“Y es aquí, donde deseo dejar una constancia clara y categórica: desde esta tribuna y de manera totalmente personal, hago responsable a la señora presidenta Michellle Bachelet y a su gobierno si las manifestaciones de la sociedad civil son reprimidas con la brutalidad y violencia que nos tiene acostumbrados Fuerzas Especiales de Carabineros y sus burdos montajes”.
Con este párrafo terminaba un artículo publicado en Clarín con fecha 6 de junio pasado con el título “El gobierno transita desde el arte de dorar la píldora a la obsesión de jugar con fuego”.
A raíz del bombazo criminal del día lunes 8 en la estación del metro Escuela Militar (y no en la Escuela Militar, como muchos medios han aseverado, incluso en el extranjero), el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo informó a la ciudadanía, que se pensaba solicitar la asesoría al FBI norteamericano para que coadyuvara en la investigación que llevara a dar con los responsables de tal atentado terrorista. Con esto, el señor ministro del Interior y Seguridad Pública, nos pidió que nos diéramos por enterados que nuestras policías -Carabineros e Investigaciones- no están capacitadas para investigar – ni menos para prevenir- los delitos de tal envergadura que se cometen en la Copia Feliz. ¿O será que realmente para lo que se está pidiendo la asesoría del FBI no necesariamente sea para la investigación propiamente tal, sino para la preparación de un muy buen montaje, que para eso sí que es experto y que nuestras policías son harto rascas como quedó demostrado en el caso bombas?
Por su parte, el fiscal nacional, señor Sabas Chaguán, explicó que no estaba de acuerdo con los agentes encubiertos pero sí con la colaboración del FBI. Cabe aquí la pregunta a estas ilustres personalidades: ¿a ese mismo FBI que fue incapaz de dilucidar el asesinato del presidente Kennedy en Dallas en 1963, (o sería porque estaba metido hasta las masas en ese asesinato)?, ¿a ese mismo FBI que preparó el atentado a las Torres Gemelas en Nueva York como han denunciado hasta la saciedad más de 1200 arquitectos e ingenieros, cuya reputación se ha visto menoscabada ante la opinión pública norteamericana? Les cuento, señor fiscal y señor ministro, por si no están enterados, que Cass Suntein, profesor de derecho de la Universidad de Harvard, apenas fue nombrado por el presidente Barak Obama para dirigir la Oficina de Información y Asuntos Regulatorios, propuso que el gobierno de Estados Unidos debía infiltrar agentes para desacreditar a los grupos de activistas de movimientos por la verdad 9/11 llamados “Truthers 9/11”. Además, divulgar información y consignas de contrainteligencia del FBI, con el objeto de controlar la opinión pública. Es decir, al presidente Obama y al señor Suntein, no les bastó con la famosa Acta Patriótica que se promulgó durante el gobierno de George W. Bush, y que permite apresar, entrar en las casas sin orden judicial, y todo acto reñido con los derechos civiles tan atesorados por el pueblo norteamericano, sino infiltrar a los grupos que no comulgan con ruedas de carreta, pues, aunque no se crea, también hay gente inteligente en los Estados Unidos de Norteamérica, el país más terrorista del planeta, como lo han denunciado los famosos filósofos Noam Chomsky e Immanuel Wallerstein.
Otra pregunta para el ministro Peñailillo: ¿cómo llegaron tan pronto los funcionarios del FBI que, como se informó, ya estaban haciendo las pericias de rigor el día miércoles 10, es decir, apenas dos días después del bombazo? ¿O son los mismos funcionarios del FBI que cumplen su labor permanente en la embajada de Estados Unidos en nuestro país? Si es así, entonces son los mismos (o sus reemplazantes), que construyeron el montaje contra el ciudadano pakistaní Saif Khan, tongo solicitado por el inefable ex ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. Le recuerdo señor ministro, que el susodicho ciudadano pakistaní fue llamado a la embajada norteamericana, por motivo que él desconocía, mientras 3 agentes de la PDI entraban en su departamento para poner trazas de tetryl, restos de explosivos. Pero, estaba tan mal hecho el montaje, que en sus ropas y en sus manos no pudieron encontrar absolutamente nada. El jefe del FBI en Chile, en aquel entonces era el señor Stanley Stoy y el embajador, señor Paul Simons.
Como si esto fuera poco, nuestro estimado ministro Peñailillo, pide a los miembros de la Nueva Mayoría, y por su intermedio, a toda la ciudadanía, “superar los traumas del pasado”, y llama a apoyar cambios en la ANI, junto con aprobar las leyes liberticidas que enviará pronto el gobierno al Congreso para su tramitación. Señor ministro, yo personalmente, un humilde ciudadano, pero que tengo el privilegio de contar con esta tribuna, lo desafío a que le formule esta misma petición a los familiares de los detenidos desaparecidos; eso sí, que esa petición la haga mirándolos a los ojos.
