Diciembre 14, 2024

¡Aleluya, Aleluya, apareció en gloria y majestad Ena, la alemancita!

Capítulo de hoy de “pitucos con plata…”: Historia de mentiras.

Nuestro pueblo llega a ser tonto de lo bueno que es: se preocupó en exceso del desaparecimiento, durante varios días, de la pastorcita germana, al parecer, refugiada en un fundo al sur de Chile. Algunos llegaron a creer que había recibido – como la iluminada Juana de Arco – mensajes de la virgen de los “pillines”, protectora de vagabundos y maleantes; otros más osados creyeron que, tal vez, trataba de imitar a Zaratustra o a Jesucristo, preparándose para bajar de la montaña al valle y enfrentar a las hienas izquierdistas que pululan en las zonas cálidas.

 

 

Había gran expectación ante la inminente conferencia de Prensa que se aprestaba a dar a los medios de comunicación en pleno la ex vocera del pésimo gobierno de Sebastián Piñera – paraíso de la mezcla entre el dinero y la política – y hoy senadora de la UDI. Si alguien pensó que iba a relatar historias sobre los estados del alma de Zaratustra – el del camello, el del león y el del niño – quedó desilusionado, pues prácticamente, con un cinismo digno de mejor causa, se limitó de decir que “no mentía nunca” y que su pecado venial consistía en “haber cometido un error involuntario”. ¡Vaya a saber el significado de tan críptica expresión!, que sólo ha servido para que la mala raza de los tuiteros se ensañaran con esta angelical alemana, enviada por el Señor, para evangelizar a mapuches y mestizos y engañar a los incautos.

De todas maneras, salvó su humanidad de mejor forma que Juana de Arco – condenada a la hoguera – pues apenas sufrirá el escarnio público durante algunos días. Como se sabe, los ciudadanos – que siguen siendo una caterva de vencejos – en pocos días van a olvidar que los pitucos con plata les metieron la mano en el bolsillo a su entera satisfacción y, seguramente, votarán de nuevo por Ena von Bauer, hoy en desgracia, pero mañana tal vez será una “líder juvenil” – como ella se autodenomina – y salvadora del Grupo Penta y su subsidiaria, la UDI.

Hay algunos panelistas y opinólogos que creen que el discurso de von Bauer fue redactado por un genial abogado y que cada palabra, por tonta que nos parezca, fue pronunciada para evitar que sea utilizada en su contra por los fiscales. Personalmente, pienso que esta rubiecita se ve bien cuando mantiene su boca cerrada, pero apenas profiere una palabra, se nota que su vocabulario es un poco limitado y sí muy ofensivo cuando se dirige a sus rivales políticos.

Un cambio de generación no basta para salvar a la UDI que, desde su fundación ha navegado en la insensatez de aquel mandamiento que se puede resumir en “amar el dinero sobre todas las cosas y asaltar al prójimo – los ciudadanos – cada vez que pueda y quiera; detrás de este compendio de su mandamiento se esconde la adoración sin límites a la bota militar, su adhesión al cooperativismo franquista y un dogmatismo neoliberal, que se funda en el culto idolátrico del libre mercado.

 

La supuesta nueva generación UDI es mucho más reaccionaria que la de “los coroneles”, discípulos de Jaime Guzmán: Ernesto Silva – presidente de ese partido – es más reaccionario que el mismísimo Jovino Novoa; José Antonio Kast – muy parecido al monje Opus Dei en la película El código da Vinci – es más reaccionario que el senador Juan Antonio Coloma; nuestro personaje “carismático” – según ella misma y sus complejos – es más retardataria que cualquiera de los fundadores, y así sucesivamente.

No creo que este escándalo de proporciones termine por destruir a la UDI, pues al fin y al cabo, a mediano plazo, recuperarán la confianza, al menos, de sus bases electoras, Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y de algunos conservadores recalcitrantes de provincias. En el peor de los casos, este partido se convertiría en pitucos, con un poco menos de dinero, pues su caja pagadora puede ser abandonada por los inversionistas, pero no les faltará la forma de crear una nueva agencia sustentadora.

Rafael Luis Gumucio Rivas

13/01/2015

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