La noticia ha remecido el país en todos sus estamentos ciudadanos. Y con razón. No es banal que quien fuera miembro de la Junta de Gobierno, Vice-Comandante en Jefe del Ejército y Senador designado se encuentre arrestado por orden judicial en un Regimiento de la capital, a raíz de un proceso que lo acusa como responsable de incalificables homicidios ocurridos hace 40 años.
La irrupción en Valdivia de “La Caravana de la Muerte”, trayendo en la persona del Coronel Arellano Stark el mandato expreso, como emisario del Dictador, para “aplicar Justicia” a los cientos de prisioneros que poblaban cárceles y regimientos de nuestra geografía, encontró en esta ciudad un terreno fértil. Por eso, la responsabilidad del crimen ocurrido no puede achacársele sólo a Arellano Stark o a Bravo Muñoz –los altos mandos en ese momento- pues existía en Valdivia, fuera del mando regular del Ejército, una verdadera “asociación ilícita” que agrupaba, junto a civiles, a los sectores más recalcitrantes de la represión. Como leales cómplices del emisario del Dictador, estos militares cumplieron cabalmente el operativo, yendo incluso más allá de lo imaginado por el propio emisario, al ejecutar a una de las victimas (José Liendo) 24 horas antes de que el Jefe de la Caravana firmase la sentencia de muerte.
Si la noticia no es banal para el ciudadano común y corriente, lo es aún menos para quien redacta esta declaración. El hecho que los delitos se hayan perpetrado en la ciudad de Valdivia no puede dejar indiferente a quien, por mandato del Presidente Allende, cumplía, al momento de producirse el fatídico Golpe de Estado de Septiembre 1973, las funciones de Intendente en esa Provincia. De hecho, conocí personalmente a muchas de las víctimas asesinadas tan vilmente en esos días; en su mayoría jóvenes que tenían en común la consecuencia, la honestidad militante y la entrega briosa a sus ideales. Todas estas características constituían terrible crimen, para nuestros “valientes soldados”. Estos soldados que, por razones de mi cargo, también tuve que conocer, han cumplido al día de hoy, su primer día de prisión. Nos parece un muy demasiado breve lapso de tiempo para facilitar la reflexión y el arrepentimiento de sus tantas
fechorías; todos esperamos que la Corte pueda prolongarles este lapso, quizás les sea necesario…
SON LOS MISMOS!, Sí! De los 4 nombres que hemos conocido por la prensa, 3 de ellos están individualizados en una querella judicial que iniciamos en Septiembre 2012 ante el Ministro Especial para este tipo de causas en la Corte de Apelaciones de Valdivia, Sr. Juan Ignacio Correa. Junto a mí, querellante principal, me acompañan en esta acción judicial siete otros amigos valdivianos que en esa época compartieron conmigo responsabilidades gubernamentales, edilicias o políticas. Sin contar, el gran número de ex prisioneros de aquel entonces que han querido contribuir con sus testimonios al avance de esta querella. Su progresión hacia el esclarecimiento de los hechos, ha requerido del esfuerzo de muchos, pero mención especial merece el tesón y el talento de nuestro Abogado Don Roberto Avila Toledo.
SI, SON LOS MISMOS: El Coronel, Auditor Letrado Don Juan Michelsen, quien elaboró el siniestro plan Zeta con lo cual permitió que un Consejo de Guerra, presidido por él mismo, sentenciara para todos nosotros la condena de presidio perpetuo. SI, el Coronel Santiago Sinclair, Jefe del Regimiento valdiviano donde fue habilitado el centro de torturas más escalofriante de la represión valdiviana post Golpe. SI, el Comandante José Feliú que el día 11 de Septiembre cumplió el cometido del asalto a la Intendencia luego de que la víspera efectuara una visita protocolar al Edificio como pretexto para el “reconocimiento del terreno” necesario para su invasión del día siguiente!
SI, SON LOS MISMOS, pero no son solo ellos! Hay muchos que han sabido cómo escurrirse para evadir la acción de la Justicia. Los Tribunales de nuestro país tienen una ardua tarea por delante, pero también, la noble misión, de reivindicar a “los humillados y ofendidos” de ayer. Para ellos, nuestras víctimas, vaya el emocionado recuerdo de quienes no les olvidamos y para sus valerosos familiares, nuestra solidaria compañía en estos momentos en que, forzosamente, se renueva el dolor.
* Dr. Sandor Arancibia Valenzuela
Ex–Intendente de Valdivia