Pero hay más: tenía que aparecer otro personaje para echarle más leña al fuego. El honorable senador Felipe Harboe ha planteado, muy circunspecto él, es decir, sin arrugarse, cara de palo que le dicen, que “para la formación de agentes encubiertos de la ANI, debería crearse un sistema de instrucción de ex militares, o formarse en servicios extranjeros como el FBI y la CIA”. Excelente idea la del honorable, claro que sí, esos mismos ex militares que pertenecieron a la DINA y a la CNI; ese mismo FBI que describíamos más arriba y la misma CIA -que compite con singular entusiasmo con el FBI en quien arma mejor el tinglado- de las armas de destrucción masiva que nunca aparecieron en el Irak de Saddam Hussein. ¿Será necesario recordarle al señor Harboe, el montaje en la muerte del comunero mapuche Matías Catrileo Quezada, asesinado por el carabinero Walter Ramírez (que quedó en libertad), el día 3 de enero de 2008, cuando él era subsecretario del Interior? Él mismo dijo que había sido consecuencia de un fuego cruzado, pues así se lo había informado Carabineros. Y posteriormente, el ridículo montaje en el asesinato por parte del cabo de carabineros, Miguel José Muñoz (también libre) del comunero mapuche Jaime Mendoza Collío ¿O sea, se puede confiar en la policía uniformada para infiltrarlos como agentes encubiertos? ¿Se da cuenta honorable senador que no hay por dónde?
A propósito de la ANI, Agencia Nacional de ¿Inteligencia?, es preciso señalar que ha transitado desde un café con piernas a una película de Cantinflas. Reproduzco un párrafo de las declaraciones que entregó el actual director de dicha agencia al diario El Mercurio días después del mentado bombazo:
“Eso no está comprobado. Lo que habría que ver es que se entiende que sean los mismos. Porque si hablamos de los procesados en el caso Bombas, ellos o alguien de ellos fueron los que pusieron las bombas, eso no está comprobado para nada. Ahora, que la gente que puso las bombas hoy día son tan anarquistas o como lo que sea como los de… (sic). O sea, hay mucha gente de esas, el caso de las personas de España, que después de eso siguieron o cometieron delitos, porque dicen que no habían cometido nada. Es preocupante que algunos de éstos vayan radicalizando sus acciones y mucha de las personas que estuvieron detenidas continúan participando en estos grupos, no necesariamente colocando bombas”. Estimado lector, ¿entendió algo de lo que quiso decir el director de la ANI? Pienso, para darle el beneficio de la duda, que dijo lo que dijo sólo para no decir absolutamente nada, de forma totalmente consciente, pues no se explicaría que fueran declaraciones del director de una Agencia Nacional de Inteligencia.
En este mismo sentido, para retrucar al señor director de la ANI de lo que quiso decir, el fiscal Raúl Guzmán declaró que “el grupo detrás de los atentados es bastante compacto y hermético, muy cerrado. Con esto nosotros podemos demostrar que las conductas terroristas no sólo pueden ser cometidas por agrupaciones o asociaciones o grupos de orden político”. Ah!, ¿entonces no son los grupos anarquistas tan cacareados por el gobierno, la vociferante derecha, los honorables congresistas y, cómo no, la amarillista prensa del duopolio y los canales de televisión?¿Y en qué quedó la declaración que entregó el grupo anarquista autodenominado “Conspiración de las Células de Fuego”, atribuyéndose los atentados con bombas, especialmente en las estaciones del metro Los Dominicos y Escuela Militar, en que, además, piden disculpas, porque en este último hubo heridos que ellos no deseaban?
Pero aún hay más. Para no desentonar en el ambiente represor que se aprecia por estos pagos, algunos honorables diputados, han propuesto que a las personas que gozan de algún beneficio entregado por el Estado, y que se abstengan de votar en las elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales, se les retiren esos beneficios, por no cumplir con su deber cívico. ¿Sabrán estos honorables que desde hace algún tiempo, el voto es voluntario? Señores diputados, si quieren que la gente se moleste en ir a votar, no sigan haciendo martingalas con el sistema electoral, y aprueben un sistema realmente democrático como es el proporcional sin arreglos truchos; no se sigan subiendo su dieta cuando se les da la gana, no construyan cafeterías vip de $770 millones y, para más remate, sin los permisos correspondientes; no estiren la mano para pedir financiamiento para sus campañas a los grandes empresarios, pues como alguien dijo por ahí, el que pone la plata, pone la música y ustedes tienen que bailar al ritmo de ese son… y los electores, muy bien gracias.
Para terminar, deseo referirme escuetamente al último bombazo en que falleció el joven Sergio Landskrom Silva, de 29 años. La información que se ha venido entregando es muy confusa, por lo que sólo deseo puntualizar dos elementos de esa información que me parecen un tanto extrañas: se ha dicho que el acontecimiento se produjo en la calle Erasmo Escala con la intersección de García Reyes, en el barrio Yungay. Si esa coordenada la entregó Carabineros, quiere decir que nuestra policía no tiene idea dónde está parada. El barrio Yungay se encuentra en el perímetro compuesto por las siguientes calles: San Pablo por el norte; Portales por el sur; Chacabuco por el poniente, y Bulnes por el oriente. Es decir, que las intersecciones antes mencionadas no se encuentran en el perímetro del barrio Yungay. Explico esto, pues no creo que Carabineros no lo sepa; lo que sí creo, es más, estoy seguro, se quiere identificar dicho bombazo con el barrio Yungay, pues en él habitan muchos artesanos, artistas populares, okupas, etcétera, que generalmente son identificados con grupos anarquistas. El segundo elemento, que tiene una clara intencionalidad, radica en que en el diario digital El Mostrador, al publicar esta noticia, además de situarla en el barrio Yungay, menciona que dicha explosión se produjo a “pocos metros de la sede de la universidad ARCIS”. Deseo aclararle al o a la “periodista” que redactó esa nota, que la tal sede se encuentra a tres cuadras de dicha intersección. ¿Son esos, pocos metros?