido notificado pues no ha sido encontrado por la Policía de Investigaciones.

 

 

Lawrence se encontraba en libertad pues, pese a estar involucrado en numerosos crímenes, como los relacionados a la Operación Colombo o por la desaparición forzada de Alfonso Chanfreau, solo ha recibido una condena a firme de tres años de cárcel por su responsabilidad como “co-autor del secuestro calificado” de Ariel Santibáñez. Con el grado de teniente, Lawrence fue uno de los fundadores de la DINA, lideró la “Agrupación Águila” del organismo represor y operó desde el subterráneo de La Moneda, luego en Londres 38, José Domingo Cañas y Villa Grimaldi.

“El Cachete Grande”, como era conocido en los cuarteles secretos de la DINA, está con libertad provisional y en enero pasado debía presentarse a firmar a tribunales mientras espera condenas por causas como el de Calle Conferencia o la de los 119. La abogada querellante de los sobrevivientes de Villa Grimaldi, Magdalena Garcés, dijo que a Lawrence “se le tiene que notificar el fallo y el juez deberá determinar si le mantiene la libertad provisional o lo deja en prisión preventiva. Nosotros pediremos que se le deje en prisión preventiva por riesgo de fuga”.

En la causa por torturas en Villa Grimaldi, el ministro Llanos también condenó al ex jefe de la DINA Manuel Contreras; a Pedro Espinoza; Marcelo Moren Brito; Miguel Krassnoff Martchenko; Rolf Wenderoth y Fernando Lauriani a siete años de presidio. Mientras que Basclay Zapata y Orlando Manzo recibieron cinco años y un día de cárcel, sin beneficios.

El caso de Lawrence es similar al de muchos otros ex agentes que se han beneficiado de la lentitud de la justicia, de la impunidad, y también de la benevolencia de las autoridades políticas. Es el caso del general de Ejército (R) Hernán Ramírez Hald, quien fue recibido por Ricardo Lagos cuando ejercía como Presidente de la República, en reconocimiento a su renuncia “voluntaria” a la institución luego de ser acusado de encubrir el asesinato del líder sindical Tucapel Jiménez. Dos años después fue condenado por este delito a solo 800 días de libertad vigilada. Tuvieron que pasar trece años para que, recientemente, recibiera una pena de 10 años de presidio efectivo como autor del secuestro calificado del militante comunista, José Orlando Flores Araya. 

Según un informe oficial del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, a diciembre pasado sólo 75 ex agentes, de un total de 1.073 acusados, cumplen condenas de cárcel efectiva por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico militar. Incluso de esos 75 ex represores, once están bajo libertad vigilada o con salidas restringidas del penal.

También se encuentra prófugo de la justicia el ex agente de la DINA y ex funcionario de la Policía de Investigaciones Daniel Cancino Varas, quien enero pasado debía presentarse a cumplir condena de prisión de quince años por su participación en el secuestro y desaparición forzada de Carlos Guerrero Gutiérrez, quien fue visto por última vez con vida en Villa Grimaldi en octubre de 1974.

 

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