Diciembre 5, 2024

La Europa de los banqueros versus la de los ciudadanos

En la “democracia” de los banqueros los únicos que votan son el Banco Europeo, el Fondo Monetario Internacional, los grandes bancos alemanes y, por supuesto, la tiranía de Ángela Merkel. Países como Irlanda, Portugal, España, Grecia y, ahora, Francia, en distintas medidas dependen de la voluntad de los poderes fácticos y financieros antes descritos. Nada es peor para un país que ser objeto del rescate de la troika que, de seguro, aplicarán políticas de austeridad que atentarán contra la mayoría de la ciudadanía, tratando de destruir las conquistas del Estado de bienestar.

 

El famoso salvataje consiste en asegurar que los países del sur de Europa paguen la descomunal deuda – en muchos casos privada – contraída con los bancos de la Comunidad Europea, obligando así a vivir en condiciones de miseria a la mayor parte de la población, que es la más desprotegida. Por ejemplo, en la España del Partido Popular la clase media prácticamente ha desaparecido y, por efecto de la cesantía (del paro), la pobreza ha aumentado en forma exponencial.

 

El sistema político – parlamentario o semi presidencial – ha perdido el norte, pues en la mayoría de los países en crisis económica se mantiene el predominio de un bipolio, que se turna en el poder negando el espacio a terceras fuerzas que postulan el cambio: en el caso de Francia, el Partido Socialista se distribuye el poder junto con el partido gaullista, ambos en plena decadencia y con un altísimo rechazo por parte de la opinión pública; el Presidente Francois Hollande ha tenido, a través de su mandato, en un promedio del 20% de apoyo; en España, el Partido Popular y el PSOE; el gobierno de Rajoy, líder del PP, está traspasado por escándalos de corrupción, de alta connotación; en Italia, el Partido Democrático – un retazo de los antiguos democratacristianos, comunistas y socialistas – apenas sobrevive ante el creciente rechazo popular y el monstruoso sistema político electoral – y así, suma y sigue.

 

El triunfo de la Syriza, con su líder Alexis Tsipras, un partido de izquierda, ha abierto el camino a la Europa de los ciudadanos, aplastada por la Europa de los bancos y, en la cuna de la democracia permite abrigar esperanza de su liberación del secuestro de los bancos. En las elecciones del domingo 25 de enero de 2015, Syriza obtuvo 149 diputados de un total de 300 escaños – a dos votos de constituirse mayoría absoluta –; el partido de derecha Nueva Democracia obtuvo 76 diputados; los fascistas del partido Amanecer Dorado obtuvieron 17 diputados; los Griegos Independientes, 13 diputados; el partido Pasok, 13 diputados.

 

Los grandes perdedores fueron los socialistas griegos, lo cual auguro un desastre para los demás partidos socialistas europeos que, siguiendo la tesis de la Tercera Vía, han terminado convirtiéndose en mozos del neoliberalismo y en puntales de la Europa de los bancos. Es muy posible que sea también el destino del PSOE, superado por el PODEMOS, y por la Izquierda Unida. En Francia no parece que la izquierda sea capaz de lograr la expectable situación de los partidos de izquierda tanto griego como español, pues la ultraderecha de Marine Le Pen ha sabido interpretar los deseos de ruptura con la Europa de la Troika.

 

La reacción de la derecha europea y de la socialdemocracia de la Tercera Vía ha sido, hasta ahora, frente a los hechos consumados con respecto a la formación de un gobierno del Syriza aliado con un pequeño partido de derecha, los Griegos Independientes – a ambos los une la idea del quiebre con las políticas de la Troika – ha sido la continuación de la campaña del terror, anunciando el desastre de Grecia y, a su vez, la repetición de que el caso de España no es igual al griego. ¡No vaya a ser que se pisen la cola!.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas

 

28/01/2015

 

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