La carrera presidencial en Francia comenzó pronto como nunca antes, de la mano de la candidata del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, convencida de que ganará en la segunda vuelta.
Dos años y medio antes de las presidenciales, los potenciales adversarios de Le Pen Nicolas Sarkozy y Francois Hollande- por el momento tratan de superar y olvidar las derrotas sufridas en las elecciones europeas de mayo pasado.
Sarkozy y Hollande deben ganar además las primarias de sus partidos.
Con absoluto respaldo, Le Pen se consagró en el Congreso del FN, realizado el Lyon durante el fin de semana, líder del partido de extrema derecha.
Fue la candidata única, con un solo opositor fuerte, Bruno Gollnisch, que había sido neutralizado.
Marine es la dueña del partido, fundado por su padre Jean Marie Le Pen, y está convencida de que ganará en primera vuelta en 2017 apara afrontar en el balotaje “a uno de los dos que llegará al segundo lugar”.
Un triunfalismo exagerado, según la mayor parte de los analistas pero que parte de las cifras del Frente Nacional, convertido en primera fuerza política en Francia en las europeas de mayo.
Parece que la mayoría de los franceses está lista a votar lo que propone en FN, a excepción de la salida del euro, un tema que rechaza la ciudadanía.
Sarkozy acaba de ser electo presidente de su partido, la UMP, con 64,5% de los votos, 20 puntos menos que en tiempos precedentes a las elecciones de 2007.
Ahora estará obligado a hacer pactos, sobre todo de cara a las primarias, sobre las cuales desearía que fueran los más “cerradas” posibles para asegurarse votos.
Además persiste la vieja tendencia de Sarkozy de captar el voto del FN y en ese sentido, el expresidente dijo hoy -en declaraciones radiales- sobre la posibilidad de cambiar el nombre de su partido UMP que tendrá una inspiración nacionalista y llevará la palabra Francia.
Ya existe un “Partido de Francia”, un reducido grupo de la extrema derecha.
En cuanto a Hollande, atraviesa una impopularidad récord que parece sugerir una salida de la escena al término de su mandato, aunque luchará por revertir la situación para poder postularse nuevamente.