Diciembre 14, 2024

Rebeldes prorrusos completan repliegue de armamento pesado

Los separatistas prorrusos anunciaron hoy que completaron el repliegue de su armamento pesado de la línea del frente ante el escepticismo de las autoridades de Kiev, que acusaron a las milicias de reagrupar sus fuerzas y preparar nuevos ataques contra las posiciones de las tropas gubernamentales.

 

 

 

    “El ejército de la república popular de Donetsk ha concluido la retirada de su armamento pesado en presencia de observadores de la OSCE (la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa)”, dijo a la prensa el subjefe de las milicias de la entidad separatista, Eduard Basurin.

 

    Precisó que “en total han sido retirados 26 grupos de artillería” y que “hoy fue replegado el último de ellos”.

 

    Basurin agregó que todos los datos sobre el armamento retirado y sobre los nuevos lugares de su emplazamiento han sido entregados a la misión especial de la OSCE.

 

    Declaraciones en el mismo sentido se hicieron hoy desde la vecina y también autoproclamada república popular de Lugansk.

 

    “La retirada (del armamento pesado) se ha completado. En estos momentos se ultiman los detalles técnicos relacionados con su emplazamiento”, dijo a la agencia rusa Interfax el jefe del gobierno separatista de Lugansk, Guennadi Tsiplakov.

 

    El mando militar ucraniano, a su vez, informó hoy de que, si bien la pasada noche se respetó el régimen de alto el fuego, durante el sábado las posiciones de la fuerzas gubernamentales fueron tiroteadas en 34 ocasiones.

 

    En esos ataques resultaron heridos ocho efectivos ucranianos, dijo en rueda de prensa el coronel Andréi Lisenko, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania.

    Lisenko advirtió de que “se observan indicios de que el enemigo se prepara para nuevas acciones ofensivas en los sectores de Mariúpol, Artiomovsk y Lugansk”.

 

    La misión especial de la OSCE ha declarado que tanto las milicias separatistas como las tropas ucranianas comenzaron a retirar su armamento pesado de amplios sectores del frente, pero aún no ha confirmado que este proceso haya concluido.

 

    El repliegue de este tipo de armamento está contemplado en el segundo de los trece puntos de los acuerdos firmados en Minsk el 12 de febrero pasado con la aprobación de los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia.

 

    La medida busca crear a lo largo de la línea de separación de fuerzas una franja de al menos 50 kilómetros de ancho libre de armamento pesado.

 

    Según la OSCE, la gran extensión del territorio del que debe retirarse la artillería y otro armamento pesado dificulta enormemente la verificación del repliegue.

 

    El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, ha declarado que el reciente incremento del número de miembros de la misión de la OSCE de 350 a 500 es “claramente insuficiente” y aboga por el envío de cascos azules a la zona del conflicto.

 

    El jefe del Estado anunció que el martes próximo enviará al Parlamento un proyecto de ley para solicitar formalmente al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el envío de una fuerza de paz, cuya misión, según Poroshenko, debe llevarse a cabo bajo la égida de la Unión Europa.

 

    El conflicto se cobró este fin de semana una nueva víctima mortal entre los periodistas que realizan su cobertura: el reportero gráfico del periódico ucraniano “Segodnia” SerguéiNikoláyev murió el sábado en Peskí, localidad próxima a la ciudad de Donetsk, tras ser alcanzado por fuego de mortero de los prorrusos.

 

    Nikoláyev, de 43 años, fue traslado al hospital aún con vida, pero los médicos no pudieron hacer nada para salvarle.

 

    De acuerdo con datos de la ONU, en los once meses de conflicto armado en las regiones orientales de Ucrania han muerto cerca de 6.000 personas, entre civiles y combatientes, mientras que los habitantes desplazados suman en torno a un millón y medio.

 

 

 

 

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