Noviembre 25, 2024

Importancia política de vencer con la reforma educacional

Para dejar claro desde donde escribo debo precisar que no soy parte de la Nueva Mayoría. Sugiero leer lo que viene a continuación sin prejuicios.

La dictadura militar impuso de modo sangriento el modelo neoliberal de una manera integral y absoluta, nuestro modelo económico y social es el más derechista del mundo. Una sociedad entera puesta al servicio de los grandes grupos económicos. Durante cuarenta años hemos vivido en una sociedad sin ningún derecho social como tal, sólo recibimos la caridad del estado cuando llegamos a un nivel miserable. La inmensa mayoría de los chilenos sólo conoce esta realidad. La dominación ideológica llegó a tanto que hay quienes no creen en la gratuidad de la educación, que algo debe haber detrás.

 

La brutalidad dictatorial impuso límites a las esperanzas de a lo menos dos generaciones. Esto hizo sentido común en que: “es lo que hay”, “hay que salvarse sólo”, “con los ricos no se puede”, “no hay que meterse en cosas, yo vivo de mi trabajo”.

 

La generación de los 80 fue resuelta en sus formas de lucha, pero claudicó en los objetivos de su lucha; hay que haber vivido la represión para entender. Tengo un listado de amigos y compañeros asesinados, torturados y exiliados y no estuve en las trincheras más peligrosas.

 

Los Pinguinos en 2007, nuestra juventud maravillosa, puso el dedo en la llaga en uno de los pilares y  gran negocio del modelo: la educación. La reforma Educacional nació en la calle y con los tonos de la lucha.

 

El gobierno de la presidenta Bachelet anunció una reforma educacional en su programa, muchos no le creímos. Apareció esto en el programa, ¿por simple cálculo político o por convicción? No lo sé, pero qué importa eso en la política.

 

La reforma educacional en curso no es sólo algo del gobierno, aunque él lleva la iniciativa institucional y legal. En eso hay que apoyarlo. La reforma educacional es una demanda de los chilenos.

 

El gobierno encuentra oposiciones aún en las filas de su propia coalición, algunas por razones ideológicas y otras por miserables intereses personales. Pero está rascando donde pica, vean la odiosidad de la derecha.

 

La derecha y los empresarios de la educación, dos caras de la misma moneda, dan la oposición abierta. Tienen mucho dinero, pocos escrúpulos éticos (cómo han utilizado niños) y prácticamente todos los medios de comunicación.

 

La posibilidad que la reforma educacional sea derrotada es una posibilidad real. Este fracaso no sólo afectará al gobierno sino a todos los que queremos un Chile mejor; todos seremos derrotados juntos.

 

Hay quien dice que la Reforma Educacional que promueve el gobierno tiene alcance limitado, puede ser. Pero si el gobierno no logra avanzar tres o cuatro pasos en esta embestida en contra de uno de los reductos del modelo neoliberal, un gobierno con mayoría parlamentaria y con 62% de votos en la presidencial, ¿cuánto podremos avanzar nosotros los que creemos que hay que avanzar treinta pasos, no tres o cuatro?

 

Si el gobierno avanza sus tres o cuatro pasos, ojalá sean más, nada impide proponerle al país reiniciar la marcha, precisamente a partir de este triunfo inicial. Este es el viejo cuento del tren a Puerto Montt.

 

La política tiene un aquí y ahora, la contradicción principal está situada ahora en la reforma educacional.

 

Si la reforma es ahogada el efecto político será devastador: “ven que no se puede con el sistema”, “es lo que hay “, “al fin siempre hay que pagar”.

 

Hay que movilizarse con la gente en apoyo a la reforma. Todo lo que sabemos, actos, marchas, conversatorios, murales, pegatinas de afiches y lo que se nos pueda ocurrir. El pueblo es el gigante dormido que tenemos, no dejemos que lo embauque la derecha.

 

Por lo pronto estamos preparando un acto de masas en Puente Alto, ya les aviso dónde y cuándo. Pronto, urgente.

 

ROBERTO AVILA TOLEDO

 

 

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