Diciembre 14, 2024

2015: ¿el año de los famosos “acuerdos”?

Don Héctor Soto, gran comentarista de cine de La Tercera, nos dice y le dice al gobierno, al que ve cada vez ve peor: Tatatatán…: “Pongámonos serios: los acuerdos fueron, son y serán el gran insumo de la política”.

 

 

Llama la atención con ese llamado final, cinematográfico, facilista, hueco, que hemos escuchado también de Piñera (destacado empresario y ex Presidente que se ha caracterizado por imponer sus intereses desde el Banco de Talca en adelante, sus ideas, y su poder); de la Iglesia Católica y de algunas evangélicas (que siempre han impuesto su doctrina, porque es nada menos que palabra de Dios) y de la derecha de la Nueva Mayoría (que, derrotada en las primarias de hace solo un año, busca así deslavar y anular los cambios mandatados por la mayoría electoral, la única que cuenta en democracia).

 

¿Cuáles acuerdos fueron, son y serán el gran insumo de la política, entre quiénes y para qué? ¿No hay otro gran insumo en la política?

 

¿El gran acuerdo del 72 y 73 entre la derecha y la jefatura del centro para apoyar el gran golpe de estado que hoy hasta los golpistas aprueban olvidar?

¿El gran acuerdo de 1988 entre la izquierda y el centro para dejar botado en el camino a Pinochet?

En Chile no hubo “gran acuerdo”, ni siquiera acuerdo,…para luchar por la independencia de Chile y luego para declararla.

No hubo acuerdo para mantener el salitre en manos de Chile y menos para apoyar a Balmaceda, Presidente mártir. No hubo acuerdo, hubo guerra.

No hubo acuerdo para matar gente en Santa María, Ranquil, La Coruña, el Seguro Obrero, José María Caro, El Salvador y Puerto Montt.

Para que Chile se diera una nueva Constitución en 1925, no hubo acuerdo. No señor.

Para elegir en 1938 al Frente Popular, industrializar y modernizar el país, no hubo acuerdo.

Para cerrarle el paso a Ibáñez en 1952, no hubo acuerdo. Por suerte.

Para elegir a Frei Montalva en 1964, no hubo acuerdo…porque el nuevo Presidente entre otras cosas “no cambió su programa ni por un millón de votos” (¿dogmático y tozudo Eduardo Frei, Sr. Walker?)

Para hacer la Reforma Agraria en 1964 con Frei y en 1970 con Allende, no hubo acuerdo.

Para posibilitar la Sindicalización Campesina en 1964, tampoco.

Para la chilenización del cobre, en 1965, no hubo acuerdo. Sólo votaron afirmativamente los demócratas cristianos y algunos radicales.

No hubo acuerdo alguno para aprobar las propuestas de Allende en bien de Chile, salvo la nacionalización del cobre, que después se anuló con la dictadura y la democracia.

No hubo acuerdo, por cierto, para elegir a Piñera de Presidente, afortunadamente.

A nivel mundial, al menos para nuestra cultura, no hubo acuerdo para la implantación de la esclavitud y menos para su abolición.

Tampoco para la independencia de EEUU.

No hubo acuerdo para terminar con los reyes absolutos y criminales. No hubo acuerdo, por cierto, para la Revolución Francesa, para Montesquieu, para Rousseau, para la democracia.

Menos para terminar con el apartheid o el colonialismo en China, la India y África.

No hay acuerdo hoy para condenar los atropellos a los derechos humanos en los EEUU ni para impedir que Israel siga bombardeando Palestina, cuando se le ocurra. Hay silencio.

Tampoco están de acuerdo los cubanos que viven en EEUU y los conservadores norteamericanos en que EEUU y Cuba reanuden relaciones diplomáticas. Obama ha actuado sin acuerdo del Congreso y sin el apoyo de las encuestas.

¿Cómo es la cosa Sr. Soto, Sr. Pinera, srs.de la derecha de la Nueva Mayoría?

¿A quién le cuentan cuentos cinematográficos? ¿A algunos senadores, con mentalidad infantil, que se los tragan?

A estas alturas de nuestra historia el único gran acuerdo que se debe cumplir es el de los gobernantes con la ciudadanía que los mandató. Los otros “acuerdos”, si respetan y apoyan ése, bienvenidos sean.

Peligroso año 2015.

 

 

 

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